Periodista (Desde Rancagua)
Marcela Riquelme, candidata a diputada por el Distrito 15 -que reúne a 13 comunas de la Región de O’Higgins-. Abogada, de la Universidad de Chile, con amplia trayectoria en defensa de derechos laborales y de los derechos reproductivos de la mujer, además de otras causas sociales. El próximo 21 de noviembre estará en la papeleta, en la Lista de Apruebo Dignidad en un cupo de Convergencia Social, asumiendo el desafío de transformarse en la primera mujer que ocupe un escaño en la Cámara de Diputados en la historia del Distrito que representa.
-¿Qué le impulsó a asumir una candidatura para ser Diputada?
-Son varios los factores. En marzo pasado fui candidata para la Convención Constituyente. Y, pese a ser la segunda mayoría del Distrito 15, con más de 15 mil votos, no logré ser parte de ese tremendo equipo de constituyentes, ya que participé como independiente, sin sumarme a ninguna Lista. Jamás pensé que lograría ese tremendo respaldo ciudadano… la experiencia fue realmente maravillosa.
Después de la elección recibí cientos de mensajes de personas que votaron por mí, motivándome a dar un nuevo paso, pero esta vez para llegar al Congreso. Me llamaron de todos los partidos de centro izquierda -tradicionales y no tradicionales- y, finalmente acepté el nuevo desafío, nuevamente como independiente, pero esta vez en una Lista y con el cupo de Convergencia Social, que es afín con mis planteamientos e ideas y que me permite continuar con la idea de una candidatura ciudadana.
Para mí, el Congreso es un espacio donde las decisiones o proyectos que se definen inciden en la vida de las personas. Es ahí donde podemos dar pasos sustantivos para las transformaciones que necesitamos y creo que cuento con las competencias para eso. Por años me he dedicado a la defensa de los derechos ciudadanos, imagínate cuánto más podríamos hacer desde un espacio como ese.
A lo largo de su trayectoria, Marcela Riquelme no ha estado alejada de la vida pública y social. Comenta que tanto en sus roles de abogada, trabajadora pública o en el ámbito personal, ha logrado conocer de cerca una serie de situaciones que la han movilizado para asumir causas que han marcado su vida.
“La vida ha sido generosa conmigo, porque siempre me ha permitido aportar desde distintas veredas. Para la discusión del proyecto de aborto en 3 causales, tuve la oportunidad de representar al Colegio de Matronas, ante el Tribunal Constitucional. Como abogada laboralista, he conocido de cerca los abusos a los que muchas veces se ven expuestos las y los trabajadores. También me he hecho parte -en lo personal- de la defensa de los derechos de la diversidad… imposible no hacerlo si además soy madre y esposa de una familia lesboparental. Y, por si esto fuera poco he debido lidiar con el machismo propio de mi entorno laboral.
Cuando la vida te muestra, en gloria y majestad lo que vivimos la mayoría de las y los chilenos, no puedes mantenerte siempre al margen, ¡menos hoy! Chile está en un proceso social importante, donde la ciudadanía está cansada de los discursos de siempre. Debemos hacernos cargo de los procesos sociales que están ocurriendo en nuestro país y en distintas partes del mundo. Lamentablemente, pareciera que hay algunos que aún no se dan cuenta e insisten en perpetuar lo que, la mayoría de nosotros ya no queremos”, afirma la candidata.
-Menciona que la ciudadanía está cansada, habla de cambios en los procesos sociales… y en ese contexto, ¿cuál cree que sería tu aporte para este momento del país?
-Creo que es fundamental escuchar atentamente lo que dicen nuestros vecinos y vecinas. Mirar con atención lo que pasa a nuestro alrededor. Estamos en plena etapa de construcción de una nueva Constitución, de la que no podemos estar lejanos. Tenemos que estar en sintonía con lo que allí ocurre, porque quienes deseamos asumir responsabilidades legislativas debemos caminar de la mano con lo que surja en ese marco de representatividad, inclusión, paridad y multiculturalidad.
Es tiempo de entender que, quienes eventualmente lleguemos al Congreso seremos mandatados, el voto es una señal de confianza y eso no podemos olvidarlo. Es por eso que la gente está tan molesta con las y los políticos, porque tal como nos lo dicen cuando andamos en terreno “ahora aparecen, cuando están en campaña… después ni se acuerdan de nosotros”… Y ¿sabes? ¡Muchos de ellos tienen razón! Este es el momento de asumir que el poder político debe estar al servicio de las y los ciudadanos y no en beneficio propio o de los amigos, pero parece que a muchos se les olvida y, hoy en día el país ha dado muestras contundentes de su rechazo a todo eso. Lamentablemente, a veces los partidos están más preocupados de cuidar sus espacios de poder y no de elegir a sus mejores representantes… y de eso nos tenemos que hacer cargo. Necesitamos contar con la ciudadanía, recuperar sus confianzas, trabajar codo a codo con ellas y ellos, porque de lo contrario, seguiremos mirando de la vereda del frente situaciones bochornosas y complejas que debilitan nuestra democracia.
