Periodista.
Esta semana se dio otro paso en la degradación de la política. Y tal parece que quienes ejercen esa profesión que alguna vez fue noble, sean dirigentes, autoridades o parlamentarios, incluso periodistas, no están dándose real cuenta de ello, o no quieren hacerlo.
Solo un ejemplo: la actual presidenta de Demócratas, Ximena Rincón. Tratar de mentirosa a una ex Presidenta de la República, y además, tener la arrogancia (o la estupidez dicen algunos) de invitarla a conversar con ella para “explicarle” sus supuestos errores, sobrepasó todo límite. Más aun habiendo recibido la confianza de Michelle Bachelet al haberla nombrado Ministra Secretaria General de la Presidencia en su pasado gobierno.
Se movió el avispero
Tal parece que el hecho que la Presidenta Bachelet se incorporara a la campaña para explicar por qué había que votar EN CONTRA este domingo 17, produjo una verdadera estampida de odiosidades en su contra en la Derecha.
Las redes sociales se llenaron de insultos, lo que podría ser irrelevante si no fuera porque se sumaron a ello personas como las ex ministras Rincón, Rubilar y hasta la señora Gloria Hut, más algunos varones. Salieron en bloque a criticar a la ex Mandataria. Es que ellos saben que el grueso del electorado del EN CONTRA son mujeres y que objetivamente hay riesgos ciertos de pérdidas de derechos conseguidos después de tantos años de lucha por un poco más de justicia e igualdad para las mujeres.
Nadie recordó la reacción muy distinta, crítica, pero respetuosa del oficialismo a la declaración del ex presidente Frei explicando su voto por el A Favor. En otras palabras, pasó sin pena y tampoco gloria.
La senadora Rincón fue capaz de acusar a Michelle Bachelet de participar en “una campaña de desinformación, que contribuye a ahondar en divisiones”. Fue el mismo discurso que repitieron sus actuales socios de su nuevo camino en la derecha como Marcela Cubillos, Javier Macaya o Bernardo Fontaine.
A la también ex ministra Clarisa Hardy, psicóloga y antropóloga, le cuesta entender que calificaran de mentirosa a la Presidenta Bachelet. “Yo podría entenderlo en Evelin Matthei, en Karla Rubilar, en Gloria Hut. Son parte de la derecha y son coautoras o autoras directas del texto que se está por plebiscitar. Pero ¡Ximena Rincón!, que fue ministra de la Presidenta Bachelet, que además, fue ministra de la cartera donde se tramitan las leyes. Ella sabe perfectamente que los argumentos que se invocaron frente al Tribunal Constitucional cuando la derecha presentó un reclamo por inconstitucionalidad de la ley de interrupción del embarazo por 3 causales, así como con la píldora del día después, son los mismos argumentos que hoy día son las normas que tiene este texto”.
Recuerda Clarisa Hardy que se invocó que “el que está por nacer es una persona y se invocó que lo es desde el útero materno. Y estos dos argumentos que se dieron son los mismos que ellos pusieron como normas en la Constitución que se va a plebiscitar”.
Ximena Rincón miente
“Por lo tanto, la que miente es Ximena Rincón, porque la Presidenta no dice que va a ser derogada la ley, dice que existen riegos de inconstitucionalidad porque pueden reclamar la inconstitucionalidad de leyes vigentes por el nuevo texto, dadas las normas que el nuevo texto contiene”.
Explica que si llegara a aprobarse este texto y si un Tribunal Constitucional rechazara una ley como inconstitucional en dos ocasiones y eso fuera aceptado en esas dos ocasiones, esa ley queda automáticamente derogada.
“Por lo tanto, -afirma- estamos hablando de un riesgo real, porque se dan argumentos que se dieron por la misma derecha que hoy redactó este texto y nos abre un flanco de preocupaciones objetivas y reales a las mujeres. Añade a esos riesgos la ley de objeción de conciencia. “Si se lo liga con la libertad de enseñanza, esto puede llevar a que los colegios nuevamente vuelvan a discriminar el ingreso de estudiantes por la familia de la que provienen, o por la orientación sexual”.
