periodista.
En el distrito 10, integrado por las comunas de Santiago, Providencia, Ñuñoa, La Granja, San Joaquín y Macul, se dará una de las batallas electorales más interesantes de la elección de constituyentes, por las candidatas y candidatos que compiten en la circunscripción, las comunas que la componen y la cifra de votantes de la zona.
Figuras televisivas, dirigentes sociales, artistas, ex ministros/as y abogados/as de renombre, son algunos de los perfiles de las y los postulantes. Laura Albornoz Pollmann (52) fue la mujer escogida por la Democracia Cristiana (DC) para asumir el desafío de buscar un escaño en la Convención Constitucional en este distrito.
Por primera vez, la abogada competirá en una elección popular, pese a que es una política de amplia trayectoria. A los 14 inició su militancia en la DC, influenciada por sus padres, ambos militantes, y durante toda su vida ha participado en la falange. En 2006, la presidenta Michelle Bachelet la designó ministra directora del Servicio Nacional de la Mujer, cuando tenía tan solo 37 años, cargo en el que estuvo hasta 2009.
Posterior a su salida del gobierno, se dedicó a la docencia universitaria, labor que ejerce hasta hoy en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Posee un Doctorado en Derecho Civil, otorgado por la Universidad de Sevilla, “cuando obtuve el grado de Doctora, en Chile éramos cinco personas las que teníamos ese título”, comenta Albornoz. Más tarde realizó un Master en Dirección y Gestión de Recursos Humanos, demostrando sus inagotables ganas de continuar perfeccionándose.
En 2014, se convirtió en la primera mujer Directora de Codelco, nombrada por Bachelet en su segundo gobierno, ingresando a un mundo laboral totalmente masculinizado, sin embargo, una vez más le tocó derribar paradigmas.
En paralelo a su carrera profesional, ha sido parte de distintas organizaciones civiles. Integró el equipo de Marca A.C, cuando recién comenzaba la campaña, y posteriormente se sumó a la Corporación Miles, en la que actualmente es Directora, y desde donde lucha por los derechos sexuales y reproductivos.
Este año tendremos elecciones municipales, parlamentarias y de gobernadores regionales, sin embargo usted decidió ser candidata constituyente. ¿Qué la llevó a esta determinación?
Tengo trayectoria en política, sin embargo, nunca he participado en una elección popular, particularmente porque desde que fui ministra de la Mujer, mi tiempo y esfuerzo han estado dedicados a trabajar desde la academia. Pero decidí ser candidata porque entiendo que este es un momento crucial para Chile, es importante tener representantes diversos, de todo el mundo social y político del país. Después del levantamiento social hubo una petición concreta de los ciudadanos y ciudadanas de cambiar las reglas del juego, ya que estas nos han impedido avanzar en materia de equidad y justicia social. Considero que mi experiencia y formación académica pueden ser un aporte para este proceso. Además, tenemos el desafío de tener una constituyente paritaria.
¿Cree que la Convención Constitucional será capaz de dar respuestas al levantamiento social que se vivió en nuestro país?
Considero que es necesario graduar las expectativas. Pero creo que es el momento oportuno y el mecanismo correcto, además, quienes sean parte de la constituyente deben actuar con total y absoluta transparencia, incentivando la participación de las personas para que estén debidamente informadas acerca de lo que piensan las y los integrantes. Hay temas fundamentales que afectan a todos los chilenos y chilenas, especialmente a las mujeres, y que hoy necesitan un cambio en la Constitución. La justicia social es un principio fundamental que en Chile no se logra por la Constitución del 80’, otro impedimento es el modelo económico que la Carta Fundamental establece, y que se reforzó en la época transicional de nuestro país.
La oposición enfrentará las elecciones de constituyentes dividida. ¿Cree que la derecha podría estar sobrerrepresentada en la Convención Constitucional? A su juicio, ¿cuáles serían las consecuencias de aquello?
Los expertos en materia electoral aseguran que es lamentable que no hayamos logrado ir en una lista única de la oposición. Creo que el país está compuesto por distintas voces y una Constitución debe ser capaz de establecer un nuevo pacto social entre todo los chilenos y chilenas, desde sus diversos puntos de vista. Quienes tenemos una reconocida capacidad de dialogar y aportar para una deliberación sana, podemos facilitar que el proceso no sea cooptado por un solo sector o por determinados grupos. Esto permitirá propiciar cambios constitucionales para que el ordenamiento jurídico sea más solidario, más representativo y que se resguarden los intereses de todos y todas, no solamente de quienes tienen mayores ingresos.
¿Usted considera que el quórum de 2/3 es un estímulo para alcanzar acuerdos o cree que representa peligro de veto sobre las ideas transformadoras?
En la construcción de mayorías democráticas, las reglas no deben ser consideradas por un demócrata como un poder de veto. Soy optimista, me parece que hay una buena oportunidad con el quórum, que fue definido en el pacto transversal de todos los sectores políticos. Creo que hay que ajustarse, desde mi punto de vista se puede alcanzar una mayoría para los cambios, pese a las condiciones de la Convención Constitucional.
¿Qué opina sobre el llamado a rodear la Convención Constitucional con movilizaciones?
Yo quiero entender que este llamado, que se ha hecho desde diferentes sectores políticos, tiene que ver con redactar una nueva Constitución de cara a la ciudadanía. A mí no me asusta, puedo no estar de acuerdo en el uso de determinadas palabras, sin embargo, lo interpreto como un llamamiento para que exista un control social de parte del pueblo soberano, y con ello evitar acuerdos entre cuatro paredes. Ojalá la participación de las y los ciudadanos no se redujera a votar cada cuatro años, por eso espero que la nueva Constitución consagre mecanismos de participación directa de distintas índoles.
