Periodista.
Para el gobierno, particularmente para el Presidente Piñera, lo ocurrido en la Cámara de Diputados el pasado 15 de abril debe ser la peor de sus pesadillas y la señal nítida que ya definitivamente no cuenta con el control de sus parlamentarios. El proyecto fue aprobado en particular por una abrumadora mayoría de 122 a favor, 25 en contra y 2 abstenciones. Y no sólo eso. También se aprobó en particular, la indicación que incluye a los pensionados de rentas vitalicias, la que fue aprobada con 107 a favor, 20 en contra y 14 abstenciones.
Así, cuando 42 de sus parlamentarios de Chile Vamos hicieron oídos sordos a todas las presiones, triquiñuelas y promesas del Ejecutivo para que no votaran a favor del tercer retiro del 10 por ciento de las AFPs, la rabia, el desconcierto y hasta el miedo recorrieron los pasillos de La Moneda. No sólo habían fallado en lograr el rechazo a este tercer retiro, que en el fondo significa que el negocio de sus principales amigos -los empresarios.- se está cayendo a pedazos, sino también en el control de su coalición. Ellos le habían advertido en todos los tonos sobre el resultado, si el gobierno no era capaz de poner encima de la mesa una propuesta muchísimo mejor que el tercer retiro.
No fue capaz. Y allí están todavía inventando qué hacer para detener su pesadilla, antes que los senadores sigan el mismo camino de la Cámara.
Independiente de lo que decida el Tribunal Constitucional, donde el Presidente insiste en recurrir pese a que sabe que, según las encuestas, el 80 por ciento de los chilenos y chilenas está de acuerdo con el tercer retiro, lo ocurrido y lo que está por ocurrir esta semana en el Senado es una derrota de tal magnitud, que sus consecuencias aún son insospechadas.
Una derrota así solo la resiste alguien como Sebastián Piñera. El es quien se resiste a conceder lo que la gente pide. Pareciera ser demasiado para su vida de “éxitos”, aunque sean pírricos. En otras latitudes podría significar una crisis de tal naturaleza que en una de esas desembocaría en una renuncia y hasta en la anticipación de elecciones. Eso, si se estuviera en un sistema semi presidencial.
Si el gobierno insiste en ir al Tribunal Constitucional, pasará lo que el diputado Walker advirtió en la Sala de la Cámara y que podría ser la estrategia que finalmente va a usar el Presidente: culpar al tribunal y lavarse las manos. “El artículo transitorio se va a estrellar contra el TC, y ahí le echarán la culpa al TC. Emplazo a los diputados de CHV a conminar al Presidente a no recurrir al tribunal, si no todo será una farsa”. Lo dijo en todos los tonos el parlamentario DC antes, durante y después de la votación.
Y justamente después el diputado Matías Walker (DC) logró añadir una indicación que según su interpretación podría impedir que el Presidente impugnara el proyecto en el TC. “Hubiésemos preferido que quedara en norma permanente, pero logramos incorporar en transitorio, aprobado en la Sala, que reforma constitucional de tercer retiro es sin perjuicio de iniciativa exclusiva (legal) en seguridad social. Nos puede ayudar cuando defendamos proyecto en el TC”, escribió Walker en redes sociales.
Pero, más allá de las amenazas y si se concretara el rechazo a la reforma por parte del TC está la posibilidad, que se está repitiendo en voz baja entre los políticos de distinto signo, de que se pavimente un nuevo estallido social con las acciones del gobierno. Ya lo dijo el propio Desbordes, explicando su postura en el segundo retiro, en el sentido que, al no acudir al TC en esa oportunidad, se evitó un nuevo estallido.
¿Cartita bajo la manga?
Aunque en los pasillos del Congreso se comenta que el gobierno está preparando una propuesta que ordene a sus senadores para lograr el tercio que se requiere para rechazar el proyecto de la Cámara, pocos apuestan por el. Hasta ahora sus parlamentarios están haciendo mandas y promesas para que el Ejecutivo no vaya al Tribunal Constitucional. El más duro ha sido el candidato presidencial de RN, Mario Desbordes, que, aunque apoya la propuesta de Lavín, de acudir al Fondo de Cesantía, no desecha para nada el tercer retiro. Ha acusado al gobierno de no comprender que es necesario poner más ayuda para los afectados por la pandemia y ha insistido en todos los tonos en su pedido de que el gobierno no vaya al TC.
Pero, hasta ahora no hay caso. El Presidente Piñera insistió en su decisión de paralizar lo aprobado en la Cámara. Confirmó el viernes que, de ser necesario, el Gobierno recurrirá al Tribunal Constitucional (TC).Y explicó que – en su mundo, claro- “la inmensa mayoría de las personas reciben mejores beneficios con el IFE y el Bono Covid que con el tercer retiro. Además, se utilizan recursos fiscales y no debilita las pensiones, por lo tanto, creemos que es la mejor política social”.
Y para explicar su porfía, acudió al viejo expediente de que “el Presidente, los ministros, diputados y senadores juran respetar la Constitución. Como gobierno vamos a cumplir con ese deber. Siempre vamos a defender el respeto a la Constitución. Lo vamos a hacer en el proceso legislativo y de ser necesario en el TC”.
Fue un mensaje a los propios, recordándoles que ellos son los principales garantes de la defensa de esta Constitución. Habrá que ver el resultado de su nueva propuesta. Porque tal como están las cosas, ya se sabe que los votos para aprobar el retiro ya están en Chile Vamos, y con holgura: los UDI Iván Moreira y David Sandoval, los RN Manuel José Ossandón, Marcela Sabat y Juan Castro, cercano a RN, ya anunciaron su apoyo.
En la oposición, en tanto, la candidata presidencial socialista, Paula Narváez, dijo que el Gobierno falló desde el inicio y no supo enmendar el rumbo, y «hoy estamos frente al festival del retiro del 10%, porque los aportes son ineficientes”. El precandidato presidencial de Convergencia Social, Gabriel Boric, señaló en su Twitter: “Presidente Piñera, si no va a ayudar, no estorbe”. Y así, uno tras otro se pronunció contra lo que pretende el gobierno.
Y en la Cámara Alta, el presidente de la Comisión de Constitución del Senado, el independiente Pedro Araya anunció que ya tiene listo el cronograma para la moción en esta instancia. Espera citar a la Comisión el lunes a las 10.30, y planea citar hasta el total despacho para que se vote todo ese mismo día.
