Una verdad universal es que siempre todo tiempo pasado fue mejor, y eso se debe a que nuestros recuerdos mantienen los gratos momentos de ese pasado y borran las malas experiencias.
Sin embargo, en el fútbol nacional y también mundial, aunque la idea aquí es referirse a este largo y angosto país, es realmente una gran verdad. Cómo no recordar que los clubes nacieron gracias a personas que amaban este deporte y que con gran esfuerzo les dieron vida y los hicieron crecer. Qué sentirán muchos de ellos, ya fallecidos, que ahora sus amados equipos sean sociedades anónimas deportivas profesionales, regidas por las reglas del mercado, y cuyas acciones se transan en la bolsa de comercio de Santiago, y además en manos de grandes familias empresariales del país.
Esa es la realidad de nuestro fútbol, donde por ejemplo, los dos clubes más populares, Colo Colo y Universidad de Chile, son “propiedad” de reconocidos empresarios. El cacique es controlado por Leonidas Vial, gracias a que cuenta con el poder de los socios minoritarios y así se puede imponer a quien realmente posee, personalmente, más acciones de Blanco y Negro, Aníbal Mosa. En el caso de la “U”, el controlador de Azul Azul, es Carlos Heller, con una amplia gama de grandes negocios, donde destaca, por supuesto, Falabella.
Un hecho anecdótico, a esta altura de la vida, es que existe en la Primera División del fútbol profesional chileno, un club que no es sociedad anónima deportiva profesional, y es Deporte Provincial Curicó Unido, cuyos propietarios son sus socios activos. Un ejemplo que puede haber alternativa a las reglas de mercado de capitales que se impone en todos los ámbitos de nuestro quehacer.
Sinceramente, el tiempo pasado fue mejor, y recuerdo con nostalgia cuando, en mi caso, viajaba desde la comuna de Renca, en las viejas micros del 60 y 70, justamente antes de vivir uno de los episodios más oscuros de nuestro país, junto a mi padre para gozar con el equipo de mis amores. Como no evocar que la mayoría de ellos, en Santiago, representaban a colonias residentes, universidades y también gremios (de trabajadores, por favor no confundir con gremialismo). Hoy todos pertenecen a empresarios o grupos empresariales.
Mi gran debate ahora, es si el club de mi antigua pasión, ya que esta se ha apagado algo, lo sigo en la cancha o en la bolsa de comercio de Santiago. Pero debo reconocer, me he negado a comprar acciones.