-Como aspirante al Congreso, ¿cuáles son sus principales banderas de luchas que propones o que defenderías en el Congreso?
-Hay temas que para mí son centrales, los cuales deben sostenerse en los pilares de igualdad, inclusión, equidad, transparencia y derechos de la mujer. Tenemos que hacernos cargo, con urgencia, de los temas medioambientales que para la Región de O’Higgins son fundamentales; no podemos pensar en el futuro del país sin asumir este compromiso. Durante la pandemia, retrocedimos cerca de 10 años en lo que respecta a la participación de la mujer en el trabajo y las brechas se profundizaron aún más; por lo tanto, debemos redoblar el trabajo para equiparar la cancha en ese sentido, sin olvidar aquellas materias relacionadas con los derechos reproductivos de las mujeres.
Del mismo modo, estoy convencida que estamos en el momento oportuno para impulsar, de una vez por todas, la Defensoría del Pueblo -o lo que conocemos como Ombudsman-, de la que he sido promotora por años. Necesitamos una institución autónoma que resguarde los derechos humanos y sociales de las y los ciudadanos y me encantaría ser yo quien lidere esa discusión en el Congreso, de forma de retomar los proyectos que ya existen al respecto y que duermen hace más de tres años en el parlamento.
Hay otros temas que son de igual relevancia y que, sin duda son transversales para quienes creemos en un país con mayor justicia social: una salud digna y oportuna; educación gratuita, de calidad y no sexista. Y si miro desde una mirada más local, creo que es primordial discutir sobre la situación tributaria de las zonas mineras, que permitirían un desarrollo local importante, en diversos ámbitos, como también seguir avanzando en materias como el royalty. Y ni hablar de los derechos de agua, los cuales deben ser priorizados para la pequeña agricultura familiar campesina y también para quienes se desempeñan en la ganadería.
Sin duda, el cuidado del patrimonio material e inmaterial no puede quedar atrás, como foco central para preservar la identidad local, fomentando el arte y la cultura, como ejes para desarrollo turístico. Debe haber una inyección de recursos para que, en la real descentralización se invierta e impulse un circuito económico favorable para todos los que puedan ser parte de él. Tampoco podemos olvidar a nuestros hermanos menores: nuestras mascotas, a través del mejoramiento de normas relacionadas con tenencia y trato de animales.
Tenemos la obligación también de asumir, de una vez por todas, un compromiso serio con las niñas y niños de nuestro país, con nuestros adultos mayores, por los que debemos generar mecanismos que asegure realmente una mejor calidad de vida. Pensiones, es otra materia que nos urge resolver. El fomento de la ciencia, investigación y tecnología, no lo podemos dejar fuera… es inverosímil que siendo un área tan relevante, sigamos mermando el presupuesto para su desempeño, cuando tenemos recurso humano valiosísimo en Chile, que podrían aportar de una manera increíble a nuestro crecimiento.
Como país estamos al debe en asuntos como la inclusión para personas en situación de discapacidad y la igualdad de derechos para el mundo de la diversidad. La región de O’Higgins cuenta con uno de los mayores índices, a nivel nacional, de nacimientos con malformaciones congénitas y seguimos sin pronunciarnos al respecto. Del mismo modo, mi región es una de las que presenta mayores niveles de denuncias en materias de homofobia… y de nuevo, seguimos mirando desde lejos sin comprender lo que esto significa. Es tiempo de trabajar bajo nuevos paradigmas, nuestro país está cambiando y es necesario que todos y todas lo comprendamos. Ciertamente, no cambiaremos todo de un día para otro… pero, tenemos que dar el puntapié inicial”.
Tras un rato de entrevista, Marcela Riquelme Aliaga se disculpa… debe asistir a una audiencia de una causa que lleva su oficina “Hay causas legales que no he querido dejar de lado. Esta es mi fuente laboral que me ha permitido asumir en parte este desafío. Soy independiente, los recursos son escasos y en los procesos electorales, la contienda es desigual en materias económicas… lo cual debería ser otra materia de legislación. No puede ser que, quienes cuentan con más recursos tengan mayores posibilidades de lograr un cargo, deberían primar las ideas por sobre los recursos. Pero, esto tiene que cambiar, solo así lograremos transformaciones reales… por eso ¡seguimos!, ¡y lo haremos posible!”, nos dice riendo y aludiendo a los slogan de su candidato presidencial y de su campaña.
