Inicio Nacional Reporteando la “Primera Línea”: El Yin y el Yang

Reporteando la “Primera Línea”: El Yin y el Yang

Crédito Fotografía: Patricio Muñoz Moreno

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El termómetro
señala que, a las 17.28 horas de un día equis, marca una temperatura de 34,7 grados. El telón de fondo es la Plaza de la Dignidad (Ex Plaza Italia). Es una hora donde moros y cristianos dan rienda suelta a sus demandas. A esa hora, Carabineros no da luces de ser visto a kilómetros a la redonda.

Un señor, de más de 60 años, se desnuda por completo y se encarama en el inmolado general Baquedano. Le toman fotografías turistas europeos como si su acto trasgresor fuese  irrelevante. Mal que mal, la “zona cero” también está incorporado como un circuito turístico que ha traspasado nuestras fronteras. Al día siguiente, el mismo hombre realiza la misma perfomance, pero unos chicos encapuchados le tiran piedras y le dicen que debe vestirse, porque su acción “no ayuda a la causa, la perjudica”. Otros lo bajan del caballo del general Baquedano, lo visten y le expresan que no lo vuelva a hacer. No hay duda que el señor no está en sus cabales.

Minutos más tarde, llegan otros jóvenes y hacen lo mismo con más ropa. Quieren una foto para decir: yo estuve aquí” y adornar sus redes sociales, pero no participan del espíritu y el motivo que sembró la protesta social hace ya más de 90 días. En fin, la Plaza de la Dignidad también se ha transformado en un foco de turismo poco habitual. No sólo lo que la TV muestra en unos pocos minutos, sólo con el vandalismo y la violencia. Hay algo más. Y eso es lo que quisimos reportear. No fue fácil, porque la desconfianza es lo que impera, no así el temor.

En el corazón de la Primera Línea

A 200 metros del vapuleado General Baquedano, está la Primera Línea. Son jóvenes entre los 14 y 21 años que le dan “guerra” a Carabineros como dicen- y que,  a eso de las 20:30 horas, durantetodos los santos días de la semana, actúan como reloj: se acabó el “hueveo”, vamos reprimiendo.Acción  y reacción.

Página 19 estuvo reporteando durante el último mes la Primera Línea. No fue fácil llegar a ellos y ellas. Desconfiados de la prensa tradicional y empresarial, nos presentamos como un medio sin censura de ningún tipo y que trata de mostrar la realidad del país con todas sus aristas. Después de googlearnos nos dijeron que sí, pero con la condición de resguardar sus identidades y sin fotografía alguna. Accedimos.

No son más de 500 los protestantes de la Primera Línea que, cada día, se enfrentan a Carabineros. Y hay de todo. Sorprende el que si bien la mayoría son jóvenes, hay también de otras generaciones. Están los que ya llevan 90 días y son habituales en  el lugar y, los que vienen de regiones para “sentir” el pulso de lo que está pasando en el país, según reconocen.

En la “Primera Línea” hay de todas las comunas de la Región Metropolitana. Estudiantes secundarios, universitarios, oficinistas, obreros y profesionales.

“Es distinto”, dice Camilo que habita en una región al sur de Chile. “Aquí pasa de todo, tiene resonancia nacional. Los medios de comunicación reportean Santiago pero lo que ocurre en regiones nadie lo sabe, porque a nadie le importa”.

Ramiro dice que protesta por su abuela, con una pensión miserable. ¿Sabe usted que si nosotros no hacemos esto todos los días volvemos a la normalidad. Los partidos haciendo lo de siempre, el congreso haciendo lo de siempre, los medios de comunicación haciendo lo de siempre y el gobierno haciendo lo de siempre. No entienden nada y en marzo se lo vamos a recordar a todos”, dice convencido.

No solo los hombres

Julieta, una de las 8 mujeres en la Primea Línea, cuenta que no fue fácil ser parte de. El machismo imperante va más allá de las izquierdas y las derechas. “Tuvimos que pararle los carros a estos huevones. Los cambios políticos y sociales no solo los hacen los hombres, sino también las mujeres. Es más, las mujeres, a veces, damos mejores alternativas para enfrentar la represión”, opina esta estudiante de Derecho.

Y agrega: “Dentro de las demandas están también el feminismo y hoy lucho por ellas, en la calle, y no desde un cómodo computador o mirando la tele”.

El Plebiscito del 26 de abril

Tanto Camilo como Ramiro no están ni ahí con el Plebiscito del 26 de abril. Ni siquiera se ponen en la posición de ir votar. “Es un acuerdo de la clase política y burguesa para seguir replicando lo mismoy para que nada cambie”, sostienen.

-¿Esa es una postura muy anarquista?

– Sí y no. Sí, porque ya no confiamos en la clase política y menos en un gobierno que no tiene respaldo alguno. Y no porque no somos huevones, igual hay que monitorear las tendencias de aprobar o no una nueva constitución. O sea, hay que mirar el día al día.

Esteban piensa que las asambleas territoriales harán la discusión sobre participar o no en el Plebiscito del 26 de abril. “Creo que será un debate que haremos en marzo próximo”, cuenta.

Julieta tiene una mirada distinta. Y lo ejemplifica con caminar y mascar chicle al mismo tiempo. “Puedo seguir en la calle, pero también participar de otros espacios para influir, como el plebiscito del 26 de abril y votar por el Sí Apruebo, por la Asamblea Constituyente y la Paridad”.

-Pero, tus compañeros de la Primera Línea piensan distinto

-Compañero periodista….¿por qué cree usted que estamos acá?, dice Julieta con un guiño en el ojo.

Cuando Carabineros comienza la encerrona, Aylyn, una venezolana que vende huesillos y simpatizante de la protesta social, agarra sus bártulos y corre en dirección al Parque Bustamante. Marjorie, una peruana que vende los llaveros del “matapacos”, hace lo mismo.

Marcos, un joven estudiante de enfermería, enfundado en dos patines, tiene por misión rociar la cara de los manifestantes con agua y bicarbonato. Así se contiene la pestilencia de las bombas lacrimógenas.

Con el sol cayendo por el poniente y a contraluz, vemos a Julieta arriba de un montículo con el puño en alto y gritando a las fuerzas represivas: “No pasarán”…

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