Periodista.
“Así sean mil los participantes de las primarias convencionales que haremos el 21 de agosto, siempre será más legítimo que la nominación de nuestro candidato o candidata por 10 personas entre cuatro paredes”, reflexionaba un dirigente socialista luego que finalmente Unidad Constituyente aprobara una consulta ciudadana -que es lo mismo que una primaria, sólo que no interviene el Servel- que se realizará el próximo 21 de agosto.
No fue fácil el acuerdo. Aunque la ahora oficial candidata de la Democracia Cristiana llegó tarde a su decisión, lo que según los analistas probablemente le jugará en contra a la hora de la votación, lo cierto es que su voz señalando que se allanaba a una consulta ciudadana democrática habría sido decisiva en su partido, donde -se afirma-, había dirigentes que apostaban por una bajada de la contienda de la candidata socialista, Paula Narváez. Lo dijo sin ambages -entre otros- el senador Jorge Pizarro quien apeló al recuerdo de la candidatura de Soledad Alvear, cuando se bajó a favor de Michelle Bachelet en 2005, en un acto «de generosidad política». «Da la impresión que el liderazgo de Yasna es mucho más potente que el liderazgo que ha construido Paula Narváez», dijo Pizarro. Incluso este mismo parlamentario habló de ir directo a una primera vuelta, si se seguía insistiendo en una primaria, como lo repetía una y otra vez la candidata socialista. El punto es que olvidaba que su candidata, la que fue a primera vuelta en solitario, quedó colgando del mantel en el día del triunfo de la centroizquierda.
Quienes abogaban por tironear la falda y la chaqueta para bajar a los candidatos de Unidad Constituyentes, Paula Narváez y Carlos Maldonado, se encontraron con una decisión férrea, inclaudicable, de ambos candidatos, que a más de alguno debe haber descolocado. En toda la centro izquierda.
Una y otro declararon urbi et orbi que no estaban para «acuerdos entre cuatro paredes», menos después de los resultados de la primaria legal, donde participaron más de tres millones de personas. Para el Partido Socialista no había alternativas. Así lo señaló su candidata: «No hay espacio para otra cosa, no existe la posibilidad de hacer la definición de una manera distinta a un proceso democrático, que legitime esta decisión. El tiempo se acabó, no hay más tiempo para estas definiciones y temo que de no tomarlas, el proceso sea irreversible», había sentenciado Paula Narváez pocos días antes que Yasna Provoste dijera Sí.
El sorprendente resultado de las primarias legales, donde Gabriel Boric dejó fuera de competencia a quien hasta el último día se daba como el seguro ganador de esas primarias, cambió el tablero político electoral de noviembre. Tanto así que el diputado DC Matías Walker reconoció que “la ciudadanía quiere participar en la toma de decisiones en una primaria convencional. Hay que preguntarle a la ciudadanía quién es el mejor candidato». En definitiva, la estrategia de desgaste a la que habían apostado quienes querían una sola candidatura, -la de la presidenta el Senado-, tratando de levantar como solución un gran acuerdo político, fracasó.
Así, fueron muriendo de a uno los cantos de sirena que se habían levantado tanto desde sectores de la DC como de sectores del PPD para que Paula Narváez diera un paso al costado.
De hecho, el Consejo Nacional del Partido Por la Democracia (PPD) ratificó su respaldo a la candidatura presidencial de la socialista desechando la posibilidad de decretar libertad de acción para adherir a la carta DC, como lo habían pedido algunos parlamentarios de esa colectividad.
En esa pedida, llevó la voz cantante el senador Jaime Quintana apoyado por el representante de la directiva nacional Waldo Carrasco. En el socialismo se tomó debida nota, sobre todo porque la posibilidad de haber llegado a las primarias legales fue rechazada por el PS, justamente debido a que la piedra de tope para el acuerdo de primarias con el PC y el Frente Amplio era la presencia del PPD. Fue una demostración de respeto a todo evento al compromiso contraído por los socialistas. Eso fue lo que se les olvidó a los parlamentarios que, en la euforia por el triunfo de Boric, sacaron sus propias cuentas sobre la elección parlamentaria.
Y de nuevo el terror
«El haber visto lo ocurrido en primarias, al haber constatado que la gente que habitualmente participa no se sintió convocada por ambos bloques, fue el gatillante de una decisión como la que hemos tomado, para que Unidad Constituyente pueda realmente convocar a ese más de 50% de los electores que no participaron», dijo la senadora y candidata de la DC, Yasna Provoste, al ser entrevistada por una radioemisora luego de anunciar su candidatura. Se refería a que normalmente más de 6 millones y medio de chilenos y chilenas acudían a las urnas en épocas normales.
Los analistas afirman que, si gana el candidato del Frente Amplio, va a tensionar a Unidad Constituyente, “porque él apela, particularmente, al ‘pueblo socialista’, o sea, a una izquierda más moderada que puede estar dispuesta a apoyarle. “Internamente, el PS debe estar muy dividido sobre si ir nuevamente con la DC o, definitivamente, apoyar a Boric, señala Claudio Fuentes.
Para el senador DC Huenchumilla, eso significaría “romper el eje histórico que el PS ha tenido los últimos 30 años con la DC”. Y recuerda que esa posibilidad tendría un “problema adicional” porque debido al veto que “en su momento existió por parte del PC a los socialistas y el PPD”, el PS debería “tomar solo –sin el PPD ni la DC– la opción de Boric. No creo que sea algo fácil de realizar para el PS”.
