Periodista
A partir de la serie Chicas lindas en el libro “Una chica de provincia” (2007) y, sobre todo, en “Chicas muertas” (2014), crónica nítida en mostrar la violencia y la indefensión que viven las mujeres pobres del norte de Argentina y en desnudar la consecuente impunidad de los actos de que son víctimas, Selva Almada ha sostenido en su producción narrativa un compromiso con la denuncia del femicidio.
En “No es un río” (2021), un texto sin asomo de bucolismo nos muestra la fragilidad de hombres y mujeres atrapados en una opacidad cotidiana y permanente, en la que ellas siempre resultan objeto de descarga de las tensiones permanentes que cada tanto, se desbocan en actos furiosos, en un símil con la violenta exuberancia del paisaje. Como un loop se suceden las rutinas de los personajes y los tiempos de la narración. Almada nos confunde, superpone hechos, nos provoca espejismos, nos arrastra a través de un correntoso relato en el que se suceden símbolos, premoniciones y preguntas incontestadas. “Un resplandor que humedece los ojos. Y otra vez: no es un río, es este río”.
