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Ollas Comunes: La Lucha Contra el Hambre

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“Nunca imaginé ver a millones de chilenas y chilenos protestando en todo Chile por un país más justo, tampoco pensé vivir hasta ver el hambre”. Con estas palabras una usuaria de Twitter, cuyo nombre se perdió en un mar de mensajes, graficó el mal momento que Chile comenzaba a sufrir. “¡Algunas y algunos de nuestros vecinos están sufriendo hambre!”, se comentaba en voz alta. Y era tristemente cierto: renacía un flagelo que se creía erradicado en el país, pero que en realidad permanecía oculto por la indiferencia en un país que por años se creyó exitoso y que la pandemia desnudó.

Una vez iniciada una cuarentena diseñada sin considerar que muchas personas no podían teletrabajar y que sobrevivían del día a día, el hambre irrumpió con todas sus fuerzas y del mismo modo la solidaridad. La olla y el cucharón saltaron desde Plaza Dignidad, hasta las cocinas de colegios, juntas de vecinos y barrios, herramientas que paradojalmente sirvieron para un mismo propósito. Protestar en las calles por la desigualdad y rebelarse desde las cocinas contra el hambre y la pobreza.

 El avance de la primera línea

“La Pandemia Sanitaria y la Pandemia Social están significando graves dificultades para muchas familias para abastecerse de elementos tan esenciales para la vida humana como los alimentos”. Con estas palabras formuladas a mediados de mayo, Sebastián Piñera anunció la entrega de 2.5 millones de cajas de mercadería en todo Chile. Al poco tiempo, se alzaron voces exigiendo al gobierno acelerar su paso cansino con el que estaba tratando de hacer frente a lo que esas alturas, para algunos parecía inimaginable. Reclamos por hambre comenzaron a surgir desde la zona sur de la Región Metropolitana La comuna de El Bosque fue un ejemplo de ello.

Cientos de vecinas y vecinos, debido a su condición laboral de desprotección y trabajos informales, así como también los llamados coleros de ferias libres, exigían al Estado las condiciones mínimas para realizar un prolongado confinamiento sin pasar por la pesadilla de la falta de alimentos.

Frente a esta realidad surgió la primera línea contra la falta de comida. Más rápido que el brote del virus en Chile, se propagaron como esporas las ollas comunes y los comedores solidarios en todas las zonas de la capital: en las comunas de La Granja, La Pintana, El Bosque, San Ramón, Lo Prado, Recoleta, Quinta Normal y muchas más, vecinas y vecinos se movilizaron raudamente para combatir el flagelo. La ayuda solidaria de personas anónimas, pequeñas empresas, la propia comunidad y los municipios lograron reunir voluntades, recursos y esfuerzos para ir en auxilio de la gente que hoy lo necesita.

Parando la olla

Prácticamente desde el inicio de la crisis, la olla común de la Villa El Esfuerzo de El Bosque, comenzó a trabajar para llegar a su comunidad a través de diversas maneras, con un solo propósito: parar la olla para cientos de personas necesitadas. Lilian Llantes, de la Villa Las Industrias, del sector Seis, cuenta que están “trabajando para todos nuestros vecinos y también personas en situación de calle. Se les da su almuerzo sin distinción. Nos sentimos bendecidas por la ayuda que nos llega de todos partes para esta olla solidaria que funcionará hasta que se nos terminen nuestras cosas”.

