Ingeniero Forestal, Universidad de Chile y PhD Universidad de Toulouse. Francia.
La estación de la línea 1 del metro, Universidad de Santiago, sirve a un lado de la Alameda a la USACH cuyo Rector por 4 períodos (16 años)es Zolezzi y, al otro lado de esa misma avenida, a la Catedral Evangélica cuyo administrador por 20 años ha sido el Obispo Durán.
A un lado de la Alameda, reina un líder carismático, que usa admirablemente bien sus dotes de orador, que se hizo del poder de la Iglesia su culto.Se dedicó por muchos años a mal usar el diezmo y las donaciones de personas honestas, convencidas por su fe en Dios. En esa fe quién más dona está cerca de Dios. Eso se hace semanalmente porque tú puesto junto a Él cambia si das más. Esto es de una lógica fantástica si el esquilmado semanal posee fe. Los fondos donados como diezmos y donaciones fueron a parar a la cuenta corriente del Obispo, sus parejas y sus secuaces.
Ahora bien, para que esto ocurriera, el Obispo Durán se encargó, durante años,concentrar todo el control de la Iglesia de su fe. Se encargó de sacar del camino a quienes le hacían sombra. Se encargó de poner a sus incondicionales en los puestos claves que le permitieron, con el transcurso de los años, apoderarse de los recursos que gente buena donaba semanalmente.
Al otro lado de la Alameda, la estrategia no ha sido muy distinta. Zolezzi ha consolidado su poder dentro de la USACH desde el momento mismo que ganó su primera elección por 3 votos hace ya más de 15 años. Antes y en preparación de su segunda re-elección, exoneró a 60 académicos opositores argumentando que la USACH estaba en re-estructuración. Para consolidar este espurio proceso se valió de su amistad con el contralor de la época: Ramiro Mendoza, ex consultor de la USACH (contratado por Zolezzi un mes antes de convertirse en Contralor). Así, con esta exoneración masiva cambió el padrón electoral y fue reelecto por un margen cuidadosamente calculado antes de las exoneraciones. Muchos académicos votaron masiva y atemorizadamente por él.
Durán argüía la ira de Dios si no se donaba, Zolezzi argüía su propia ira, ya demostrada con nuestra masiva exoneración, si no era re-electo; para asegurarse confeccionaba una lista previa de apoyos para presentar su candidatura…hay de quien no la firmara.
Profusamente los medios de comunicación han dado cuenta de los lujos que el Obispo Durán se daba a símismo y a su entorno directo con los diezmos derivados a sus cuentas corrientes, los depósitos a plazo que posee, los autos delujo, las casas en barrios de altísima plusvalía, los negocios de agua envasada entre otros usos indebidos; incluida una generosa mesada a su hijo, Diputado de la República, ya suficientemente bien pagado por todos nosotros pero que la aceptaba sin siquiera preguntarse si hacía bien o mal….simplemente el parlamentario decidió no declararla, cuando correspondió, en su declaración de intereses.
Los medios de comunicación han sido menos elocuentes cuando se trata de Zolezzi, podría haber una explicación en que la USACH posee cuantiosascuentas de publicidad en varios de ellos. Comosea el caso, cualquier lector podría estar pensando en qué atractivo pudiera llegar a tener esto de reelegirse tantas veces Rector. Lamentablemente, la respuesta ¡es el lucro!
Hagamos un simple cálculo aritmético: en los 14 años que lleva como Rector, Zolezzi ha percibido un monto cercano a los 2,6 millones de dólares por sueldo directo; a eso es necesario agregarle otros 3,2 millones de dólares por concepto de gastos que él decide de manera personal (comunicaciones, viáticos, representación). De igual manera que el caso del Obispo, a Zolezzi lo ha acompañado un estaff de incondicionales que ha ido variando con el tiempo. Todos ellos han percibido, además de su remuneración corriente, que asciende hoy a unos 3 millones de pesos por mes, un sobresueldo llamado asignación que duplica dicha cantidad.
