Periodista.
Comenzó el lunes 14 de marzo de 2022 el gobierno del Presidente más joven de la historia. Un Mandatario que tiene enormes problemas que enfrentar, que lo sabe y se apoya en la confianza que ha despertado en chilenos y chilenas para ir paso a paso, consiguiendo los cambios que Chile necesita. Que no será fácil es un hecho. Pero, él y su equipo tienen el entusiasmo de la juventud en un Mix perfecto con la sabiduría de las canas que han pasado en otras oportunidades por el palacio de gobierno. Será la manera de enfrentar reformas como la tributaria, la de pensiones, la salud y terminar la de educación. Además del cambio necesario en las policías. Para empezar.
Este Presidente ha despertado tal entusiasmo, que probablemente ni los propios militantes de los también jóvenes partidos del Frente Amplio se lo esperaban. Un joven de cuya brillantez intelectual pocos dudan a estas alturas, aunque no les gusten sus tatuajes, sus salidas de protocolo, sus abrazos a diestra y siniestra, su forma directa de enfrentar a la prensa, su cueca más bien entusiasta que bien bailada. Un Presidente que ama su región -Magallanes-, que vivirá en un barrio popular como cualquier chileno, sin título universitario y por ende, sin pomposos posgrados en prestigiosas universidades extranjeras
Pero, también ha despertado rápidamente ataques y dudas. Particularmente de analistas del duopolio de la prensa escrita y tradicional. Desde “se parte con un buen nivel de credibilidad, pero con mucho para arriesgarlo”, pasando por “asume con expectativas super elevadas y aguas muy difíciles”, pasando por “se juega la credibilidad de su generación”, enumerando algunas de las demandas sociales de las que “debería” hacerse cargo como deudas históricas que pagar, la seguridad ciudadana, la crisis de las macrozonas sur y norte, como si fueran problemas recientes que sólo le competen a este nuevo gobierno.
Gabriel Boric lo sabe. Es un Jefe de Estado que comenzó su gobierno realizando varias cosas que ninguno de sus antecesores había hecho. No sólo ir a jurar o prometer su cargo sin corbata, no sólo saludar cada vez que puede a cuanta persona se cruce en su camino, civil o uniformado, no sólo equivocarse una y otra vez en las ocasiones más solemnes, provocando ternura más que vergüenza. Lo más relevante: celebrar el inicio de su gobierno en una comuna popular, pobre, de trabajadores, pero estigmatizada por el narcotráfico, las bandas organizadas y los crímenes por encargo. Tal como decían los vecinos entrevistados, por primera vez se sentían tomados en cuenta. Por primera vez sentían que valían. Por primera vez se atrevían a pensar en un futuro algo mejor. Es cuestión de revisar las decenas de entrevistas que los canales y las radioemisoras realizaron para comprobar el grado de confianza que ya comienza a renacer en el país. En ellos descansará la fortaleza que necesitará el Presidente Boric para enfrentar los malos momentos. Que sin duda vendrán y no muy lejanos. Es cuestión de mirar las redes sociales donde la derecha mas extrema no deja de vociferar contra este Mandatario que no se ciñe a los cánones a los que están acostumbrados.
Ese joven de 36 años, con los destinos del país en sus manos, ha logrado en pocos días que la esperanza y la confianza perdida entre los avatares de unos días de octubre de hace tres años, comenzara a recuperarse. Ello quedó demostrado en el recibimiento que miles de santiaguinos le hicieron en la Plaza de la Constitución. Su discurso plagado de emoción fue la respuesta, sobre todo para los jóvenes que lo sienten uno de los suyos. Los mayores, ya se habían sentido reconocidos cuando el Presidente Boric se desvió de su camino de la solemne alfombra roja que lo esperaba frente a La Moneda, para pararse e inclinar su cabeza frente a la estatua de Salvador Allende.
Y no sólo eso. Pocos de aquellos mayores que aún quedan de esos tiempos pudieron evitar una lágrima cuando el Presidente Boric terminó su discurso con aquella idea-fuerza que no sólo es conocida en Chile, sino también en el mundo: “Como pronosticara hace casi 50 años Salvador Allende, estamos de nuevo, compatriotas, abriendo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, el hombre y la mujer libre, para construir una sociedad mejor. Seguimos.”
Los mensajes
Muchos analistas, aparte de enumerar las dificultades económicas, políticas y sociales que enfrentará el Mandatario, coinciden en destacar entre otras cualidades del Mandatario, su bonhomía, sencillez e inteligencia que se evidenció con su discurso memorable y una ronda de entrevistas en todos los canales de la televisión chilena.
En ese discurso inicial, el Presidente fue directo y claro. Pasó muchos mensajes y prácticamente no dejó a nadie sin mencionar, señalando así cuáles serán las prioridades de su gobierno.
“Quiero decirles, compatriotas, que he visto sus caras recorriendo nuestro país, las de las personas mayores cuya pensión no les alcanza para vivir porque algunos decidieron hacer de la previsión un negocio. Las de quienes se enferman y sus familias no tienen cómo costearles los tratamientos. Cuántos de ustedes nos han hablado, nos hemos mirado a los ojos. Las de los estudiantes endeudados, las de las y los campesinos sin agua por sequía y por saqueo. Las de las mujeres que cuidan a sus niños con TEA que en cada lugar de Chile me las encuentro. A sus familiares postrados, a sus bebés indefensos. Las de las familias que siguen buscando a sus detenidos desaparecidos qué no dejaremos de buscar. Las de las disidencias y diversidades de género que han sido discriminadas y excluidas por tanto tiempo. Las de los artistas que no pueden vivir de su trabajo porque la cultura no es lo suficientemente valorada en nuestro país. Las de las dirigentas sociales que luchan por el derecho a una vivienda digna en las poblaciones de Chile. Las de los pueblos originarios despojados de su tierra, pero nunca, nunca de su historia. Las de la clase media acogotada, las de los niños y niñas del Sename, nunca más, nunca más, las caras de las zonas más aisladas de nuestro país como el Magallanes de dónde vengo, las de quiénes viven en la pobreza olvidada. Con ustedes es nuestro compromiso”.
Habló de su sueño de país cuando deje la casa de gobierno.. Ese sueño que dice que hermanas, padres, vecinas, abuelos y familia, sientan “que hay un país que nos protege, que nos acoge, que nos cuida, que garantiza derechos y retribuye con justicia el aporte y el sacrificio que cada uno de ustedes, de los habitantes de nuestra patria, hacen para el desarrollo de nuestra sociedad”.
Y tal vez el más revelador fue el que le envió a la Convención Constitucional, entidad que justamente vio la luz gracias en parte a la valentía del hoy Presidente. Les dijo que la nueva Constitución debe unirnos y no dividirnos y debe ser “para todos y no para unos pocos”. Directo y claro.
Pasarán los días, tal vez los años, y muchos recordarán ese discurso que retrató en cuerpo y alma al nuevo Jefe de Estado. Uno de los tantos analistas German Silva Cuadra, lo resumió de manera visionaria: “No cabe duda que la llamada “luna de miel”, esa especie de período de gracia que la oposición y otros poderosos les otorgaban a los presidentes, será muy corta o tal vez ni siquiera exista. Pero creo que el viernes la gente, los ciudadanos, los chilenos, dejaron en evidencia que sí están dispuestos a jugarse porque a Boric le vaya bien. Sin duda, la mejor partida”.
