Periodista.
Faltando menos de 5 días para que la Comisión Mixta entregue su trabajo sobre las 210 observaciones que hicieron los expertos sobre el proyecto aprobado por una mayoría de derecha en la Comisión Constitucional, todo indica que la suerte está echada y que lo que los chilenos y chilenas tendrán que votar -a favor o en contra en el plebiscito del 17 de diciembre próximo- será un proyecto de Constitución hecho a la medida de la ultraderecha republicana y perfecto trampolín para las ansias presidenciales de José Antonio Kast.
Expertos designados por los partidos políticos –desde el PC al Republicano–, habían sido capaces de ponerse de acuerdo, al inicio del proceso, despachando un texto que logró el consenso de todos los actores. Los expertos establecieron doce pilares o bordes, que sus sucesores –cincuenta consejeros elegidos con voto popular– debían respetar.
Cuando se entregó primero el anteproyecto realizado por la Comisión de Expertos, pareció que se había logrado un acuerdo amplio que, en general y sin ser del gusto de todos, podía ser perfectamente la base de una futura Carta Magna. Pero, en el Consejo Constitucional primó la mayoría de las derechas y todo volvió a fojas cero. Lo que salió del Consejo daba cuenta de que muy atrás quedaba aquello de “queremos una Constitución para todos” dando paso a una Kastitución, como la bautizó la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic.
Pero, aún quedaba la esperanza de que en la revisión que volverían a realizar los expertos, algo podrían conseguir los progresistas. Craso error. En esta etapa no se repitió aquello de “yo cedo y tú cedes”, que permitió un anteproyecto digerible para la mayoría política del país. Salvo para los Republicanos, los que nunca estuvieron de acuerdo. Hicieron pesar su mayoría y –según varios especialistas- el proyecto constitucional quedó peor que la Constitución del 80.
Porque finalmente y bajo la atenta mirada de José Antonio Kast, que movía los hilos tras bambalinas, las enmiendas de los expertos constitucionales a la propuesta entregada por el Consejo Constitucional, – que estaban advertidos por el propio Kast que debían respetar lo que el Consejo había realizado- quedaron sin acuerdos entre la oposición y el oficialismo.
Por cierto, la derecha culpa a la izquierda y centroizquierda por la falta de esos acuerdos. Pero, según el abogado y experto socialista, Gabriel Osorio, la mayoría republicana ha hecho imposible que se pueda llegar a acuerdo transversales.
Argumenta que ello no ha podido ocurrir, porque la Comisión Experta no es la que toma las decisiones políticas, las que recaen en el Pleno del Consejo Constitucional. “¿Quién conduce el Consejo? La derecha. ¿Quiénes tienen la mayoría del Consejo? La derecha. Entonces, cuando a nosotros nos dicen que nos hemos atrincherados, yo todavía no encuentro mi trinchera, porque no tengo texto donde atrincherarme y no tengo ni siquiera una mayoría por la cual pudiese empezar a negociar.”
Contó al respecto que “todo el texto que fue despachado posteriormente a la Comisión Experta para sus observaciones fueron realizadas a las 3 de la mañana, cinco minutos antes de la votación entre Chile Vamos y el Partido Republicano y nosotros, mirando como yo miro las pastelerías en Chile…con hambre”.
Concesiones sin trascendencia
Ciertamente hubo concesiones “graciosas” en el último trabajo que realizó la Comisión de Expertos. Las mínimas y sin trascendencia. Las importantes no fueron recogidas y quedaron irremediablemente fuera, sin posibilidad de integrarlas nuevamente.
Los expertos despacharon sus observaciones al Consejo Constitucional para que las votara y así las observaciones que consiguieron 30 votos serán las que se impriman en el proyecto de nueva Constitución que se plebiscitará; las que obtuvieron 33 votos negativos sencillamente fueron rechazadas. Y cerca de 40 observaciones pasaron a una Comisión Mixta, integrada por seis consejeros y seis expertos. Obviamente, con una mayoría aplastante de las derechas.
