Periodista.
Lento, más lento de lo que probablemente quisiera el Gobierno, continúan las conversaciones entre el oficialismo y la oposición para lograr acuerdos y construir la Carta Magna que el país necesita. Mientras, tres acorazados transitan en paralelo a las negociaciones en curso, ambos con dificultades no fáciles de sortear: el TPP11, la reforma tributaria y el primer presupuesto que el Mandatario presenta a la Nación y que debe ser aprobado en el Congreso.
Las reuniones van y vienen, pero todas han dejado algo mínimo de avance. Y en esas conversaciones, no falta la Democracia Cristiana, la del apruebo. Respecto a los pocos resultados hasta ahora, ya lo dijo el Presidente del Senado, Álvaro Elizalde: “Todavía estamos lejos del acuerdo, aunque “mejor que ayer, más cerca”, declaró el pasado jueves, cuando se retomaron las conversaciones que continuaron al día siguiente.
El Presidente de la Cámara sostuvo algo parecido. Dijo que “dimos un paso significativo para avanzar en acercar posiciones”, pero todavía queda camino por recorrer porque “el acuerdo debe ser completo, suficiente”. En todo caso, valoró la nueva cita, señalando que la discusión sigue apuntando a dar legitimidad social al proceso, junto a la rigurosidad técnica necesaria, con el fin de “corregir los errores del proceso anterior”.
Respecto a esos errores, también se pronunció el Presidente Boric, que hizo un llamado a controlar las pasiones, recordando lo que ocurrió en el primer proceso constitucional. «Yo espero y tengo fe de que el nuevo proceso constituyente que se está llevando adelante en las conversaciones en el Congreso va a llegar a buen puerto y nos va a permitir tener una Constitución de la cual nos sintamos todos orgullosos, no tengo ninguna duda».
Y llamó a quienes defendieron la opción Rechazo en el reciente Plebiscito a que “no cometan el mismo error que cometimos en nuestro sector cuando tuvimos el Plebiscito de entrada, en el sentido de creer que las variaciones del péndulo son permanentes».
A estas alturas, ya nadie se sorprende del accionar de la derecha que dice una cosa y hace otra. Respecto a la Reforma Tributaria, cuya idea de legislar fue aprobada por el oficialismo en la Comisión de Hacienda de la Cámara, no contó sin embargo con los votos de la derecha. El ministro Marcel se dio todo el tiempo del mundo en conversaciones con la derecha, antes de presentar el proyecto recogiendo incluso sus propuestas. Y como suele ocurrir, olvidaron todo lo conversado y en bloque lo rechazaron.
Las contradicciones internas
Fue la Ministra del Interior, Carolina Tohá, la que rompió los fuegos oficialmente en otro de los temas candentes. “Vamos a darnos un tiempo para poner en vigencia el tratado». Así, sinceró la estrategia del Gobierno frente a la eventual adhesión de Chile al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (conocido como TPP11 o CPTPP).
De inmediato se prendieron alarmas, particularmente en una de las dos coaliciones del gobierno. Mientras el Socialismo Democrático se ha mostrado proclive a su rápida tramitación y aprobación en el Senado, Apruebo Dignidad ha insistido en exigirle al Presidente Gabriel Boric que haga uso de sus facultades y retire el proyecto tal como está diseñado. De hecho, el presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, Jaime Naranjo, dijo en el último Podcast de Igualdad que “alargar la agonía” no tenía sentido, porque los votos estaban para aprobar el Tratado, independiente de las voces en contrario en ambas coaliciones de gobierno.
Uno de los protagonistas en el alargamiento de “la agonía” es el senador y presidente de Revolución Democrática (RD), Juan Ignacio Latorre. El fue quien pidió postergar la votación en el Senado, buscando finalmente el patrocinio del Primer Mandatario para prolongar las conversaciones en torno a los mecanismos de resolución de controversias, encabezadas por el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada. Su estrategia resulto, porque el TPP11 solo será ratificado después de que concluyan las negociaciones sobre las cartas bilaterales (side letters), con las que el Ejecutivo busca generar mecanismos de solución de controversias a dicho nivel, vale decir, bilateral. Se estima que dichas negociaciones se extenderán por dos meses.
Quien sabe de negociaciones internacionales es el ex Canciller hoy senador e integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta, José Miguel Insulza (PS). Dijo que el tema relacionado con las side letters es algo más bien secundario y que ha sido utilizado convenientemente, debido a que –a su juicio– «es el último tema que queda por discutir».
Añadió que “si alguien quiere solucionar la forma de solución de controversias, eso se hace mejor multilateralmente con países afines, que en conjunto emprendan una actividad para eso. Las side letters son acuerdos de dos países respecto de la modalidad de aplicación de alguna disposición del tratado entre ellos”.
