Periodista y Director de Página 19.
Estudió la básica en el colegio de la República de la India 307 y la Media en el Liceo 1. Después Sociología en laPontificia Universidad Católica. Comenta que no es para nada del perfil de la PUC como varios de sus amigos que estudiaron en colegio público y, más tarde, en unosubvencionado bueno o emblemático, pero que ninguno viene de la elite. Hoy es parte de la mesa directiva del Partido Socialista (PS) como Vicepresidenta de la Mujer y, también, como vocera del PS en el Comando “Chile Aprueba”. Con Karina Delfino Mussa conversamos sobre este y otros temas.
–¿Qué queda de la Karina Delfino, líder la Revolución Pingüina?
-Harto. Creo que, cuando decidí ser presidenta del centro de alumnas, fue porque había un anhelo de hacer un Chile más justo e igualitario. Provengo de una familia que no es política, salvo mis abuelos que tenían algún vínculo con el Partido Radical. A mis papás nunca le interesó mucho la política. Me di cuenta que al cambiarme al Liceo 1, lo que quería era tener un ascenso en la escala social y mis compañeros que se quedaron, probablemente se irían a un colegio que era muy malo. Me di cuenta que de inmediato te empiezan a formar para el Simce, la PSU, que es muy distinto al relato que te ofrecen otros colegios. Me motivé para ser dirigente, primero como presidenta de curso, delegada del Codecu, encargada de las alianzas. Terminé siendo candidata a la presidencia del centro de alumnas y ganamos por harto, por más del 50 por ciento y éramos 3 listas. Y ahí varios pensamos en hacer algo más grande por la educación.
-¿Por qué el PS y no otro partido?
– A mí siempre me ha gustado la política y pensaba en militar en un partido, al contrario de todos mis amigos. También por la figuras que tiene el PS: Salvador allende, Carlos Lorca… Es un partido que tiene mucha historia, que cree en la igualdad.
-¿Existe alguna autocritica que pueda hacer como ex dirigente estudiantil porque la desigualdad en la educación permanece?
-Creo que el movimiento estudiantil del año 2006 fue el más relevante desde el retorno a la democracia. Basta recordarque en la agenda del gobierno de la Presidenta Bachelet no estaba dentro de sus prioridades el tema educacional. Fue un movimiento que cambió la agenda del gobierno y de la opinión pública hasta el día de hoy, transformándose en el tema número 1. Tenía 16 años y me pregunto si alguien puede pedirle algo tan grande a una persona de esa edad. Ese movimiento fue bien pacifista y condenó siempre la violencia, porque la prensa siempre trataba de resaltar los focos de violencia para tapar nuestras demandas. La crítica que tengo, como movimiento estudiantil, es que debimos haber presionado mucho más al Congreso Nacional, porque pusimos en el tapete público la demanda, pero no supimos cómo concretarla. Avanzamos mucho en el corto plazo: pase escolar, becas para estudiantes en colegios técnico-profesionales, alimentación en los colegios, la PSU gratis…pero en lo estructural eso no pasaba solo por el gobierno, sino también por el Parlamento. Por el lado del gobierno, creo que debió existir una mayor voluntad política para apoyar al movimiento estudiantil. Hubo un error crucial del gobierno de criminalizar al movimiento estudiantil al principio y no entender la relevancia histórica que estaba teniendo. Si nosotros, como socialistas, nos hubiese hemos parte de esta demanda desde el inicio, quizá, la historia hubiese sido distinta.
-¿Basta que el PS se declare como un partido feminista o falta algo más?
-Falta. Es un gran paso conque nos hayamos definido como un partido feminista y que fue un voto colectivo trabajado por 4 meses, y que lo socializamos mucho. Lo hablamos con mujeres muy diversas para, finalmente, aprobar ese voto político, pero la cultura es lo más difícil de cambiar. Chile es un país muy machista. Los partidos políticos no están exentos de esa cultura. Por lo mismo, hay prácticas que están sumamente normalizadas en los partidos y por ello hay que hacer pedagogía política y realizar muchas intervenciones para señalar que hay cosas que no corresponden. Por eso, es importante lo que hacen LasTesis de poner el tema de que “no es culpa mía como yo me vista” de tal manera para que se justifiquen abusos y violaciones. Esa no es ninguna justificación para el patriarcado que existe hoy en nuestro país.
