Periodista.
Cada vez queda más nítida la dominación política que está ejerciendo la ultraderecha en los sectores que se autoproclaman “democráticos” en ese sector. A la resignación frente a las enmiendas presentadas en el Consejo Constitucional por los Republicanos, su campaña publicitaria y el despliegue de su abanderado José Antonio Kast para defender sus posturas, los partidos de Chile Vamos se han enfrascado en declaraciones y posturas cada vez más duras para competirle votos a los ultraderechistas.
De ahí que, so pena de quedar como anti demócratas, -calificativo que los hace perder su centro-, se han negado ahora a firmar el compromiso para defender la democracia y el respeto a los derechos humanos como reza en parte de la invitación que ha extendido el Presidente Gabriel Boric para los 50 años del golpe de Estado. Insólito, por decir lo menos.
Pero hay más. El inicio de las votaciones de las enmiendas que presentaron los republicanos para tratar de cambiar la propuesta de la comisión de expertos, -ingresaron 1.069 enmiendas al anteproyecto – que sin ser la mejor, al menos recogió algunas aspiraciones del oficialismo, dejando tranquilos desde el partido Republicano hasta el Partido Comunista, hoy se pone en duda que vea la luz tal como lo pensaron quienes la construyeron.
Una comisión de 24 expertos de todos los sectores políticos, desde el Partido Republicano al Partido Comunista, entregó un anteproyecto de amplio consenso formado por 211 artículos y 47 disposiciones transitorias. Dicho texto puede ser modificado por el Consejo Constitucional, integrado por 50 miembros (la mayoría de derecha: 22 republicanos y 11 de Chile Vamos), los que presentaron un total de 1.069 enmiendas. Esa amplia mayoría les permite aprobar sus propias enmiendas sin contrapeso. Es más, la derecha marca el ritmo del debate y la centroizquierda podría quedarse sin más herramientas que ceder o llamar a rechazar el texto final.
La primera señal
La primera señal fue la cueca y el rodeo. Ni más ni menos. Los Republicanos poseen 22 de los 50 escaños y junto con Chile Vamos no necesitan otros votos para hacer lo que a la derecha le conviene. En la Comisión respectiva, dejando para el final los puntos más debatibles, se puso en el primer lugar de la tabla el capítulo de emblemas nacionales. Y se aprobó para la futura Constitución la bandera, la cueca como baile nacional y el rodeo como deporte nacional.
Así se llegó al absurdo de incluir uno de los bailes tradicionales del país, a rango constitucional. Lo mismo con el rodeo. En ambos casos la derecha pasó –como dicen- “la máquina”. ¿Constitución de todos o una que nos una? A la luz de los acontecimientos, nada de eso está ocurriendo.
De hecho, quienes levantaron esas frases para que en el último plebiscito ganara el rechazo a la propuesta de la Convención Constitucional fueron, además de la derecha, los emergentes partidos Demócratas y Amarillos. Y Ahora elevaron todas sus alarmas frente a lo que estaba ocurriendo en la Comisión.
A poco más de tres meses del plebiscito de salida el 17 de diciembre, que tendrá carácter obligatorio y que, según las encuestas, – que coinciden en casi un 60 por ciento de que gane la opción “en contra”- podría desembocar en un nuevo rechazo y perder lo que creían haber ganado. “Hacemos un llamado a las y los constituyentes a hacer las cosas bien, y eso quiere decir buscar acuerdos”, señalaron, apelando a que una “nueva y buena constitución” es aquella en la que “todas y todos nos podamos encontrar”. Asimismo, manifestaron que de eso depende que “podamos decir a favor en diciembre”.
Dirigieron su mensaje particularmente al partido de José Antonio Kast: “Hacemos un llamado a quienes hoy sustentan las mayorías en el Consejo Constitucional a promover el acuerdo con todos los sectores políticos, para que en diciembre seamos millones los que podamos concurrir a apoyar el nuevo texto constitucional que Chile requiere”.
La centroizquierda, en palabras de su vocero Yerko Ljubetic (CS) advirtió fuerte y claro que “el sector de Chile Vamos tiene que dar cuenta de cuál va a ser el rol que va a cumplir. Si va a seguir siendo un sector subordinado a la mayoría republicana o va a usar el espacio que dispone para articular, para contener, para moderar, particularmente las enmiendas más radicales e identitarias del sector republicano”.
