Periodista.
“Que lo digan por escrito y lo firmen”. La voz firme y clara de la Presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, enrostrando en televisión a la derecha clandestina, escondida en este tiempo bajo el paraguas de una derecha más light que insiste majaderamente en presentarse como “centroizquierda”, representada por gente como Ximena Rincón, Felipe Harboe o los Walker, entre otros, es el intríngulis que en estas dos semanas deberán resolver los partidarios del rechazo en el Congreso Nacional.
Cuanto faltan pocos menos de dos semanas para el día del Plebiscito, la derecha sigue tratando de pasar desapercibida y que otros la representen. Es la estrategia que acordaron todos los partidos de Chile Vamos de la cual se aleja cada cierto rato, el ultraderechista partido republicano y uno que otro ultra independiente “patriota”, más a la derecha si cabe que los republicanos, como el diputado Gonzalo de la Carrera.
Algunos en la derecha -los menos- querrán firmar el compromiso que reclama la verdadera centroizquierda. Otros mirarán el techo. Los más ultras de la derecha, se negarán sin arrugarse. Porque lo que está claro hasta ahora es que en la derecha hay posiciones encontradas. No tienen acuerdo en lo que seguirá hacia adelante en la eventualidad que gane el rechazo. Al menos hasta ahora, salvo una carta dada a conocer por los partidos de Chile Vamos, en la que se comprometieron con avanzar hacia una nueva constitución, en caso de imponerse la opción de rechazo.
Incluso esa vez plantearon que estaban por el estado social y democrático de derechos -que es lo que plantea la nueva Constitución- olvidando mencionar que aceptan terminar con el estado Subsidiario que implantó Pinochet-. Pero, todo sea porque gane el rechazo. Lo dejó en evidencia el ex convencional Ignacio Achurra al responderle a Hernán Larraín que se congratulaba por la decisión de la derecha: “…los representantes de esos partidos en la Convención votaron todos los derechos sociales y la propia definición de “Estado social y democrático de derecho”, en contra, ¿cambiaron de opinión en estas semanas?”.
La derecha ¿por una nueva Constitución?
Lo concreto es que palabras hay muchas, pero se convierten solo en música en política. Los acuerdos firmados son los que valen y de eso, no hay nada por parte de la derecha. Lo dijo Paulina Vodanovic. Recalcó que en la oposición no hay claridad de que haya un convencimiento transversal de impulsar una nueva Constitución si es que triunfa el rechazo. «Yo creo que no hay acuerdo en la derecha», dijo y en ese sentido, le habló directamente a Javier Macaya (UDI), Luz Poblete (EVO), Rojo Edwards (PLR), y Francisco Chahuán (RN), para que «definan una ruta» post 4 de septiembre ante ese eventual escenario.
¿Qué va a hacer la derecha con los republicanos, que tienen un buen número de parlamentarios? Es la pregunta del millón. Los necesitan. Pero ellos ya han declarado que no quieren una nueva Constitución, como al menos en las palabras, señalan en Chile Vamos.
La mayoría al interior del Partido Republicano -según informa la prensa mercurial- estaría por focalizar sus esfuerzos en atender las urgencias sociales en diversas materias como “seguridad, salud, migración, jubilaciones, crecimiento económico, control de la inflación y empleo”. Es lo que dice el diputado Cristián Araya. “Ese es el foco de Republicanos antes y después del 4 de septiembre”, agregó, trazando una línea divisoria con la UDI, RN y Evopoli, partidos que han optado por acercarse a los grupos de “centroizquierda” a fin de retomar el diálogo constituyente si gana el rechazo.
“Una alternativa que han tomado con la izquierda democrática… muestra que se está conformando como un bloque más de centro, con algunas personas importantes de la DC y parte del Socialismo Democrático. Nosotros desde la derecha lo que vamos a plantear es más menos lo que el 20% de las encuestas muestra, que es un camino basado en esta Constitución y que se vaya reformando”, aseveró el diputado Agustín Romero.
El diputado José Carlos Meza, por su parte, fue categórico a la idea de expresar su preferencia respecto de cómo debería continuar el proceso constituyente luego del plebiscito de salida: “Nosotros somos partidarios de que sea el Congreso el que se haga cargo del proceso en caso de que gane el rechazo”.
Y otros, como la ex convencional Rocío Cantuarias, van más lejos. La paridad para ella es “una estupidez”. Lo dijo con todas sus letras: “El 5 de septiembre, si gana el Apruebo, vamos derecho al precipicio, al deterioro salvaje, al peligro de tiranía. Pero si gana el rechazo, yo me lo tomaría con calma, poniéndome en los zapatos de la gente. Me pondría serio.
