Inicio Derechos Humanos Fallece José Aldunate: Pepe, Amigo, el Pueblo está Contigo

Fallece José Aldunate: Pepe, Amigo, el Pueblo está Contigo

Foto Cuenta de Twitter @JesuitasChile

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A los 102 años de edad falleció Pepe Aldunate, y junto con él toda una generación de curas comprometidos con la defensa de los Derechos Humanos. Abiertamente contrario a la dictadura cívico-militar del general Augusto Pinochet Ugarte, Pepe participó en varias iniciativas contra el régimen, entre ellas  el inolvidable “Movimiento contra la tortura Sebastián Acevedo”, que era capaz de gritarle en su cara sus horrores a los torturadores de turno. No se olvidarán sus brillantes columnas de opinión en el boletín de la Vicaría de la Zona Oeste, bajo el nombre de los “Signos de los tiempos” y el boletín clandestino  “Policarpo” que cuestionaba a la jerarquía de la Iglesia Católica de la época, porque no se enfrentaban suficientemente contra la dictadura militar.

Partidario de la Teología de la Liberación, Pepe fue un hombre y religioso jesuita adelantado a su tiempo. El mismo contó en una entrevista que le hizo la periodista Alicia Oliva, en la extinta revista Análisis, que el “golpe me encontró martillando”, pues también fue un cura obrero. Fue un hombre muy consecuente con la opción preferencial por los pobre y lo hizo carne viviendo en medio de las poblaciones. Población Nogales y Santiago, de Estación Central, fueron su hábitat por mucho tiempo.

Censurado por Cardenal Fresno

Sus reflexiones más profundas, cercana al Pueblo de Dios y de defensa de la vida, le significó varias reprimendas del Cardenal Francisco Fresno, un obispo timorato y sin capacidad de enfrentarse a las violaciones a los derechos humanos de Pinochet. Durante un año, en 1988, Fresno operó con censura previa al Boletín de la Vicaría Oeste, medio eclesial que debía presentar sus originales ante el Cardenal, antes de ser publicado. En varias ediciones, la columna de Pepe Aldunate fue censurada y no difundida. Sin embargo, muchos años antes a Pepe el Vaticano le ofreció ser obispo de Chile, asunto que el rechazó de plano. Su vida era defender y acompañar a los más pobre de Chile.

Sin ego alguno, viviendo como el más pobre de los pobres, José Aldunate venía de una familia muy adinerada. Tuvo una formación inicial inglesa y sus padres le pusieron una institutriz a su cargo. De esos tiempos, confesaba que lo único que le sirvió fue hablar un perfecto inglés, pero que nunca pudo dominar el uso correcto de los cubiertos.

En la orden religiosa que militó toda su vida, la jesuita, Pepe era sindicado con un religioso quitado de bulla, pero no era tan así.  “Soy muy tímido, es la verdad de las cosas”, confesó más de alguna vez entre sus más cercanos. Y de anécdotas se trata, el sacerdote vivió algunas bastantes surrealistas, como en una acción relámpago que tenía el Movimiento Sebastián Acevedo frente a los centros de torturas de la Central Nacional de informaciones, CNI, la policía secreta de  Pinochet, donde el insistía en subirse detenido a un bus de carabineros para acompañar a los otros manifestantes. Carabineros lo bajaba y él una y otra vez se subía el carro policial.

Para muchos pobladores de ollas comunes, comprando juntos, huertos familiares o comités de cesantes, Pepe significó mucho para sus vidas y se le extrañará mucho. No sería para nada raro que, por su testimonio de vida, se le santifique en los próximos años.

A este cura ejemplar, sólo se le puede despedir con un “Gracias por tanto Pepe”.

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