Y sobre la postergación de la suscripción al TPP11, Insulza agrega que «las malas señales internacionales las venimos dando hace tiempo, porque llevamos casi cinco años postergándolo. Esto se aprobó por unanimidad en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado cuando yo la presidía, hace tres años». Además, el senador socialista dice que este tema escapa a la simple convivencia interna de las coaliciones de Gobierno, «sino que es un problema de la situación económica del país. Por lo tanto, creo que sería la peor señal que les podríamos dar a los inversionistas, que nos estemos retirando de este tipo de tratados».
La derecha observa
Desde Chile Vamos el senador integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores y timonel de Renovación Nacional (RN), Francisco Chahuán, emplazó al Gobierno en cuanto a «que ponga término a las incertidumbres y que cumpla la palabra empeñada. El Presidente Boric comprometió con los jefes de Estado, presidentes, cancilleres y primeros ministros que asistieron a su ascensión de mando, a que en octubre íbamos a tener completamente despachado el TPP11, y en noviembre el acuerdo con la Unión Europea. Hemos visto a unas coaliciones oficialistas que no han dado señales de esas certezas, y en tiempos en que la inversión se ha ido a piso, es más importante que nunca dar señales en términos de poder aprobar el TPP11 y también el acuerdo con la Unión Europea”.
Desde la UDI el senador Juan Antonio Coloma, se mostró confundido, a causa de que «el TPP11 fue una propuesta que ingresó en el Congreso la ex Presidenta Bachelet, que fue defendida por el canciller Heraldo Muñoz, y que hace algunos días el ministro Marcel nos dijo lo importante que podría ser para la economía de Chile aprobar este tratado, que ha sido aprobado en casi todos los países. Ahora nos encontramos con un sector político más ligado a la izquierda que quiere boicotear el proceso. La verdad es que no entiendo el trasfondo de esta discusión, porque creo que las cosas hay que discutirlas a largo plazo y no según la contingencia política del día a día”.
Lo concreto es que por ahora, las presiones de Apruebo Dignidad consiguieron que el Presidente Boric postergara la ratificación del tratado hasta que culminen los trámites por las cartas bilaterales.
Y para el gobierno “lo fundamental es el resguardo de los intereses de Chile frente a inversionistas o multinacionales extranjeras”. Así lo indicó la ministra vocera Camila Vallejos. El senador comunista Daniel Núñez resumió la molestia de su partido por el curso que estaba tomando el tema. «Uno tiene que basarse primero en lo oficial y en lo formal. El programa de Gobierno del Presidente Gabriel Boric no contempla en ningún punto la suscripción del TPP11. Alguien se está saliendo del programa de Gobierno. Nosotros no».
Apuntó que «aquí hubo gente que se lanzó al agua, se tiró a la piscina, empezó a exigir poner en votación el TPP, como el senador Ricardo Lagos Weber, hubo ministros que en mi opinión dieron declaraciones no muy afortunadas en esa línea, y bueno, provocaron toda esta tensión dentro del oficialismo, y yo les pediría un poquito de prudencia para que primero procesemos las diferencias».
Finalmente la Sala del Senado comenzó a discutir la ratificación de Chile al Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (TPP11) pero debido a una petición de una «segunda discusión», los senadores no lo votaron.
Un presupuesto para los que sufren
Mientras, el Presidente Boric dio a conocer el Presupuesto de la Nación que debe aprobar el Congreso y que más allá de las descalificaciones de ilustres desconocidos en las redes sociales, fue bien recibido en general por expertos en el área.
Se trata de un plan con énfasis en gasto social, que crece 8 por ciento; inversión en infraestructura, con un avance del 5,5 por ciento y seguridad ciudadana, con un aumento del 4,4 por ciento. Lo más importante de este presupuesto, dijo el Ministro de Hacienda, es que su eje ordenador es entregar seguridad y tranquilidad a las personas en lo social, en lo económico y en lo público.
El Mandatario anunció un crecimiento del gasto público del 4,2% para el próximo año, el mayor desde 2019 cuando fue del mismo porcentaje. Lo interesante esta vez es que hay una gran importancia en lo que la gente pide: seguridad ciudadana. Marcel explicó que se apunta a la recuperación de los espacios públicos, a lo que se adicionan ítems como el combate al narcotráfico y el crimen organizado, además de una mayor dotación de funcionarios de las policías al servicio de las preocupaciones ciudadanas más apremiantes.
Ese 4,4 por ciento destinado a la seguridad de chilenas y chilenos, “no parece tanto, pero hay que pensar que entre 2017 y 2021 el crecimiento del gasto público en seguridad ciudadana fue cero″, aclaró el secretario de Estado. Y añadió que “desde la época de la Reforma Procesal Penal que no teníamos un aumento tan importante de los gastos ligados a seguridad y justicia”.
