Inicio Nacional Cultura El negocio del crimen: reseña de un libro indispensable hoy día

El negocio del crimen: reseña de un libro indispensable hoy día

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En América Latina en los últimos treinta años aumentaron a niveles sin precedentes la violencia, el delito y los mercados ilegales, todo en un contexto planetario de disminución de los crímenes. Desde comienzos de siglo, este dramático estallido de violencia y de delitos contra la propiedad se dio en simultáneo a un mayor crecimiento económico, a la reducción de la pobreza y de la desigualdad; cuadro con repercusiones evidentes en la vida cotidiana de millones de ciudadanos y en el tejido social. El libro El Negocio del Crimen (FCE, 2023) del sociólogo argentino Marcelo Bergman, intenta dar cuenta de estos fenómenos con un interesante arsenal conceptual y empírico.

Se trata de un trabajo comparativo que demostraría la estabilidad en el tiempo de la criminalidad; la ineficacia de las acciones gubernamentales para combatir el crimen y los mecanismos de contagio y derrame. Busca demostrar que se trata de un problema regional; todos los países tienen tasas de criminalidad más alta que en las décadas de los 70 y 80. Señala que la intensidad y las características de los delitos varían entre países, desde un bajo nivel de violencia en unos, hasta un crimen fuera de control y catastróficas tasas de homicidio en otros.

El autor nos informa que su obra tiene una impronta empírica basada en una investigación de catorce años. Utiliza 15 encuestas de victimización y ocho sobre recluidos. Su análisis hace referencia a 18 países de la región. Desde los casos de aumento vertiginosos de sus tasas delictivas como Colombia, México, Venezuela, El Salvador, Honduras, Guatemala y algunas regiones de Brasil; hasta los casos de aumento de delitos graves, principalmente robos violentos, pero de países con historial de delitos menos importantes, como Uruguay, Chile, Argentina y Paraguay.

Bergman sostiene que el crimen se ha “disparado porque ha sido instrumental para la generación de ingresos y ganancias de miles y millones de latinoamericanos”. En nuestro contexto regional la relativa mejora general de los ingresos habría alimentado involuntariamente la criminalidad. Se desprende de lo anterior, que las medidas efectivas para reducir el delito deben tomar en cuenta tanto al Estado como a los mercados, ya que la mayoría de los crímenes son en última instancia impulsados por motivaciones económicas.

Esta investigación enfatiza que la criminalidad es más un fenómeno regional que nacional; que en segundo lugar, la prosperidad económica como el incumplimiento de las leyes son dos factores que deben combinarse para el aumento de la delincuencia, y en tercer lugar, que el crimen se ha convertido en un negocio rentable. Al respecto el autor introduce dos nociones conceptuales interesantes: el equilibro de baja criminalidad (EBC) situación más extendida, y el equilibro de alta criminalidad (EAC) que predomina en los países de América Latina. Distinción importante para la aplicación de la ley; lo que funciona en un caso, no podría funcionar en el otro, y viceversa.

Así como la región siempre tuvo altas tasas delictivas, la diferencia entre los años 80 y los años recientes es notable. Representa un aumento dramático no sólo en homicidio, también se refleja en las tasas de delitos contra la propiedad; hecho estos últimos que han crecido más que los delitos puramente violentos. Junto a lo anterior se asocia un marcado crecimiento en el consumo de sustancias ilícitas. Otros delitos que también van creciendo son las extorsiones, los secuestros y la trata de personas.

Para el autor sería necesario distinguir entre tendencia, intensidad y velocidad de los cambios en las tasas de criminalidad; para algunos países las tasas de homicidios se llegan a asemejar a las víctimas de guerras civiles. Las intensidades y velocidades de crecimiento de la violencia criminal es diferente; pero allí donde se han tenido un aumento vertiginoso de las tasas delictivas, resulta difícil de revertir a tasas menores de 10 homicidios en 100 mil habitantes, limite que los especialistas definen la problemática como epidemia.

Concluye Bergman su libro con una referencia a lo que denomina hallazgos principales de su trabajo, una pauta para la política pública, y un epílogo sobre el delito en la pandemia de Covid y la postpandemia. Sin duda este texto representa un valioso esfuerzo académico por poner en contexto uno de los desafíos más importantes, sino el más relevante que tiene la sociedad y la política regional, el incremento de la actividad criminal en un marco social, económico y político.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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