-¿Qué opinión tiene de la agenda de la ministra Plá como secretaria de Estado del Ministerio de la Mujer?
-No sé si tiene agenda. Su trabajo ha sido triste, sin agenda, y desolador para las mujeres. Pensé que ella podría haber tenido un rol más activo durante la protesta social. Hay un tipo de delitos que han cometido los agentes del Estado referente a violencia sexual. Hay querellas por violaciones, abusos, no solo a mujeres, pero principalmente a ellas. Plá no ha dicho nada y, por lo tanto, cuando una no condena las violaciones a los derechos humanos tiende a ser cómplice. Esperaba otra actitud de parte de ella: una defensa hacia las mujeres. Cuando ocurrió lamentablemente la agresión a las carabineras lo hizo inmediatamente, pero no así con las otras mujeres. Es como si existieran mujeres de primera y segunda clase.
-¿Qué piensa de las declaraciones del Presidente Piñera a propósito de la denominada Ley Gabriela?
-No solo son desafortunadas, sino gravísimas. Él en medio de la promulgación de la Ley Gabriela, que costó mucho sacarla, señala que el abuso también es responsabilidad de las mujeres. Le pediría al Presidente Piñera que lo mejor es que se quede callado, porque cada vez que improvisa dice codas desafortunadas que no van en sintonía con la realidad social y, en este caso es más grave aún porque culpa a la víctima. La víctima nunca tiene la culpa, sino el victimario.
-Un señor que ya tiene 70 años ¿puede cambiar esa mentalidad?
-Uno esperaría que él hiciera una reflexión, porque nos guste o no es el Presidente de la República. Que vengan de él esas frases lo hace más grave. Hemos visto que Sebastián Piñera es machista y se refiere a las mujeres no de la mejor manera.
-¿Por qué no solo un solo Comando que esté por el “Apruebo” pues hoy existen, por lo menos, cuatro?
-El PS apeló que hubiese un Comando por la Unidad. Nosotros pensamos que siempre es mejor la unidad de la oposición para hacer frente a la campaña del terror de la derecha, pero hoy no es fácil contar con una oposición unida. Lo que finalmente se optó es contar con una coordinación de comandos. No con toda la oposición, pero sí con gran parte de ella: la DC, el Frente Amplio, la Convergencia Progresista y el Eje Constituyente que son los sectores sociales. Hemos hecho un par de hitos juntos, uno de ellos fue un puerta a puerta. Chile Digno no está, pero ha sido invitado muchas veces a sumarse a esta coordinación.
-¿Cómo fue la recepción de la gente?
-Estuvo bien. Me tocó hacer campaña en Quinta Normal y diría que es la primera vez que la gente me recibe bien una información. Están muy interesados cómo será el plebiscito. Hay una parte que ha calado que es el tema de la violencia y piensan que el Apruebo es aprobar la violencia. Hay que hacer frente a esa campaña que derechamente es del terror. Hay otra acción que es muy relevante que es la coordinación de los apoderados. Hay que pensar que son más de 33 mil mesas y pensar abarcarlas todas es imposible para un solo comando.
Esta campaña tiene que ser con mucha mística y ciudadana. Tener una nueva Constitución, nacida en democracia, será un patrimonio que nos pertenecerá a todos y todas. Tiene que ser un proceso muy colectivo donde las organizaciones sociales tendrán un papel muy importante.
-¿Qué opinión tiene de la carta de ex figuras de la ex Concertación donde además hay algunos militantes socialistas?
-No comparto la carta. Creo que fue un error haberla sacado. Introducir la cuña de la violencia en nuestro mundo hace daño, porque la derecha nos está cuestionando permanentemente que nosotros no condenamos la violencia como deberíamos hacerlo. El problema de la violencia es un asunto del gobierno porque quien tiene que asegurar el orden público es el gobierno y hacerlo sin violar los derechos humanos. Lo que hemos visto, durante estos meses, es una violación sistemática a los derechos humanos. Hoy deberíamos estar enfocados en el proceso constituyente, en el que gane el Apruebo y la Convención Constitucional, y en el resguardo de los derechos humanos para avanzar en una agenda social transformadora. Esta carta más que contribuir al debate, introduce una mala discusión desviando los temas principales que hemos definido como Partido Socialista que es el plebiscito. La carta lo que hace es retrotraer a un pasado nostálgico y lo que debemos hacer es mirar hacia el futuro.
