Camilo Escalona Medina, Secretario General del Partido Socialista
Ha llamado la atención la decisión del PS, expresada por su Presidente, Álvaro Elizalde, de respaldar sin condiciones en la segunda vuelta presidencial a Gabriel Boric. Al parecer se esperaban reuniones tediosas e intrincadas negociaciones que se desvanecieron como por encanto con el veloz anuncio socialista.
Desde entonces hay especulaciones, incluida una cierta cuota de cizaña, acerca del porqué de tan rápido pronunciamiento. Así se creó una curiosa situación: la mayor parte de los opinólogos se enojó porque quedó “descolocado”.
La razón es de pasado, presente y futuro. El candidato ultraconservador se ha esmerado en lucir su posición negacionista en materia de Derechos Humanos, no cabe duda que lo más repulsivo de sus gestos es la defensa del terrorista de Estado, Miguel Krasnoff, uno de los autores materiales del asesinato de miles de militantes socialistas que fueron apresados, desaparecidos y asesinados en ese período de brutal represión. Lo mejor de la generación de la época fue destruida por la terrible crueldad de tales crimínales.
No se trata de aborrecer al que piensa distinto, pero no podemos dejar de ser lo que somos. Como proclamó Héctor Barreto, poeta socialista, en las calles de Santiago, luchando contra los grupos de choque del nazismo, a fines de los años 30: “el color de la sangre no se olvida”.
En el presente, en la organización política del líder de ultraderecha se insertan individuos de catadura intragable, tales como el militar que ejecutó el crimen de Rodrigo Rojas y las gravísimas quemaduras de Carmen Gloria Quintana, durante una jornada de protesta contra la dictadura en 1986. Entonces, lo qué hay no es una zanja, es un abismo.
El ultra conservadurismo rechaza el conjunto de avances de este período, su misoginia que condena el reconocimiento y ejercicio de los derechos de la mujer y el avance de la equidad de género, también su adoración del mercantilismo a ultranza desconoce los derechos laborales que frenen y hagan retroceder la super explotación de la clase trabajadora, así como, su discurso homofóbico y de exclusión genera iras y odios irracionales, así como, su terco apoyo a la represión del pueblo mapuche conduce a incrementar la confrontación que sólo lleva a más dolor y tragedias.
En estas condiciones hablar de condiciones no corresponde, incluso, seria mezquino. Así, el apoyo que se brinda es más claro, mucho más potente. Además, ello permite dar las opiniones que sean esenciales e indispensables sin que estén sujetas a cortapisas o negociaciones inconducentes. Naturalmente, será labor del abanderado presidencial la incorporación de las ideas socialistas y sus valores fundamentales, en especial, la inserción del pluralismo y la diversidad como condición democrática fundamental para el proceso de reformas sociales y cambios estructurales.
El futuro demanda una nueva mentalidad y una visión democrática, pluralista, de inclusión y no de exclusión. Por tanto, el socialismo chileno no puede sino abogar por la derrota del conservadurismo autoritario.
En definitiva, lo hacemos por nuestra historia, por el compromiso del socialismo con la libertad y la justicia social, en defensa de la dignidad de las personas y de los hogares y por una comunidad nacional que ejerza plenamente el derecho vivir en paz. Por eso, apoyamos a Gabriel Boric sin condiciones, por Chile y su pueblo.