Periodista.
Parece un mal chiste, pero no lo es. La triste realidad indica que el acuerdo para una reforma constitucional que permita un órgano redactor de una nueva Carta Magna sigue estando al borde del precipicio. Una situación que como nunca en estos casi tres meses de negociaciones había ocurrido.
¿Cuál es el punto? Lo resumió así el diputado socialista Juan Santana: “no estoy por un acuerdo constituyente cuyo órgano no sea electo democráticamente en su totalidad. Se le va a hacer un grave daño al proceso si quienes redactan son designados a dedo”. Ese es el punto: la legitimidad de un órgano mixto con expertos o bien designados o bien validados por sufragio. O un órgano 100 por ciento electo.
Eso, versus la oposición de la derecha que insiste en la convención mixta con expertos designados. Curiosamente los “duros” esta vez provienen del partido que se supone más “liberal” en la derecha: Renovación Nacional. Los egos de Diego Schalper y Francisco Chahuán compiten en esa posición. La Udi ha dado muestras de flexibilidad mientras Evopoli se mantiene más alineada con RN, que números más, números menos, ha insistido en un órgano mixto con 106 personas, 70 electas democráticamente y 36 expertos electos por el Congreso.
Las propuestas
Hasta el pasado miércoles 7 de diciembre, la pelota de las negociaciones fue y regresó una cantidad indeterminada de oportunidades sin llegar nunca al piso, pese a las palabras de buena crianza de los presidentes de ambas cámaras. Luego de 13 y 8 horas de agotadoras reuniones en los últimos días, los dos parlamentarios difundieron su optimismo: “Hoy ha habido un avance significativo y sustantivo en pos de un acuerdo. Estoy optimista respecto de la posibilidad de arribar a un acuerdo para Chile”, comentó el líder del Senado, Álvaro Elizalde (PS). En el mismo sentido se pronunció el presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic, quien afirmó que “hemos avanzado porque se han ido acercando posiciones y esperamos que mañana además sea un buen día”.
Son esas posiciones las que se acercan y se alejan con el pasar de los días. Han existido al menos cuatro propuestas oficiales de mecanismo sobre la mesa negociadora: el oficialismo más la DC propusieron un órgano de 99 electos; Chile Vamos un órgano redactor de 50 personas electas como el Senado; un órgano de 60 integrantes electos, los Demócratas) . Pero hay más. El presidente de la DC, Alberto Undurraga planteó un número que es de 78 integrantes. Los partidos de derecha sumaron la propuesta de un órgano mixto, denominado consejo constitucional, y compuesto por 50 personas designadas por el Congreso y 50 elegidas por la ciudadanía. Para qué hablar de la propuesta de los Amarillos, que creen que el último plebiscito lo ganaron ellos por lejos. Y con la arrogancia de los desplazados, propusieron un órgano enteramente designado por el Congreso. Uno de los últimos viernes de estos 3 meses de negociaciones,los partidos de derecha llegaron con la propuesta de un órgano mixto, denominado consejo constitucional, y compuesto por 50 personas designadas por el Congreso y 50 elegidas por la ciudadanía.
El nudo entonces está entre el órgano 100% electo y la instancia redactora mixta. El Presidente Boric se ha jugado por el órgano 100 por ciento elegido por la ciudadanía. Incluso sostuvo reuniones con líderes de la derecha, entre ellos Chahuán y Macaya, Fue este último el más flexible a la hora de concordar una propuesta con el Mandatario: un grupo de expertos que redactara un anteproyecto y que esta base fuera trabajada por un órgano 100% electo. Una vez listo ese proceso, la propuesta sería visada por el Congreso con un quórum de 4/7 antes de irse a un plebiscito de salida.
Fue fatal para el representante de la nueva generación de la UDI. El encuentro de Macaya con Boric despertó los odios de la vieja UDI. Consideraron que el líder gremialista “corrió con colores propios” . Y para qué hablar de sellar un pacto para un órgano 100% electo, sin tener el acuerdo de todo el sector.
Más aún. Salieron de su aparente oscuridad viejos coroneles como Andrés Chadwick y Juan Antonio Coloma que le enrostraron a Macaya haber dado un paso en falso. Y allí, en una reunión a la que se sumaron el diputado Guillermo Ramírez, Darío Paya y el abogado Gonzalo Cordero, se reveló el por qué del endurecimiento de la derecha y su intransigencia con el gobierno y sus representantes. Creen que aceptar de buenas a primeras una nueva Convención, podría significarles la entrega del regalo de sus electores al Partido Republicano y al Partido de la Gente. Y ese riesgo no están dispuestos a correr.
¿Ceder o no ceder?
En sectores del Socialismo Democrático señalan que es RN quien está más contrario a ceder. De hecho, se indica que los diputados no tienen la misma posición que sus senadores y dentro de sus bancadas hay quienes derechamente prefieren pasar de largo con el proceso constituyente. Prefieren en realidad mantener la Constitución de Pinochet.
Es más. Incluso algunos analistas comentan que las declaraciones de Francisco Chahuán han sido “bien pasadas de rosca” como queriendo emular la dureza de los republicanos.
Pero, declaraciones más, declaraciones menos, ambos sectores saben que necesitan un acuerdo, porque es la única manera de conseguir los 4/7 que se requiere para una reforma. ¿Quién y hasta dónde cederán? Es lo que está por verse.
Por lo pronto, el oficialismo golpeó la cátedra este miércoles recién pasado, cuando presentó una nueva propuesta de 50 personas 100% electas, lo que corresponde a lo planteado originalmente por Chile Vamos en términos numéricos. Propuesta –dicen- bien recibida en algunos sectores de Chile Vamos, pese a los reacios de un primer momento. Es que era una de sus propias propuestas y eso podría jugar a su favor.
Pero no contaban con la furia de un autodenominado presidente de un movimiento que aún no logra las firmas para convertirse en partido y que tiene apenas un diputado, elegido antes por la DC . Convencido que el 62 por ciento del rechazo a la propuesta de Constitución de la antigua Convención es obra de los Amarillos, Cristian Warken, el mismo que propuso audazmente que la ciudadanía no eligiera al órgano redactor de una nueva Constitución y que este fuera conformado solo por expertos designados por el Congreso, ahora amenaza con trabajar por el rechazo a lo que se proponga por los partidos si es que llegara a ganar la propuesta oficialista.
Si el viernes no sale el humo que no será tan blanco, de acordarse una fórmula mixta, o sencillamente se sigue en negociaciones que pocos entienden, ocurrirá lo que anticipó la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic: «la buena fe y el buen ánimo que ha primado durante estos tres meses se está terminando, en posiciones que son bastantes opuestas, porque aquí es órgano mixto o 100% electo. Para mí esa es la definición, y es lo que nosotros tenemos que decidir hoy día como oficialismo, más la Democracia Cristiana (DC): si estamos disponibles a eso o no, porque evidentemente tiene que ver con la legitimidad que este proceso tenga en el futuro».