El oficialismo sigue esperando a que las bancadas de derecha se abran a no constitucionalizar el sistema de isapres y AFP, las limitaciones a la huelga, la protección al medio ambiente, derechos sexuales y reproductivos, derechos de niños, niñas y adolescentes, libertad de enseñanza, entre otros temas. Finalmente, el cuestionamiento oficialista es respecto a si las derechas se abrirán a acuerdos con ellos o será la Constitución de los acuerdos entre bancadas de dicho sector.
La dura respuesta Republicana preocupó aún más a sus socios de la derecha. El consejero Antonio Barchiesi (REP) fue el más duro cuando indicó que, “la ultraizquierda, es decir, el Partido Comunista y el Frente Amplio, ya anunciaron que se están bajando del proceso constitucional y han comenzado la campaña para votar ‘en contra’ en el plebiscito del 17 de diciembre”. Además, agregó que los oficialistas rechazan “porque con las enmiendas que hemos presentado podemos tener una Constitución que represente a millones de chilenos y no una ‘Constitución comunista’ como la que rechazamos en septiembre del año pasado”.
La posibilidad de que la propuesta sea rechazada mayoritariamente alertó a tal nivel a la derecha, que Chile Vamos saltó al ruedo para defender la propuesta de los expertos por la que se jugaron. Salieron al rescate presionando a los Republicanos para cambiar la estrategia que estaban usando, y que ponía en peligro incluso las aspiraciones presidenciales de José Antonio Kast.
Los Republicanos se vieron obligados a realizar el gesto de bajar algunas enmiendas polémicas, entre ellas dar libertad a condenados sobre 75 años, cuyo objetivo apuntaba a los criminales de Punta Peuco. El punto es que las enmiendas que los ultraderechistas decidieron bajar, son precisamente aquellas que cuentan con el rechazo mayoritario de la ciudadanía. Y lo saben. Así es que tanta “buena voluntad” es sólo una estrategia para conseguir lo importante para ellos.
La gruesa línea roja
Un conjunto de 9 centros de estudios representativos del amplio espectro de fuerzas de Centro y de Izquierda hicieron un acucioso análisis de las enmiendas presentadas al texto de la Comisión Experta. Entre ellos se cuenta al Instituto Igualdad del Partido Socialista; Chile 21; Horizonte Ciudadano; la Casa Común; Centro Democracia y Comunidad; Ical, Nodo XXI y el c entro de pensamiento del PPD.
Las conclusiones de este estudio se consignan en un Téngase Presente que harán llegar la mañana del 5 de septiembre a la mesa del Consejo Constitucional, en el Congreso en Santiago, denunciando que las enmiendas Republicanas atentan en contra de conquistas democráticas fundamentales. “Su aprobación, -dicen- significaría una grave regresión hacia un sistema de democracia iliberal”.
“Consideramos además que es lamentable que los partidos de Chile Vamos que han sido parte de varios de los mejoramientos constitucionales de las últimas décadas no opongan resistencia y que, más aún, con la presentación de varias enmiendas conjuntas se plieguen al esfuerzo para transformar en letra muerta la afirmación de un Estado Social Democrático de Derecho consignada en la reforma constitucional que habilitó el proceso actualmente en curso”.
Identificaron, a lo menos, 11 líneas rojas. “El traspaso de cualquiera de ellas implica un grave riesgo de regresión constitucional y democrática”. Los institutos que hicieron el análisis afirman que esas líneas rojas implican:
- Un grave retroceso en materia de derechos humanos.
- La constitucionalización de las Isapres y las Afp.
- El debilitamiento deliberado de la educación pública.
- Una severa limitación de la soberanía popular.
- La autonomización de las FF.AA. y las policías.
- Un grave menoscabo a los derechos de las mujeres.
- Debilitamiento de la protección del medio ambiente.
- La privatización del agua.
- La precarización del trabajo y la limitación de la libertad sindical.
- El establecimiento de una Constitución pétrea.
- Impunidad a crímenes de lesa humanidad.
Por lo mismo solicitaron una audiencia a la Presidenta y Vicepresidente del Consejo Constitucional para hacer entrega formal del Téngase Presente.
Mientras, y como los consejeros de los Republicanos están recibiendo presiones desde Chile Vamos y de Unidad para Chile, tanto José Antonio Kast como los dirigentes de su partido han construido una estrategia publicitaria que esperan les dé resultado para cambiar los números actuales. Se han encargado de hacer un trabajo de difusión por medio de giras a lo largo del país y la creación de un noticiero en que |el propio Kast defiende las enmiendas.
El Partido Republicano sabe que si fracasan en aprobar la propuesta que presentarán al plebiscito de diciembre, ellos serán indicados como los responsables, lo que sería una muy mala señal para una nueva opción presidencial de su candidato