¿Por qué decide competir en el distrito 10?
Viví en Ñuñoa, tengo mi oficina como abogada en Santiago, conocí profundamente La Granja porque mi marido desde muy temprana edad era vecino de esa comuna. Cuando fui ministra de la Mujer, a los 37 años, me tocó impulsar en las comunas de San Joaquín, La Granja, Ñuñoa centros de atención a mujeres víctimas de violencia, también en esas comunas instalamos el programa Mujeres Jefas de Hogar. Es una realidad que conozco porque trabajé desde muy temprano en este sector. Además, me parece que es un espacio geográfico muy representativo del sentir de las y los ciudadanos.
¿Cómo planea desplegar su campaña?
Vengo trabajando por el Apruebo hace más de un año, primero de forma presencial, antes de que explotara la pandemia. Ahora espero mantener el despliegue territorial con las precauciones y cuidados necesarios. También utilizaré medios digitales que han ayudado mucho durante este año complejo, pero hago la observación que hay mucha gente que no tiene recursos para conectarse ni tampoco conocimientos tecnológicos. Por lo tanto, va a ser una mezcla de ambas cosas y trabajando con organizaciones en el territorio, como lo he hecho siempre.
Durante 2020 se produjeron 59 femicidios en el país, a partir de su experiencia como ex ministra de la Mujer ¿considera que el Estado ha fracasado en la lucha contra la violencia?
Cuando estuve a la cabeza del Ministerio de la Mujer (entonces Servicio Nacional de la Mujer) fue una prioridad trabajar el tema de violencia de género. Impulsamos junto con mi equipo la primera Ley de femicidio en nuestro país, además instalamos una red nacional de casas de acogida, refugios para mujeres amenazadas, centros de atención ambulatoria para atender los casos de violencia leve. Hicimos todo aquello que una política pública seria debía conllevar. Pero cuando los Estados no son capaces de adoptar medidas transversales para erradicar prácticas de violencia contra las mujeres, el Estado fracasó en su mandato. Es un problema enquistado en nuestro quehacer cotidiano, ya que es un problema de carácter cultural.
¿Y cómo se podría superar este problema?
El sistema patriarcal existe desde que la sociedad, la humanidad, se asentó y se gestó el concepto de propiedad privada. Tiene múltiples expresiones, la más dramática es el feminicidio, tenemos que derribar esa muralla, debemos deconstruir esas prácticas y creencias para lograr efectivamente una vida libre de violencias.
¿Cómo ha afectado la pandemia a las mujeres del país?
Han sufrido afectaciones de sus derechos. Según un estudio de la Corporación Miles, los anticonceptivos subieron significativamente de precio. Sin duda la pandemia ha tenido un impacto diferenciado en las mujeres. Retrocedimos cerca de diez años en la participación laboral femenina, existe un 57,8% de mujeres sin empleo o que lo perdieron por la pandemia, muchas de ellas trabajan en informalidad o precariedad, por lo que ni siquiera pudieron utilizar el seguro de cesantía. Además, no se perdieron solamente puestos laborales, también se cayó la red de cuidados que acompañaba y permitía que muchas mujeres salieran a trabajar, me refiero a las salas cunas, jardines infantiles y colegios.
Al interior de la DC, el debate sobre la despenalización del aborto genera distintas posturas. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Soy una firme defensora de que las leyes en Chile y el sistema jurídico deben otorgar a las mujeres el derecho a decidir. El primer paso fue la despenalización en tres causales, pero creo que hoy día, no solamente por las recomendaciones de organizaciones internacionales de salud, sino también por la convicción de que hombres y mujeres deben ejercer sus derechos sexuales y reproductivos de manera segura y sobre todo legítima. Junto con eso, creo que hay que trabajar fuertemente los temas relativos a la educación sexual. Me considero una defensora del derecho a la vida y creo que la ley hace lo correcto cuando se consagra la protección de la vida del que está por nacer, lo que no se contrapone, desde mi punto de vista, con el legítimo derecho que tienen las mujeres de tomar una decisión autónomamente.
¿Qué rol debería consagrarse en la nueva Constitución?
Creo que el principio de subsidiariedad, tal como es entendido en la Constitución vigente, es un concepto que tiene una pésima aplicación. En esa lógica no estoy de acuerdo con este principio, redactado con un prisma ideológico neoliberal, creo que debe ser cambiado. Se deben garantizar y reconocer derechos esenciales que le entreguen dignidad a las personas: derecho a la salud, a la vivienda digna, a la seguridad social, al trabajo digno, a la educación. Esos derechos hoy en día están entregados al mercado. Desde la DC hemos defendido lo que en países europeos se conoce como la economía social de mercado, que no es la economía neoliberal ni capitalista, sino que es una economía donde el mercado puede intervenir y el Estado tiene un rol orientador y regulador. Debemos cambiar el modelo económico por uno solidario, ecológico y sustentable.
Usted fue partícipe de la Concertación. ¿Es autocomplaciente con lo que se hizo o autoflagelante?
Ninguna de las dos, cualquier persona que participa en política debe tener una capacidad de autocrítica aguda. Hay ciudadanos/as que perciben que los cambios no se hicieron con la rapidez suficiente, sin embargo, en algunas áreas se avanzó en comparación a lo que teníamos cuando se recuperó la democracia. Pero, sin duda, faltaron cosas importantes como revisar el proceso de privatización de las empresas del Estado o la mercantilización de los derechos del agua.
