Periodista.
El pasado viernes, el joven fotógrafo, José Tomás Donoso estaba como siempre haciendo un registro de las movilizaciones en Santiago Centro, cuando arremete contra él el carro lanza agua dejándolo con graves quemaduras que fueron constatadas después en un centro médico y debido a la gravedad de sus lesiones interpuso una querella y declaró ante la Brigada de Derechos Humanos de la PDI, pasando su causa a la Fiscalía Norte.
Las denuncias de fuertes químicos no son nuevas, pero esta vez se está volviendo un modus operandi por parte de Fuerzas Especiales de Carabineros, quienes, a cambio de balines, hoy están reprimiendo a los manifestantes con un potente producto que genera graves quemaduras, algunos señalan que es una dosis elevada del mismo gas lacrimógena denominado CS, otros acusan incluso el uso de soda cáustica. No todos los afectados y afectadas se sienten seguros de denunciar, porque no creen en las instituciones que investigan o por miedo a amenazas o posibles persecuciones.
No es el caso de José Tomás, quién no dudó en acudir a la Brigada de Derechos Humanos de la PDI, la que debido a la gravedad de las lesiones comenzó una investigación y se abrió una causa en la Fiscalía Norte para intentar llegar al fondo y con los responsables de estos graves hechos.
Carro lanza agua 56 en la mira de la Fiscalía
Según pudo corroborar este medio en conversaciones con personal de asistencia médica que se encuentra apoyando a los heridos y afectados durante las protestas, Carabineros ha sido denunciado en redes sociales por el uso de al menos dos carros lanza agua o “guanacos” identificados con los números 54 y 56, con químicos especialmente dañinos y que generan graves quemaduras a las personas. “Es común que cuando vamos en nuestra ambulancia y vemos a los carros con este número, debemos prepararnos para literalmente desnudar y bañar completamente a los afectados arriba de la ambulancia, pues hasta la ropa que llevan mojadas quema la piel. Entre los que estamos en la calle, es sabido que están usando agentes químicos de alto nivel de toxicidad”, nos señaló un conductor de ambulancia que rescata y extrae a personas heridas cada tarde de protestas en la capital.
Los carros lanza agua a los que se le añaden los potentes químicos que queman a los manifestantes corresponden a los modelos antiguos, los que obviamente entrarán en desuso más rápidamente porque deben tolerar mezclas y compuestos para los que no están diseñados. Contrariamente a eso, los nuevos carros llamados “Goliat” no pueden cargar químicos por tener un cuerpo de bombas nuevos a lo que se suma un sistema digitalizado que no permite la mezcla de componentes corrosivos.
Otra fuente señaló a este medio que La Fiscalía sabe de esto y la PDI también, sin embargo, se hace difícil la labor persecutoria ya que cada vez que la Policía de Investigaciones acude a tomar una muestra del carro lanza agua denunciado, éste siempre aparece recién lavado y quedando baja traza de los químicos usados cuando el estanque está lleno. Se debe actuar in fraganti para poder tener los medios de prueba adecuados, y eso, hasta el momento no se ha podido realizar, entre otras razones, porque las secuelas más graves de la quemadura con los agentes tóxicos tardan en aparecer algunas horas o días y la gente difícilmente puede levantar una querella in situ y eso los agentes del orden lo saben.
Este tipo de casos parecen ser recurrentes, recordemos que incluso la Posta Central, en su momento habilitó un protocolo especial para tratar a quienes llegaban con este tipo de quemaduras. “Las quemaduras químicas son quemaduras graves, porque el agente químico tiende a permanecer en el sitio. Si afecta a un niño o un adulto mayor, pueden ser mortales”, señaló Roberto Macchiavello, médico cirujano de la Posta Central.
