Periodista.
Días decisivos se están viviendo para las antiguas dueñas y dueños de la Villa San Luis de Las Condes, emblemático conjunto habitacional entregado a 1022 familias que vivían en las orillas del río Mapocho durante el Gobierno del Presidente Salvador Allende, y que luego fueron brutalmente desalojadas durante la dictadura militar. El pasado miércoles 13 de marzo el Consejo Nacional de Monumentos Nacionales sesionó para decidir si se modificaba la declaratoria de Patrimonio Nacional de la Villa San Luis y permitir la demolición de este importante testimonio de la historia de Chile y los derechos humanos, permitiendo la construcción de modernos edificios con sus estacionamientos subterráneos que socavarían el último lote sin demoler de la histórica villa.
En la instancia señalada y gracias a la presión de las y los antiguos habitantes de la también llamada Villa Compañero Carlos Cortés, apoyados por numerosas instituciones de la sociedad civil, se acordó aplazar la decisión de modificar la declaratoria de Monumento Nacional, situación bastante positiva para las organizaciones porque “la movilización rindió frutos debido a que el Consejo Nacional debe tomar en cuenta a los pobladores”, señaló Jaime Díaz Lavanchy, documentalista e integrante de la Fundación Villa San Luis.
Frente a este positivo nuevo escenario “nosotros vamos a solicitar la propuesta de la inmobiliaria, que se nos haga llegar la declaratoria, que se abra una mesa participativa. Creemos que el alcalde Joaquín Lavín se debe pronunciar y también vamos a insistir en logran una audiencia con la ministra Consuelo Valdés. Si esto no sucede, vamos a continuar nuestra movilización”, explicó Jaime Díaz Lavanchy.
Horas previas al aplazamiento del Consejo de Monumentos, los integrantes de la sociedad civil, entregaron una carta a la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, explicando en detalle la situación y solicitando una audiencia enfatizando en la importancia de “preservar la memoria histórica de la Villa San Luis (…) deteniendo la demolición del último de los 27 edificios” que tuvo este complejo habitacional declarado Monumento Nacional el día 28 de junio de 2017, señalando según consigna la misiva que “los pobladores desalojados sintieron que por fin el Estado les entregaba una reparación moral por las violaciones a los derechos humanos que sufrieron”.
De un sueño a un brutal desalojo
La Villa inaugurada por el fallecido Presidente Salvador Allende con el nombre compañero ministro Carlos Cortes, se irguió para solucionar problemas habitacionales de trabajadores de la comuna que no tenían hogar y que antes de la entrega de los departamentos estaban habitando de forma bastante precaria en la orilla del Río Mapocho.
Este conjunto habitacional se construyó para poner de manifiesto el “derecho a la vivienda como un derecho social asegurado por el Estado, y en ese sentido la Villa San Luis fue el intento más serio y provocador por radicar pobladores al lado de los sectores acomodados de la ciudad, minimizando los niveles de segregación socioresidencial como nunca antes en la historia de las políticas habitacionales en Chile», señaló a Pagina 19 el historiador Raúl Olguín.
Tiempo después de la entrega de las esperadas llaves de sus soñadas casas, devino el golpe cívico-militar y con ello las más graves violaciones a los derechos humanos ocurridos en la historia chilena y con ello un triste episodio de vulneración de estos derechos, cuyo centro fue la Villa San Luis y el desalojo de cerca de mil familias bajos condiciones indignas e inhumanas”.
Según relata en el documental “La Consagración de la Pobreza”, Miguel Lawner, ex director de la CORMU del Ministerio de Viviendo del Gobierno de la Unidad Popular, “entre 1976 y 1978 el ejército provocó un desalojo de casi mil familias en la forma más violenta utilizando camiones de basura de la comuna de Las Condes”.
“A muchos los dejaron botados en terrenos baldíos de lugares como Pirque, Curacaví y a otras familias las llevaron a viviendas de 40 años de vida a la población Juan Antonio Ríos, las que estaba habitadas por militares y a esas familias de militares las ubicaron en la Villa San Luis”, agregó Lawner.
Según explicó el ex director de la Corporación de Mejoramiento Urbano, en estos desalojos “hubo violencia real. Arrastraban a las mujeres por el pelo, con los niños llorando, los llevaban en basureros con una humillación enorme, ese es un delito que ha permanecido impune por mucho tiempo y del cual hay muchos cómplices”.
Como testigo de estos atropellos a los derechos humanos, el documental también muestra el testimonio de un matrimonio desalojado que recuerda el momento del desalojo como “horrendo pero tuvimos que aguantarlo. Cuando se metieron en nuestro edificio yo dije aquí morimos porque se acabó todo lo que tenía, solo tomé a mi cría en brazos y había que hacer lo que dijeran no más. Esto me duele mucho y no sé si resistiría ir a San Luis, yo estuve un año y medio sin salir. No entiendo como hay gente tan mala».
La Villa San Luis se resiste
Ya pasados 41 años desde el último de los desalojos perpetrados por el Ejército de Chile, la viva memoria histórica de la Villa San Luis de Las Condes está en peligro de desaparecer por completo debido a que podría demolerse el Lote 18-A, último testigo de este importante proyecto de radicación habitacional y posteriormente de una de las más silenciosas violaciones a los derechos humanos ejercidas por la dictadura militar.
Por esta razón un importante número de ex vecinas y vecinos de la Villa, junto a organizaciones de la sociedad civil, están movilizados para impedir que se rechace la modificación a la declaratoria de Monumento Nacional, reduciendo el terreno protegido de 4329 metros cuadrados a tan solo 500, para la construcción de un moderno complejo de edificios, dejando fuera de la protección al último reducto material de un proyecto habitacional con características únicas en Chile.
En este sentido, Antonieta Miranda, integrante de la Agrupación por el Rescate de la Memoria Histórica de los pobladores de la Villa San Luis, señaló que “para nosotros es muy importantes que se respete la declaratoria de Monumento Nacional y que se recupere el edificio”.
“Debe quedar un testimonio de las violaciones a los derechos humanos de la dictadura militar, por lo que exigimos que permanezca el Lote 18-A y además se construya un museo con el nombre del arquitecto y del ministro Carlos Cortés, cuya administración sea a través del Estado pero que en cuyo diseño las y los pobladores tengamos una total injerencia”, puntualizó Miranda.
Parte de las organizaciones movilizadas son la Fundación Villa San Luis, la Asociación Chilena de Zonas y Barrios Patrimoniales, el Comité Hábitat del Colegio de Arquitectos, la Fundación Defendamos la Ciudad, Ciudad Viva, las Federaciones Comunales de Pobladores (FECOP), Ciudad Común, la Agrupación Social y Cultural Desalojados Villa San Luis, Conchalí, Agrupación por el Rescate de la Memoria Histórica de los Pobladores de Villa San Luis, Pedro Aguirre Cerda, la Agrupación para la reivindicación de los DDHH de los pobladores, Renca, el Centro de Desarrollo Social y Cultural Pobladores San Luis, La Granja y el Centro Cultural y Social al Rescate del Desalojo Villa San Luis, Lo Espejo.
Firma para salvar el último edificio de la Villa San Luis de Las Condes.
