periodista.
Emilia Ríos Saavedra nació y creció en Ñuñoa. Criada en el seno de la Villa Frei, ha conocido y estudiado en primera persona las mayores necesidades que la gente de la comuna, así como sus principales encantos y su diversidad cultural.
Con un título de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Emilia se ha dedicado principalmente a las políticas públicas, convirtiéndose además en concejala por la comuna desde el año 2016. Además, fue coordinadora de proyectos en el Centro de Estudios Espacio Público y asesora técnica de la Comisión Engel, el consejo asesor contra los conflictos de interés y el tráfico de influencias y corrupción.
Feminista y militante de Revolución Democrática, Emilia Ríos, en conversación con Página 19, asegura que es una fiel convencida de que llevar a cabo una buena gestión municipal y asegurar el buen vivir de la población depende de la participación activa de las y los vecinos.
“En conjunto vamos a sacar adelante esta comuna. Que no sea Ñuñoa norte, Ñuñoa sur, Ñuñoa es una sola comuna y eso se va a notar en nuestra gestión”.
– ¿Qué es lo que la motivó a postular a la alcaldía de Ñuñoa?
– Yo soy vecina de toda la vida de Ñuñoa. Le tengo mucho cariño a esta comuna y, además, he sido concejala durante los últimos cuatro años, por lo que he visto de primera fuente cómo este municipio puede funcionar mucho mejor y que esta comuna de verdad puede dar mucho más. La verdad es que desde el concejo municipal se puede hacer poco cuando hay una alcaldía ausente que no está dispuesta a escuchar. Lo que nosotras y nosotros queremos llevar como proyecto es un estilo de gestión participativo y cercano que entienda que las cosas se hacen de cara a la comunidad.
– Desde afuera, Ñuñoa es tomada como un ejemplo en temas medioambientales, pero la realidad es que existen conflictos en torno al manejo de áreas verdes y basura, ¿qué pretende hacer al respecto de salir electa?
– Ñuñoa no es ningún ejemplo de gestión ambiental, de hecho estamos al debe en muchas cosas como avanzar en un reciclaje real y en tener realmente una política ambiental. Hoy no la tenemos, entonces no tenemos metas o indicadores, es simplemente la repetición de las cosas que se vienen haciendo hace 10 años.
En el momento que estamos hoy, efectivamente se requiere un plan mucho más ambicioso que involucre también a la comunidad, para avanzar en una comuna sustentable que hoy no somos. Además de todas estas metas que tienen que ver con la adaptación al cambio climático, y con reducir nuestra huella de carbono, también tenemos que hacernos cargo de cosas básicas que tiene que hacer un medio ambiente como el manejo de residuos y la mantención de áreas verdes. Justamente ahí hemos detectado malos manejos. Hemos puesto denuncias en Contraloría y en Fiscalía porque claramente es una dirección que requiere una transformación profunda. Esa es la idea de este proyecto, que tengamos servicios que funcionen bien, que no se pierda dinero, que se fiscalice como corresponde a las empresas que nos prestan servicios, pero además avanzar en una estrategia medioambiental de la cual nos podamos sentir orgullosas y orgullosos.
– ¿Cuáles son las principales inquietudes que ha recogido de la población de la comuna?
– En general, hay una sensación de abandono, que el municipio está muy lejos de la comunidad, que no se hace presente y no responde cuando se le necesita. Cuando se empieza a mirar de manera más fina, existe preocupación por la seguridad, donde el presupuesto municipal y sus gestiones no están a la altura de lo que los vecinos esperan. Otro tema tiene que ver con el manejo de la salud, porque, aunque tenemos una atención que funciona bien, hay que ir más allá. Nos faltan horas, especialistas y mejorar la atención de salud mental, que -a propósito de la pandemia- se ha visto en mucha mayor demanda y no hemos podido responder a eso. Finalmente, la activación económica a nivel local también es una de las inquietudes, porque en el contexto en que estamos ha habido mucha necesidad de reconvertirse. Hay muchas personas que quedaron sin trabajo, que empezaron sus pequeños negocios y que han recurrido al municipio encontrando cero apoyo o espacios para vender sus productos o mostrar su trabajo. Eso ha estado muy lento.
– Ñuñoa lleva muchos años a cargo de municipios de derecha, ¿cree que en esta ocasión se podrá cambiar de dirección política?
– Tengo la esperanza de que sÍ, pero además creo que este es un momento de la historia política nacional muy particular y Ñuñoa no se escapa de eso. Las personas queremos participar, entendemos que son importantes las elecciones y, por lo tanto, el resultado hoy día nadie lo puede predecir porque se han abierto muchas discusiones en la población y porque además hay un hastío muy grande con la gestión de Chile Vamos en la comuna.
– ¿cómo pretende incluir las demandas y necesidades feministas en su programa?
– Hemos desarrollado un programa que se está preguntando cómo las mujeres viven la realidad de maneras diferentes. De forma concreta, queremos establecer un concejo de mujeres y disidencias que pueda constantemente retroalimentarnos con las políticas que vamos a adoptar en la comuna, ya sea en cuando a ayudas sociales, salud, educación, y que sea una instancia de diálogo y encuentro.
En cosas mucho más específicas, tenemos el compromiso de crear una casa de acogida para mujeres víctimas de violencia. Eso es una necesidad y no está teniendo respuesta. Además, queremos potenciar la creación de más jardines, porque también ahí hay deudas, carencias y por supuesto los cuidados son llevados desproporcionadamente por las mujeres.
– ¿Cuáles son sus expectativas en torno a la nueva Constitución y cuál es el rol que debiesen jugar los municipios?
– La nueva Constitución requiere una comunidad involucrada. Independiente de que tengamos representantes electos, la Constitución va a ir acompañada si o si de mucha discusión de parte de la ciudadanía sobre los temas que se pongan en la mesa. Entonces lo que puede y debe hacer el municipio es ponerse a disposición de este proceso a nivel local. En concreto esto significa disponer de infraestructura, para que se puedan tener reuniones, ya sean asambleas establecidas o de vecinos y vecinas que no han participado hasta el momento, pero que pueden querer estar en un espacio de discusión de los cuales se levanten actas y se hagan llegar a los representantes. El municipio tiene que cumplir la función de transmitirle a la Convención cuáles son las principales inquietudes que están surgiendo desde este territorio y hacerlo de manera transparente, con recursos y de manera convocante, para que las personas puedan sentirse libres de participar.
– ¿Por qué la población de la comuna de Ñuñoa debiese votar por usted?
– Uno de nuestros principales compromisos es tener una gestión participativa y eso significa que el municipio se mueva a los territorios, convirtiéndose en un espacio abierto. No quiero tener un estilo de gestión en el cual la alcaldía se esté arrancando de la gente. Vamos a estar constantemente desarrollando instancias de encuentro, porque esta es la mejor manera de diseñar buenos programas y de apuntar a la inversión pública de manera mucho más precisa. Son las y los vecinos quienes son expertos en sus barrios y, por lo tanto, el municipio tiene el deber de potenciar toda esa energía, de ponerse a disposición y que, en el fondo, los vecinos y vecinas puedan estar preocupados de innovar, de llevar la cultura más allá y que en conjunto vayamos sacando adelante..