En cuanto a la sala cuna universal que está en la ley y que hoy se financia con aportes de las empresas y el Estado, en el texto a plebiscitar la sala cuna universal queda enteramente ligada a los aportes fiscales del Estado. Todo está ligado al Estado. Por ejemplo, las contribuciones que se van a eliminar las tiene que pagar el Estado. Pero, y eso no se explicita, resulta que no hay acuerdo para una pequeña reforma tributaria. Entonces, ponen todos los gastos a cargo del Estado en la Constitución, sabiendo que no hay financiamiento para todo porque no dan su voto a las reformas necesarias para solucionar los problemas que se arrastran desde hace años.
En definitiva, la reacción de la derecha contra la ex Presidenta, con lo impresentable de su propaganda en la franja política que finaliza este jueves, con aquel “que se jodan” dedicado a todos quienes no están de acuerdo con el a favor, y ya en el paroxismo, con los capítulos de los Republicanos mostrando la cabeza de un cadáver en un tarro de basura, apelando al miedo y la inseguridad que objetivamente siente la ciudadanía por lo inédito de la violencia criminal desatada en los últimos años, se explica –aparte de la desesperación de la derecha por los malos resultados que muestran sus propias encuestas- por el miedo a la fortaleza del liderazgo de la ex Mandataria.
El Presidente Gabriel Boric reaccionó con mesura, pero con firmeza a este clima de terror que la derecha intenta imponer a toda costa estos días que quedan antes del plebiscito. “Yo invito a que la ciudadanía juzgue. Mi posición es que enfrentar la delincuencia es una tarea de Estado y en donde como sociedad tenemos que estar unidos. Quienes quieran, a partir de estos hechos, dividir o sacar réditos políticos serán juzgados por la ciudadanía. Mi rol como Presidente de la República es convocarlos a todos y todas porque al narco, al crimen organizado y a la delincuencia les vamos a ganar trabajando juntos, no separados”.
Semana del terror
El día después del 17, todos los partidos y los aspirantes a ello –Demócratas, Amarillos y hasta el movimiento “libertario” anunciado por el ex Republicano, Rojo Edwards- sacarán sus calculadoras para comenzar sus preparativos para las elecciones de alcaldes, gobernadores y parlamentarios que se avecinan. Hay quienes opinan que la virulencia del ataque de Ximena Rincón a la Presidenta Bachelet hace parte de su orfandad política y de sus deseos de mantener al menos su sillón senatorial con el apoyo de la derecha. Porque de su partido, es poco lo que puede esperar.
Por lo mismo, esta semana será de violencia verbal, de amenazas, de exacerbación del sentimiento de inseguridad y de los más feroces ataques al gobierno y sus representantes. Ese es el clima que se impuso hasta ahora. Clima que obviamente amplifican los medios de comunicación. Diarios, matinales de TV, espacios radiales se desbordarán probablemente con lo peor de las cifras sobre delincuencia y sensaciones de inseguridad de la población. Pulularán los caballitos de batalla que sirvan para ese propósito en los medios. Aunque las cifras reales que emiten organismos especializados, estudiosos del tema, Carabineros e Investigaciones, se omitirán convenientemente, como ha ocurrido hasta ahora.
Y mientras, se sigue desgranando la derecha. Porque a medida que pasan los días, más y mejor se conocen los verdaderos intentos de los republicanos –que son los que lideran la derecha- por conseguir una Constitución que sirva a sus intereses y a sus aspiraciones de gobernar casi con los mismos candados que tuvo la del 80 y que costó tanto ir desabrochando.
Un botón de muestra: se filtró una conversación en un chat de los Republicanos donde se reconoce que el consenso no era lo que buscaban para redactar una Constitución. Se cuestionaba que el texto constitucional entregaba demasiadas concesiones en derechos sociales, en desmedro del pensamiento político de la colectividad.
“Se rindieron a cambiar un Estado subsidiario por uno de derechos sociales. Y tamaña concesión tampoco logró el objetivo de presentar una Constitución de amplio consenso. Corrieron el cerco a cambio de nada”.
El brazo derecho de José Antonio Kast – Cristian Valenzuela, director ejecutivo de Ideas Republicanas, think tank de Republicanos.– respondió de inmediato, para evitar otros desgajamientos en su partido: “El objetivo nunca fue presentar una Constitución de amplio consenso. No sé de dónde inventa eso”, aseguró y dejó en claro que “no se ha cambiado el Estado subsidiario”.
A confesión de parte… A estas alturas habría que preguntarle a la derecha qué opina de la confesión.¿Valdrá la pena?
