Inicio Derechos Humanos Kiko Carcavilla, Creador de “Vivos Recuerdos”: “Un Pueblo sin Memoria es Horrible”

Kiko Carcavilla, Creador de “Vivos Recuerdos”: “Un Pueblo sin Memoria es Horrible”

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Cuando se entra a la sede del Partido Socialista de Chile y se camina hasta el vestíbulo principal de la casa de Salvador Allende, al costado derecho se ubica un silencioso patio interior donde existe un largo listado de personas. Son hombres y mujeres que, hasta el día de hoy, grafican parte de la vergüenza nacional: los detenidos desaparecidos y desparecidas. Todos militantes del PS.

Cuando el próximo 11 de septiembre se recuerde, una vez más, el quiebre democrático de Chile y el horror que se instaló por más de 17 años, Página 19 conversó con Kiko Carcavilla Portolés, de profesión publicista, autor intelectual de “Vivos Recuerdos”, una instalación que no solo hizo envejecer a 10 detenidos desparecidos en el tiempo para finalmente tener una idea de cómo estarían físicamente hoy, sino también para constatar la emoción de sus familias al enfrentarse ante estos retratos envejecidos. Madres, hermanos, hijos y nietos se enfrentaron ante esta “realidad” y la emoción de ellos y ellas no paró.

Ahora, dicha instalación está en la sede del Partido Socialista hasta el 13 de septiembre y puede ser visitada de manera gratuita.

-¿Cómo nace este proyecto de “Vivos Recuerdos?

Partió como una iniciativa nuestra, de la productora y porque siempre nos quedábamos con el tema del bombardeo, de lo más duro, pero como que nadie se preocupaba del lado humano. Y nos preguntamos qué pasa con los familiares de los detenidos desaparecidos. Y nos hicimos una segunda pregunta: tecnológicamente podríamos ver hoy a una persona cuarenta y tantos años después. Hoy hay una aplicación que te envejece, pero en esa época no la había. Hace dos años no existía y para nosotros era todo un desafío. Teníamos un par de amigos que eran retocadores, uno de ellos Ricardo Salamanca. Trabajó mucha gente en esta idea.

Empezamos a construir sus rostros con parientes de ellos, pero también partimos de la base de las fotografías de ellos. Juntamos un  montón de evidencias y con eso se reconstruyeron los retratos.

-¿Ese proceso cuánto duro?

– Un mes. Después tuvimos un trabajo con el fotógrafo Renato del Valle e hicimos fotografías de nosotros mismos con ropa contemporánea y después se hizo un trabajo de integración de esos cuerpos con los retratos. Fue una labor bien acuciosa. Después de eso, nos juntaos con los familiares, en el Estado Nacional, y surgió algo muy bonito que fue un documental muy chiquito y nos dimos cuenta que todos tenían la imagen del papá, hermano, el hijo, la nieta.

-¿Qué le decían las familiares?

Fue muy fuerte. Una de ellas. Me confesó que soñaba con la imagen de su papá ya no de un joven en los 70s, sino como habría sido ahora. Hubo gente que lo sintió muy normal, natural.

-Todo trabajo debe ser valorado, pero más allá de las “lucas”, a usted, como ser humano, ¿qué le pasó íntimamente?

– Me emocioné mucho porque pasaron cosas que uno no espera. Fue muy bonito de todo punto de vista. Había cosas muy fuertes, como un hermano que se abrazó al retrato de su hermano detenido desaparecido y le decía “está igual, te imaginé toda la vida así”. Les hablaban a las propias imágenes.

También en ese año, hicimos otro proyecto que se llama “sintoniza con la memoria” para el Museo de la Memoria y los derechos Humanos. Recreamos entero el día del 11 de septiembre de 1973 en formato radial.  Recopilamos la información de todas las radios y sus transmisiones hasta el primer bando de la Junta Militar. Pasó una cosa muy curiosa porque hubo cabros muy jóvenes que nunca se habían enfrentado a eso.

Nosotros seguiremos haciendo cosas de este estilo, es necesario seguir haciéndolo, porque es bueno que la gente sepa lo que ocurrió en un minuto determinado de la historia de Chile. Un pueblo sin memoria es horrible. Hay que rescatar la memoria siempre porque, si no se hace, se podría repetir. Por eso, es bueno refrescar en nuevos formatos que sean atractivos para las presentes generaciones.

-¿Qué tiene de interesante la publicidad política?

-A mí lo que más me mueve es hacer entender a la gente. Pasa que muchas veces las promesas deben ser más claras y si no hay un buen programa no pasa nada. A mí me encanta el tema social y verme enfrentado a una candidatura de una mujer, como Michelle Bachelet, en un país súper machista, lo encontré muy entretenido.

-En este 2019, ¿en qué estado está la publicidad en Chile?

– Estamos viviendo el cambio total, mundial, en toda la industria. Hoy los medios de comunicación están migrando, a nivel global, hacia lo digital. En la publicidad está pasando lo mismo, porque hoy los cabros no están mirando la televisión y por más que se tratan de validar, la verdad es que no pasa nada.

-¿Es una buena o mala estrategia que los partidos políticos en general realicen campañas publicitarias solo en tiempos de elecciones?

-Ese es todo un temón, porque pienso que la comunicación debe ser permanente. Tienes que hacer cosas que a la gente le interese., que tenga sentido, que no le ofrezcan más de lo mismo. Ya no sirve el candidato con la guagua, bailando cueca…  Mucha gente no se ha dado cuenta que hoy los intereses son otros, por ejemplo con el medio ambiente porque les interesa saber que irá a pasar en el planeta donde vivo.  Es un tema súper empático, pero sobre todo de verdad. Un tema de verdad que genera repercusión, se habla de eso y tiene notoriedad. Por ejemplo, si viene Al Gore y da una charla, que no sea para un grupo de militantes, sino para todo Chile y que todos tengan acceso.

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