Dentro de las observaciones que impulsaba el oficialismo estaban, por ejemplo, suprimir la objeción de conciencia individual e institucional; el cambio del “derecho al acceso al agua” por “derecho al agua”; eliminar la “grave amenaza terrorista” como causal en estado de sitio; quitar la mención a la justicia militar y reponer la norma transitoria de “equilibrio de género” (paridad) que asegura un 40% de los escaños para ambos sexos en las próximas dos elecciones parlamentarias; eliminar la protección de la vida de ‘quien’ está por nacer y cambiarlo por el que está por nacer; reponer la norma que consagra la huelga a nivel constitucional, sacar el control preventivo del TC, entre otras enmiendas presentadas por el oficialismo. Esas y otras, fueron rechazadas.
Respecto a la fanfarria que hace sonar la derecha por haber repuesto el Estado Social y Democrático de Derecho, Javier Couso, académico de la Universidad Diego Portales, hace claridad sobre el punto. Opina que “lo que se establece es un modelo que se proclama como de Estado Social de Derecho, pero el modelo en salud, en educación y en pensiones es un modelo individualista, donde el ingreso económico hace la diferencia en cuanto al goce de estos derechos”.
El académico de la UDP hace notar, además, el “socavamiento de los derechos de la mujer. Por una parte por el debilitamiento en el tema del aborto, por la defensa de la vida del que está por nacer. Y por otro, la eliminación de la paridad”, sostiene. También apunta que “es muy importante que se establecen las facultades del Tribunal Constitucional. Y volvió a convertirse en una especie de tercera cámara no elegida democráticamente“.
Así, el escenario es muy complicado para la izquierda y la centroizquierda. Porque en la Mixta, la participación oficialista será irrelevante. Solo tendrán cinco de doce integrantes y esta instancia requiere siete votos para presentar nuevas redacciones, exactamente los siete asientos que reunirán entre el Partido Republicano y Chile Vamos. Por eso, ya no hay esperanzas de lograr lo mínimo. La participación del progresismo en la Comisión será sólo testimonial.
La derecha ya se pronunció por el “a favor”
En los últimos días, distintos personeros de derecha se han alineado por el “A favor”. En un seminario de AFP Cuprum el exministro de Hacienda Ignacio Briones (Evópoli) sostuvo que el éxito del proceso es “la llave para que Chile pueda empezar a salir de la mediocridad”. Por su parte el ex candidato presidencial Sebastián Sichel, aseguró que “voy a votar ‘A favor’ a pesar de José Antonio Kast porque sé que el texto final no es el que quería ni el que le gustaría”.
Piñera, en entrevista con El Mercurio, sostuvo que “un eventual rechazo nos deja en una situación muy negativa de inestabilidad e incertidumbre”. El ex subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla (RN) también valoró la propuesta constitucional en materia de seguridad.
Y mientras, han crecido las presiones para que Matthei se pronuncie por el “A favor”. La alcaldesa no ha dicho que está en contra, y ha sostenido que si bien quiere que el proceso tenga éxito, cree que va a fracasar. Según indicó en Tolerancia Cero, el proceso “va derechito al fracaso y la única forma de poder cerrar este tema es tener un texto final lo más parecido posible al texto de los expertos”. Dijo que “lo que estoy viendo es que lo ya redactado se parece más a un programa de gobierno que a una Constitución”. “Si las cosas siguen así, naturalmente no voy a poner mi capital político para la aprobación de esta nueva Constitución que se discute, que en realidad no es una Constitución”.
Pero, fue llamada al orden por el presidente de su partido, la UDI, el senador Javier Macaya. Este sostuvo que “todos los liderazgos tienen que poner su capital al servicio de esta causa. Esto incluye por supuesto a Evelyn”.
Por último y por ahora, el ex presidenciable de la UDI Joaquín Lavín llamó la atención al pronunciarse a favor de la propuesta. En esa instancia valoró medidas como la defensoría de las víctimas. “La Constitución fortalece el derecho a la seguridad o la acción del gobierno. Desde ese punto de vista, ojalá que se apruebe. Mucho tiene que ver con el tema político, para la derecha es extraño pensar este súbito amor del Partido Comunista por la Constitución de Pinochet y de Jaime Guzmán. Es raro”, dijo riéndose.
En todo caso, hasta ahora las encuestas siguen dando como ganadora la opción “en contra”. Para el cientista político del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad de Santiago, Rodolfo Disi, “aumenta las probabilidades de que se rechace finalmente el texto“. Para él “la suerte ya está echada“, y admite que cree que lo que sucede hoy “es muy similar a lo ocurrido en el proceso anterior, pero con los sectores dados vuelta“.
