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Smashing Pumpkins, 23 años de melancolía y absoluta tristeza

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El 23 de octubre se cumplieron 23 años del lanzamiento del tercer disco y mayor éxito de la banda de Chicago, un trabajo que generacionalmente pretendió ser el equivalente a The Wall de Pink Floyd para la llamada generación X.

La producción, grabación y posterior gira de “Siamese Dreams” segundo disco de Smashing Pumpkins, pero su primer gran éxito comercial, dejó a la banda en estado de deterioro superlativo.

Una gira extensa y necesaria para poder pagar las largas horas de grabación. Tiempos muertos infinitos sentados en los sillones de algún estudio a la espera de poder hacer una toma o dos. Billy Corgan decidido a encontrar un sonido que no era capaz de transmitir a sus compañeros, por el cual decidió incluso dejarlos de lado y grabar él personalmente cada instrumento en algunas canciones del disco. La ruptura sentimental entre D’arzy Wretzky y James Iha sumado a un profundo alcoholismo de su baterista Jimmy Chamberlin, fueron suficientes razones para pensar en un quiebre definitivo.

Cuando todo parecía ir mal al interior de los Smashing Pumpkins, pero comercialmente “Siamese Dreams” encendía su carrera comercial (más de 4 millones de copias vendidas), Billy Corgan y los suyos deciden tomarse un receso y distanciarse un tiempo con muy pocas ganas de volver a estar juntos.

En ese período Corgan se encierra a escribir canciones y elabora más de 54 temas embarcado en un proyecto que él definiría durante el proceso como el “The Wall” (aludiendo al disco de Pink Floyd) para la generación X.

Entendiendo cuales habían sido los principales puntos de conflicto que habían llevado a la banda a ese nivel de deterioro, el sello convence a Corgan –-aprovechando que aún perdura el  éxito de su trabajo anterior- para volver a juntar a los Smashing Pumpkins.

Los de Chicago vuelven con aires renovados y proponen cambios en su estructura de trabajo. Lo primero fue desligarse de su productor y amigo Butch Vig, aduciendo que la cercanía que mantenían con él de pronto los hacia perder la perspectiva y como si fuera uno más de la banda éste se hacía parte de sus problemas internos.

En su reemplazo llamaron a Allan Moulder y a Flood para que los acompañaran en la construcción de este nuevo disco.

Flood comprendió rápidamente la dinámica de la banda y les propuso cambiar el sistema de grabación. Para ello convirtió el estudio en una sala de ensayos -motivado por la idea de que los Pumpkins sonaban muy distinto en vivo a como lo hacían en el estudio- y de esas primeras grabaciones sacó la base para el disco.

Por otra parte entendió que las largas horas de receso entre toma y toma generaban en el grupo una tensión y aburrimiento que los afectaba a todos, pero principalmente a Chamberlin quien mataba el ocio en los bares cercanos.

Para hacer el trabajo más participativo y por supuesto motivante, mientras Billy Corgan grababa voces y arreglos con Flood en una sala, el resto de la banda grababa los instrumentos bajo la supervisión de Allan Moulder en otra y esto sirvió para que James Iha y D’arzy Wretzky tuvieran mayor participación en la composición de las canciones y con ello lograron finalmente un trabajo mucho más orgánico y colaborativo. Al final del proceso de grabación tenían 52 canciones listas de las cuales seleccionaron 32 para finalmente dejar 28 y con ello un trabajo magistral llamado: Mellon Collie and the Infinite Sadness.

El disco fue lanzado un 23 de octubre de 1995 y a la semana siguiente debutó en el número uno del Billboard. De él se extrajeron 5 sencillos y fue certificado con disco de diamante por alcanzar la no despreciable suma de 10 millones de copias vendidas.

Si “Mellon Collie and the Infinite Sadness” es hoy para la generación X el equivalente a Pink Floyd The Wall para la juventud de los setenta, como pretendía Corgan, es por supuesto totalmente discutible, pero que fue capaz de leer, interiorizar y musicalizar el sentimiento y estado de ánimo de dicha generación  es algo indiscutible y siempre se encontrará entre los cien mejores trabajos de la década del noventa.

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