Periodista.
Si bien José Antonio Kast obtuvo un pequeño margen mayor de votos en la primera vuelta, quedó al debe con la fuerza que se requiere iniciar la segunda vuelta. En cambio, la campaña de Boric se viste de renovado entusiasmo y re encanto por parte de la ciudadanía y muchos militantes que al fin tienen una candidatura que los motiva.
El candidato de la derecha parece haber tocado techo, por más que los medios tradicionales se empecinan en darle tribuna a cada uno de sus movimientos, éstos no se traducen ni en apoyo ni en votos, incluso por primera vez que los resultados de las encuestas parecen estar conectadas con el sentido común y lo que se percibe en las calles y las redes sociales, otorgándole una ventaja a Gabriel Boric.
Desde el comando de Boric se activaron encuentros con ciudadanos en diversas plazas del país y a juzgar por la alta presencia de personas, el entusiasmo que genera su candidatura es espontánea y fresca, se siente un ánimo redoblado para participar de la campaña y como apoderados para resguardar adecuadamente los votos del joven candidato. Lo propio está ocurriendo en las redes sociales, donde una ola de memes cargadas de buen humor, frescura y entusiasmo muestran al candidato como la mejor alternativa, pero también piezas gráficas que muestran su programa desde un enfoque constructivo.
Mientras tanto, el candidato de la derecha viaja al extranjero para reunirse con personajes desconocidos en Chile, continúa con su discurso añejo del anticomunismo y no parece generar la energía necesaria para triunfar en la segunda vuelta, Kast, se ve desgastado y asustado. Todo parece indicar que en esta elección se romperá con el paradigma impuesto tras la recuperación de la democracia, que el candidato que sacaba más votos en la primera vuelta se quedaba con el sillón presidencial. Boric romperá ese paradigma y se convertirá en pocas semanas en el presidente más joven que ha visto Chile en casi dos siglos, sin duda un recambio generacional que va en sintonía con un país que decidió renovar su Constitución y mirar con renovado optimismo su futuro.