EL sociólogo y experto electoral Axel Callis, cree que de ganar Boric, será porque “logró movilizar a un sector importante del allendismo y del socialismo chileno hacia su opción y dejaría a Yasna Provoste con una votación bastante menguada de la DC, que como partido es reducida”. Según su análisis, en una primera vuelta “es difícil que Provoste alcance a Boric, porque él no solamente sumaría lo que es la centroizquierda, sino que también lo que es la izquierda, que sería el Frente Regionalista Verde Social y el Partido Comunista”.
Y el candidato de la derecha pondrá todo su esfuerzo en atraer hacia su opción a sectores de la DC en el caso que Yasna Provoste o Paula Narváez sean sus contrincantes en una segundan vuelta.
Tanto es así, que no había pasado un día desde que la presidenta del Senado anunciara finalmente su decisión de competir en primarias o consulta ciudadana, cuando se echó a caminar la maquinaria del terror de la derecha. La misma que se desató hasta ‘poco antes de las primarias legales realizada hace algunos días. De poco le sirvió el resucitar el fantasma del comunismo. El candidato Daniel Jadue sacó una muy buena votación y para qué decir su compañero de lista, Gabriel Boric, que superó el millón de votos.
Ahora le tocó a Unidad Constituyente, la fuerza política principal del país. Aparte de intentar salvar los obstáculos que significa realizar a pulso una consulta ciudadana en tan poco tiempo, los partidos de esa coalición se preparan para los exocet que les llegarán de todos lados, suaves por ahora, porque sólo es una primaria ciudadana. Pero lo que vendrá después, en los casi tres meses que faltan para elegir el o la futura Mandataria, será -como dicen en España- “de no te menees”.
Pero mientras tanto, los equipos partidarios calientan motores para realizar una consulta lo más amplia posible, Jamás, eso sí, parecida a la que se vio en la que ganó Boric y Sichel. En todo caso, nadie se atreve a pronosticar el nivel de participación que habrá en esa consulta ciudadana. Pero de lo que no dudan es que, al hacerla, se anula uno de los objetos del ataque de la derecha y la ultraizquierda: la Cocina famosa.
Se dice .aunque nadie lo confirma- que el costo de la consulta estaría entre los 150 y 200 millones de pesos, lo que se repartiría entre los tres candidatos q7ue participarán. El PRO de M arco Henríquez Ominami decidió salirse de la consulta, declarando que «respetamos la decisión de la mayoría de los partidos aliados, pero como Partido Progresista no podemos hacernos parte de este proceso, dado que, si bien abre a la ciudadanía el proceso de decisión presidencial del pacto, al no contar con la tutela del Servel como en las primarias legales, enfrenta el desafío de asumir las complejidades que presenta el padrón electoral y un costo económico organizacional y operacional de enorme envergadura».
Sin embargo, pese a la crítica por la primaria convencional, el PRO y Unidad Constituyente mantendrán las relaciones políticas. Tanto es así que como «señal», el PRO prestará su sede para que el jueves 29 se inscriban Narváez, Provoste y Maldonado y se haga el sorteo del orden que ocupará cada uno en la papeleta.
La Comisión Nacional Organizadora, compuesta por dos representantes de cada partido participante, será la encargada de habilitar los locales, revisar el padrón y ver la logística. Tendrán que mandar a imprimir los votos y los cuadernillos ad hoc, en pocos días, pues una de las dificultades es el tiempo en contra para tener a tiempo las 1,5 millón de papeletas repartidas en todo Chile antes del 21 de agosto. Aún no se sabe si los votos serán foliados. La idea es que haya al menos un local de votación por comuna pequeña y el doble, en las más grandes.
Respecto del padrón, la idea sería usar el mismo padrón que se utilizó para las primarias de gobernadores en noviembre de 2020. Este contempla los militantes de Unidad Constituyentes y los independientes. Este tema es uno de lo más sensibles y será factor clave en la discusión del Tricel interno que se conformará el miércoles 28 de julio.
Mientras, Yasna Provoste seguirá al frente del Senado porque “nunca me he dejado pautear por la derecha, así que se queden tranquilitos no más», respondió a las presiones de Chile Vamos. Eso sí, sería sólo hasta el 21 de agosto. Y sus contrincantes Paula Narváez y Carlos Maldonado, seguirán en sus giras por el país, dando a conocer sus sueños de país. Esperan que haya debates y encuentros y esperan una competencia limpia, sin heridas. «Es una primaria que no tiene la envergadura de la primaria legal, pero, sin lugar a dudas, va a ser mejor que tomar una decisión entre cuatro paredes», señaló Paula Narváez en gira por su natal Puerto Montt.
El senador Pizarro mencionó una serie de inconvenientes de este proceso de consulta ciudadana. “Es muy complicada situación de organizar una convención con poco tiempo sin recursos del Estado, me refiero a todo lo que implica que una primaria legal que organiza el Servicio Electoral. Aquí es todo al revés, no hay medios de comunicación, no hay franja electoral, no hay financiamiento legal, no tenemos padrón hay que depurarlo. Ahí verán los técnicos cómo se las arreglan (…) El problema es que estamos muy encima, hay muy poco tiempo y hoy día la situación es muy distinta sobre todo después de la votación que se hizo el domingo anterior, las primeras primarias. Entonces es imposible comparar una cosa con otra”, dijo.
El ex ministro PPD, Francisco Vidal, también hizo sus cálculos. “Si de mí dependiera yo imprimiría 1 millón o 1.200.000 votos (…) Aunque voten 100 mil personas, eso es mucho mejor en el Chile de hoy a que decidan 16 personas la candidatura única de Unidad Constituyente».
