Periodista.
Con la segunda derrota en una semana, luego que se rechazara la censura inventada contra la nueva mesa de la Cámara de Diputados, la derecha -que no se cansa de ser el vagón de cola de los dos partidos de la extrema derecha, Republicanos y Socialcristianos-, dejó en evidencia los complicados problemas internos que enfrentará para las próximas elecciones locales y nacionales. Como Republicanos sigue sin vacilar y sin miedo en su marcha por asirse del poder real en La Moneda, está más o menos claro quién perderá en ese enfrentamiento.
Y quedó claro el lunes pasado, cuando pese a que Chile Vamos entregó sus votos a la ultraderecha, los intentos de censurar a la mesa de la Cámara de Diputados, encabezada por la comunista Karol Cariola, fracasaron. Hubo 76 votos en contra, 69 a favor y 7 abstenciones.
Chile Vamos votó a favor de la censura, aun sabiendo que iban directo al despeñadero por lo irracional de ella, anunciada cuando aún no se cumplían 48 horas desde la elección de la nueva mesa. El anticomunismo ya vinagre en el mundo, en Chile pampea y provoca estas situaciones bochornosas para la oposición. De hecho, lo había advertido antes el diputado Longton, de Renovación Nacional: “Producto de esta torpeza o atolondramiento del Partido Republicano, lo que va a pasar -una vez más- es que afirmarán a la mesa”. Dicho y hecho, Y aunque hoy insistan en culpar a los Republicanos, lo cierto es que ni RN, ni la UDI, ni Evopoli fueron capaces de negarles sus votos. Como permanentemente ha ocurrido en estos años.
Republicanos siguen dominando
Justo cuando se producía la segunda derrota de la derecha en el Congreso, se conocía la decisión de Renovación Nacional de no apoyar a Sebastián Sichel en su batalla por la alcaldía de Santiago. Es que este candidato permanente no era del agrado de los Republicanos. Lo habían hecho saber y no estaban dispuestos a apoyarlo si Chile Vamos decidía que ese sería su elegido.
Sichel reaccionó por supuesto. Criticó las determinaciones de Chile Vamos, señalando que “es un error en la centro-derecha mimetizarse por miedo al bullying o los vetos que hacen la extrema derecha en vez de defender sus posturas”.
“Hay que tener mucho cuidado, no es cualquiera contra el Gobierno o el PC, porque si vas a usar las mismas herramientas que ellos usan (la “derecha populista“) vas a caer contaminado con la polarización que nos vuelve estúpidos y hace que no nos pongamos de acuerdo” agregó Sichel. Y concluyó: “Chile Vamos tiene que tomar una determinación y eso significa ojalá crecer más hacia el centro, al mundo independiente, invitar a nueva gente y no estar tan obsesionado con Johannes Kaiser y esta gente de Twitter que está todo el día tratándote de cobarde por no cruzar a la línea donde están”.
No todos piensan igual en la derecha. Es sabido que en la UDI hay una inclinación natural hacia Republicanos Hay un sector de ese partido que aboga por ellos y hasta está dispuesto a votar sin problemas por José Antonio Kast, si llegara a darse la posibilidad.
Pero hay otro sector que ya está agotado con los errores de sus aliados. Al parecer Juan Antonio Coloma es uno de ellos. Explicó que, a pesar de que Chile Vamos estuvo a favor de la censura, “cuando estos proyectos son liderados por grupos más extremos, se pierde la posibilidad de llegar al centro y ganar elecciones”. Por supuesto repitió que la responsabilidad política es de Republicanos y el Partido Social Cristiano, señalando que “lo que ocurrió hoy día (el lunes) es que acciones apresuradas, amateur, terminan por ratificar en menos de una semana dos veces al Partido Comunista a cargo de la Mesa de la Cámara de Diputados”.
Poco antes de la votación, el diputado republicano Luis Sánchez defendió la propuesta de su partido y aseguró que “los hechos son tan graves, que no había otra medida adecuada y a la altura de lo que corresponde en este caso”. “Espero que estén los votos. Hemos conversado también con los representantes de Demócratas, con el diputado de Amarillos y estos distintos grupos de centro y las respuestas han sido diversas. Hay bancadas que todavía están reflexionándolo”. Lo que no le dijeron los Demócratas de Ximena Rincón y los Amarillos es que ya tenían decidido abstenerse, supuestamente para no encasillarse en las “derechas”. Hasta ahora se aterran de ser catalogado así. Sin embargo la senadora conversa y conversa con ellos, porque son más moderados y constructores de acuerdos”. Un calificativo “especial” para momento de negociaciones de cupos y apoyos en las próximas elecciones.
A tomar en cuenta
Las actuaciones de diputados y senadores, además de dirigentes de los partidos, dan cuenta que al parecer no leen o no les interesan las tendencias que marcan las encuestas. Las últimas, la Bicentenario de la Universidad Católica y otra de Imaginacción, grafican la mala opinión de la ciudadanía sobre ellos. Y evidencian que la polarización no es sólo de las elites.
El experto Cristian Valdivieso advierte de los peligros y las lecciones que la derecha sobre todo, debería sacar de los resultados de la en cuesta UC. Dice que “los chilenos no están anhelando la llegada de la actual oposición al gobierno. Lo que los chilenos buscan es más autoridad, firmeza e incluso autoritarismo ante lo que se vive como una crisis de inseguridad pública y de descrédito de la política. Una suerte de Bukele criollo si se quiere, el que, dicho sea de paso, entró por la izquierda”.
En materia política, la confianza en los partidos y los parlamentarios está en el subsuelo dice Valdivieso. “La conflictividad proyectada por la población entre la izquierda y la derecha llega a su apogeo, al igual que la tensión percibida entre gobierno y oposición. Se ve nítido el descrédito y la polarización de una clase política vista más al servicio de sí misma que de la sociedad”.
La encuesta Bicentenario entrega datos interesantes a quienes pretenden ganar el gobierno en las próximas contiendas electorales. Dice que al mismo tiempo que pide más autoridad, “no ha dejado de ser una sociedad liberal valóricamente, muy distante a la propuesta que la derecha materializó en su propuesta constitucional fracasada. Una ciudadanía que no quiere moralinas en lo sexual ni en materias reproductivas y que se expresa mayoritariamente contra la idea que se reponga la pena de muerte por crímenes graves”.
No es lo único interesante de la medición. Valdivieso señala que “hay algo aún más duro de aceptar para la derecha si aspira llegar gobernar y, especialmente, a dar gobernabilidad. Y es que ciertos ecos no violentos de las demandas sociales del estallido siguen rondando entre las subjetividades mayoritarias. Entre ellas, que el universalismo de las políticas públicas tiene claramente mayor adhesión que la focalización; que la demanda porque el Estado sea responsable por el bienestar de las personas aumenta en desmedro de la responsabilidad individual; que la expectativa que haya igualdad social aumenta y que hay masiva disposición a pagar más impuestos si es que el Estado garantiza salud y educación”..