El plato solidario de la Villa el Esfuerzo se entrega todos los días. Es un trabajo laborioso, pero “muy grato al hacerlo para el prójimo. Agradecemos la gran cooperación que hemos recibido. Toda ayuda es bienvenida, si dios quiere continuaremos hasta que dure la pandemia y nos alcance la ayuda de la gente”, nos cuenta Dominga Tenorio, presidenta de la Junta de Vecinos Las Américas del Sector Seis. Al escuchar el relato de las dirigentes del Sector Seis de la olla común de El Esfuerzo notamos el profundo agradecimiento por la gente que colabora para llevar un plato de comida a la mesa de la cada vecina y vecino que lo necesita. Porque “como bien sabemos, no se puede vivir del amor. Es necesario aportes concretos”, señala Margarita Aceval Corvalán de la Junta de Vecinos El Esfuerzo. “Ayudamos a toda la gente del Sector Seis, no preguntamos de dónde son, ni nada de eso, solamente lo hacemos con la seguridad de ayudar que tengan un platito para el almuerzo”.

“Hay mucha gente que nos ayuda y todos los días recibimos una donación, sacos de papas, acelga, de la Municipalidad nos han llegado legumbres. Nos llega un montón de mercadería y también aportes de privados para comparar carne, vienesas y el gas. Gracias a eso hemos podido salir adelante y solamente somos dirigentes que sabemos la necesidad de la gente de nuestro sector y es por eso que nos unimos para trabajar en esto”, cuenta Margarita Aceval de la Junta de vecinos El Esfuerzo.

Cumpliendo con todas las normas sanitarias y de seguridad, las vecinas de este comedor solidario entregan sus platos, que lo van armando -dicen-con mucho cariño. Comentan que lo que más gastan es el gas y pasan el dato por si alguien quisiera ayudar.

Una Nueva Escuela

Ya avanzando en el tiempo y viendo una pequeña luz al final del túnel, según manifiesta el Ministerio de Salud, se prepara un desconfinamiento a través de un plan “paso a paso”. Pequeños logros que algunas comunas ya alcanzaron hasta llegar a una etapa de transición. Sin embargo, la mayoría de las comunas en cuarentena, aún no logran salir de esta situación, por lo que el miedo a no llevar sustento continúa latiendo.

Abrazando el concepto de una Nueva Escuela, el Departamento de Educación Municipal de la comuna de El Bosque, junto a funcionarias, funcionarios, apoderadas/os y vecinas/os de distintos colegios, organizaron diversos comedores solidarios para enfrentar la falta de alimentos y llegar con un plato de comida a las mesas de la gente de El Bosque.

Fernando Ochoa Del Río, director de Educación de El Bosque, cuenta que “esto se inició a través de una decisión de nuestra primera autoridad comunal, el alcalde Sadi Melo Moya, quien me convocó a una reunión a mediados de abril, y me planteó lo difícil que viene esto y que antes de fines de mayo pudiésemos comenzar a funcionar con un par de escuelas como ollas solidarias y escolares para nuestras vecinas y vecinos”.

A través de esta proyección que hizo el edil, fue posible comenzar a organizar con el tiempo adecuado, diversos comedores solidarios y aportar desde las escuelas con esta necesaria labor. Es así como uno de los primeros comedores solidarios de escuelas y liceos de El Bosque fue el del Colegio Mario Arce Gatica, institución que puso gran parte de su energía en entregar alimentos para sus vecinas y vecinos a través de la colaboración de apoderados y apoderadas, vecinas funcionarias, funcionarios.

Es el caso de Francisco Figueroa, sicólogo de la Escuela Mario Arce Gatica, quien pertenece al grupo de solidaridad del centro de estudio. “Estamos con el trabajo de la olla común, porque queremos que la gente pueda recibir de forma digna un almuerzo, pan, ensaladas, un refresco de vez en cuando. Este trabajo debe hacerlo la escuela, una institución que pertenece a una comunidad como esta”.

En el mismo frente la profesora de lenguaje Cynthia Castillo, en su condición de profesora nueva nos comentó que la escuela está “para apoyar a la comunidad en todo aspecto, en lo solidario, lo pedagógico, con la familia, yendo en ayuda de ellas con esta iniciativa del comedor solidario, consideramos que el derecho a la infancia, el derecho a la salud, a la educación es una integralidad en el desarrollo integral de cada ser humano”.