El seductor lucro en una universidad pública como la USACH, que aún se rige por un decreto de la época de la Dictadura (DS149-1981) y se ha mantenido así por expresa voluntad de quienes se benefician de ello mientras que en otros planteles públicos hace décadas fue abolido por aborrecible, se verifica en primer lugar por los abultados sobre-sueldos que los administradores se auto asignan. En efecto, es el propio Zolezzi que se asigna su sueldo mensual, mediante una figura de ilusión ya que hace pasar la decisión por la Junta Directiva, un órgano colegiado no independiente que depende salarial y administrativamente del propio Zolezzi. Al igual que el Obispo Durán, que copaba todos los cargos y espacios para asegurarse el desvío de los fondos, los grupos de administradores profesionales de la USACH se entronizan en el poder con el objeto de lucrar.
Empero, lo descrito no es la única forma de lucrar que posee una vetusta casa de estudios como la USACH. En efecto, de manera paralela, funciona una unidad cuyo único objetivo es producir recursos financieros. La SDT (Sociedad de Desarrollo Tecnológico), concentra los recursos de los post-grados de la USACH y de las carreras especiales o Vespertinas que no inscriben alumnos por mérito (derivados de pruebas como la PSU), sino por simple pago. Quién dirige esa verdadera cueva de Alí Babá es Zolezzi. De la SDT se derivan sobresueldos a diestra y a siniestra. Hace una semana atrás, la Contraloría General de la República le solicitó información a Zolezzi respecto del pago excesivo por un edificio que está a medio construir. El funcionario a quien se culpa es un mando medio que cursó estados de pago por construcciones que simplemente no existían Fue Zolezzi quien efectuó y aprobó los millonarios pagos pese a contar con informes técnicos que reflejaban el pobre avance de la obra ¿Por qué?
Las similitudes con Durán no se terminan ahí. Este sábado una asamblea de religiosos que profesan la fe de Durán simplemente lo expulsaron y es posible que el fin de este oscuro personaje esté cerca. A Zolezzi el tribunal electoral Regional lo destituyó porque en su última re-elección, la tercera, hizo otra genial movida para conservar el poder. Simplemente no incorporó en la elección a los profesores por hora, argumentando que jurídicamente no existen. Estos últimos, valientes y sin nada que perder, presentaron el reclamo ante un tribunal electoral el que fue aceptado la semana que acaba de terminar. Los profesores por hora, llamados agentes de apoyo a la docencia y asimilados al estamento administrativo en la USACH por Zolezzi, son alrededor de 1300 y, por supuesto,existen. Por ello, si estos hubieran votado a razón de ¼ de voto por cada profesor por hora (esa es la alícuota que se les ha asignado), hay en juego 325 votos, es decir casi un 50% del universo que votó en la última elección (alrededor de 700 profesores jornada completa).
Lamentablemente, aún no puedo terminar este relato con un final feliz ya que el fallo de destitución y nuevas elecciones no estará a firme hasta que se pronuncie el TRICEL en dos o tres meses más. Según la lógica del fallo del tribunal electoral regional, la USACH se encamina hacia una nueva elección con un universo electoral difícilmente manejable por Zolezzi, quien, qué duda cabe, seguramente irá a la re-elección si puede amañarla nuevamente.
Los religiosos que asumieron el autogobierno y le dieron un golpe de Estado a Durán, han ideado un sistema de mayor transparencia para administrar los fondos que derivan de las fuentes de ingresos que les son propias. Esta es una organización que se ha dado una hoja de ruta de transparencia Bien por ellos y por quienes profesan esa fe.
Lamentablemente aquí se acaban las semejanzas entre las dos instituciones que comparten la misma estación de Metro de la línea 1. En efecto, mientras la Iglesia Pentecostal se moderniza y se hace más transparente, la USACH aún vive el oscurantismo que Zolezzi le impone.
Urge democratizar la USACH. Urge incorporar a todos los estamentos de la universidad a la elección de sus autoridades. Urge transparentar la SDT. Urge terminar con los sobresueldos. Urge eliminar el lucro en la USACH. Urge un Rector que se comprometa con estos preceptos básicos.
El autor de esta columna de opinión era académico jornada completa y funcionario de planta de la USACH, hasta que Zolezzi lo exoneró, sin pasar por un proceso de calificación académica, junto a otros 60 académicos el año 2012.