“No creo que la solución sea llamar a una nueva Convención. ¿Con qué garantía? ¿Vuelta con los escaños? ¿Vuelta con la estupidez de la paridad? ¿Vuelta con lo independiente que nunca fueron independientes? Si nos vamos a repetir el plato, es que no hemos aprendido nada. La solución también es una comisión de expertos, es hacer reformas en el Congreso de materias que a las personas les interesan, ¿cachái? Entonces esto de amarrarse hoy a que el 5 de septiembre tenemos que llamar a una nueva Convención, me lo tomaría con calma”.
Es una posición que los más duros de RN, la UDI y hasta Evopoli, comparten pero no lo dicen a voz en cuello.
En la recta final
Frente a la incertidumbre existente, las reuniones, los trascendidos, los “corre, ve y dile”, no exentos de nerviosismo y que buscan un camino post plebiscito, abundan en la sede de los legisladores. Por lado y lado. La sonrisa con un cierto tinte de altanería que se mantuvo en los rostros de la derecha mientras sus encuestas indicaban una y otra vez que su opción por el rechazo ganaba, se ha ido borrando lentamente. Porque cuando los partidos del Apruebo decidieron realizar una campaña como tradicionalmente la hacían, tensionando su fuerza, saliendo a tocar puertas, realizando encuentros masivos y caravanas de todo tipo y en todo el país, entonces se aceleraron las reuniones en el Congreso.
Tal vez por esa dura realidad que está asomando con fuerza, es que cuando quedan pocos días para que chilenos y chilenas se pronuncien sobre si quieren la nueva Constitución o deciden quedarse con la de Pinochet, -“sí señores, la de Pinochet, aunque no les guste”, dicen varios dirigentes oficialistas- , el hostigamiento al Presidente Boric y su gobierno ha ido en ascenso. Acusaciones en Contraloría, querellas y demases, donde el pandero lo lleva el jefe de la bancada de la DC, Eric Aedo, se han multiplicado en las últimas semanas.
En medio de declaraciones agoreras, donde en base a encuestas dudosas unos más que otros dan por muerta la opción del Apruebo, los “expertos electorales” pasaron a ser los reyes de la fiesta y todos son cuidadosos a la hora de anticipar resultados. Cristián Valdivieso, de Criteria por ejemplo, afirma: “Las encuestas subrepresentan a los sectores populares y de menores ingresos. Porque les interesa menos la política o porque las encuestas no llegan a ellos. Con voto voluntario esto no tenía tanto impacto, ya que coincidentemente esos sectores son los que menos votan, pero ahora el escenario es diferente”.
Varios analistas coinciden en que se podrían dar cuatro resultados: a los triunfos ajustados de ambas alternativas se podría sumar un tercero, en que el rechazo consolide su ventaja en estas dos semanas, aumentándola por algún nuevo desacierto de La Moneda, y logre un triunfo contundente. Puede ser también que el Apruebo logré movilizar un voto que podría estar oculto, como ha ocurrido en referéndum en otros países.
Otros, como Ernesto Moreno, Sociólogo de la Universidad Católica de Chile y Doctor en Sociología de la Universidad de Heidelberg en Alemania, intenta encontrar explicación al cambio de personeros que antaño ocuparon altos cargos en los gobiernos de centroizquierda. “Se trata de una peculiar pero finalmente clara posición ideológica, a partir de la cual aceptan y promueven todos los cambios necesarios en la esfera económica que aseguren la permanencia del modelo actual, pero rechazan cualquier modificación en otros ámbitos de la sociedad”. Por lo tanto, se jugarán con todo para que gane el rechazo. Y así lo están haciendo.
Consientes de la posibilidad, los presidentes Javier Macaya (UDI) y Francisco Chahuán (RN) se reunieron por separado con sus parlamentarios para pedirles un último esfuerzo en esta semana distrital y transmitirles que, de ganar el rechazo, será por poco, lo cual abrirá un escenario más complejo de lo que se pensaba hace unos meses. Chahuán pidió a sus diputados y senadores reaccionar con prudencia si es que conseguían un triunfo, ya que cualquier gesto podría ser malentendido y complicar el camino que partirá el 5-S.
La investigadora del IES Josefina Araos advirtió que un triunfo del rechazo no borrará lo ocurrido en el plebiscito de 2020 y las demandas de cambios seguirán arriba. Es lo que la cientista política Gloria de la Fuente, afirma. No descarta que algunos sectores salgan a manifestar su malestar: “Si gana el Rechazo, al día siguiente, el mundo político, debe dar una señal nítida respecto de las reformas que están dispuestos a empujar. De lo contrario, es esperable que los movimientos ciudadanos reaccionen mal y la calle vuelva a ser una alternativa”.