Debido al camino recorrido en este largo reporteo logramos obtener el testimonio de una beneficiaria, de nombre Claudia y es apoderada del colegio Mario Arce Gatica de la comuna de El Bosque. Comentó “estar muy agradecida por los beneficios del establecimiento, por el comedor solidario. Por las iniciativas del director y todas las personas que hacen posible que este beneficio se haga una realidad”.

“La Escuela Mario Arce Gatica fue el primer establecimiento en crear un comedor popular. Nosotros suponíamos que era muy distinto una cuarentena en el barrio alto que una en nuestros sectores”, señaló Pedro Bermúdez, director de la Escuela señalada.

Dijo que sabían que la cesantía que se venía iba a ser terrible y que luego de la falta de trabajo, indefectiblemente venía la escasez de alimentos. “La mayoría de los trabajadores de nuestro sector no son con contratos, sino que personas de trabajos informales. Coleros de las ferias, venden cosas en las calles y lo que se venía iba a ser terrible, entonces nuestra misión fue paliar esta pobreza tan desgarradora que nos ha tocado ver, lo que nos deja un desafío de crear una Nueva Escuela para el Siglo XXI”.

 

La unión hace la olla

En la Florida, zona quizás menos precarizada que otras, según el testimonio de la diputada Camila Vallejos en el programa Viva la Mañana de Chilevisión, “una señora no come hace cinco días y hay que atenderla. La gente está pasando hambre. La gente se está muriendo del Covid en su lucha contra el hambre”.

Si bien en Chile existe hambre, también existen muchas personas y voluntades capaces de combatirlo. El almuerzo solidario Wally Gajardo de la comuna de Quinta Normal es un “espacio para el pueblo”, según manifiesta su lema y se constituyó en plena pandemia para llegar a la gente que lo necesita en la comuna de Quinta Normal. Funcionarán hasta el viernes 11 de septiembre y los almuerzos solidarios se entregan los días lunes, miércoles y viernes desde las 13:00 horas en calle Loyola esquina Saturno, comuna de Quinta Normal.

Esta iniciativa es organizada por América Lobos, quien se encarga de todos los detalles y según manifiesta Rubén Lobos Ramírez, pretenden cerrar esta etapa solidaria con “unas parrillas en la casa donde hacemos la olla común en Quinta Normal, vamos a comprar carne y queremos darles un choripán con un trozo de carne y una ensalada”.

Otro esfuerzo es el realizado por la Comunidad Terapéutica Shalom de la comuna de El Bosque, dirigida por Jessica Prado, quien junto a su difunto esposo comenzó a trabajar en la comuna de El Bosque, rehabilitando a personas en el problema del alcohol y las drogas. Ella comenta que “los jóvenes de la residencia se entusiasmaron mucho con un proyecto en el cual ellos puedan ayudar a la comunidad. Nosotros estamos funcionando con la ayuda de la municipalidad de El Bosque, vecinas, vecinos las redes sociales, hermanos de la iglesia y apoderados. Nuestra idea es avanzar hasta que dios nos de la vida, queremos dejar instalado un comedor solidario para todas y todos quienes lo necesitan en la comuna”. Este comedor funciona los días lunes, miércoles y viernes a las 12.30 horas en Ernesto Riquelme 165, El Bosque y su teléfono es el 222666960.-

El llamado es a sumarse

En este esfuerzo de las ollas comunes, comedores o almuerzos solidarios, no sobran manos y tampoco recursos. No es necesario llamar a ser solidarios. Cada plato y cada olla es la patente evidencia de la vitalidad de los grandes corazones que trabajan para quienes lo necesitan. Escuelas y Liceos, Juntas de Vecinos, casas y barrios se han unido con el propósito de salir adelante para superar una de las crisis más grandes de nuestra historia reciente. Para todas y todos que quieran más información sobre dirección, horarios o como donar, pueden ingresar a la página web www.ollasparachile.cl

       

 

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