Periodista.
El trasnochado anticomunismo del que hoy hace gala la derecha más recalcitrante del país -llámese republicanos, team patriota y otros semejantes- y que apareció con fuerza el pasado 4 de septiembre, día del plebiscito de salida, permeó a la DC y a ese otro partido que no se sabe de dónde viene ni para dónde va, el Partido de la Gente. Así se está poniendo en serio riesgo la presidencia de la Cámara para Karol Cariola, tal como se había acordado en marzo pasado por un grupo mayoritario de bancadas, a excepción de la derecha, dejando en posiciones más débiles aún al propio gobierno.
En pocos días más, el 7 de noviembre, se sabrá con certeza la suerte de la diputada Cariola, la más votada en Chile. Porque hasta ahora, y pese a los esfuerzos del propio gobierno para que se respete la palabra empeñada y la política no se transforme en libertinaje bananero, el cumplimiento del acuerdo fue puesto en duda por el partido de Parisi, la Democracia Cristiana y algunos independientes de escaso peso, pero cuyo voto hoy se pelea la derecha. Es el caso del diputado René Alinco, que ha votado invariablemente por sus antiguos adversarios en la Cámara. De hecho se alineó con esa derecha para sacar a la diputada Consuelo Veloso (RD) de la presidencia de la Comisión de Agricultura. Se afirma en los pasillos del Congreso que Alinco, que hasta hace un tiempo formaba parte como independiente de la bancada del PPD, está buscando los apoyos derechistas para liderar una comisión en la Cámara.
Es que el pacto que están desconociendo establecía una rotación de la presidencia de la Cámara y una distribución de cupos y jefaturas de comisiones legislativas, vitales para definir qué leyes se someten a discusión. Si no se logra que la testera de la Cámara quede en manos del oficialismo, será una verdadera catástrofe para el gobierno, que deberá multiplicar sus esfuerzos para sacar adelante sus reformas más importantes: tributaria, pensiones, salud, en un parlamento completamente controlado por la derecha.
En defensa de la dignidad
Sumidos en su propia catástrofe, donde parlamentarios como Joanna Pérez, Miguel Ángel Calisto, Felipe Camaño y otros han dado rienda suelta a su posición contraria al gobierno, la DC decidió no respaldar a Karol Cariola, mientras el PC no le quite el piso a una querella contra Sergio Micco, director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, que dejó hace un par de meses, acción judicial que fue avalada por las diputadas comunistas Carmen Hertz y Lorena Pizarro. De hecho, algunos de esos parlamentarios falangistas habrían admitido a sus compañeros que optarían por el candidato que proponga la derecha para competirle a la diputada comunista.
Eso es, al parecer, lo que ya estaría cocinado. Pese a que el PC le hizo llegar una carta a la bancada falangista, aclarándole que ellos no están patrocinando la acción en tribunales. Pero, no hubo caso.
Según el presidente del Partido Comunista, Jorge Tellier, “nosotros no estamos en una guerra con la DC, fue un problema de la bancada. Pero como sigue habiendo conversaciones, lo mejor en este caso es abstenerse. Lo único que puedo decir es que nosotros estamos defendiendo la dignidad del PC. Dos cosas defendemos. La dignidad del PC en el sentido de que no puede haber vetos al PC, cualquiera sea el subterfugio que se busque. Y segundo, a nosotros nos interesa sobremanera llegar a un acuerdo para mantener la mesa en manos del oficialismo, como nos llamamos. Esa es la situación. Nosotros hemos sacado una declaración pública y con eso creo que hemos dado respuesta suficiente a ese problema”.
Para el gobierno, lograr que el acuerdo sea respetado y Cariola asuma la presidencia de la Cámara se ha transformado en un hecho absolutamente prioritario. De perder esa presidencia, la derecha podría imponer una agenda legislativa distinta a la del Ejecutivo. En esa tarea está la ministra Ana Lía Uriarte, que no ha dudado en dialogar con quien sea necesario, pero sin resultados hasta ahora.
A tal extremo se está llegando que incluso se está hablando de caminos alternativos, como por ejemplo llegar a acuerdos con la derecha de Chile Vamos; o reemplazar a Karol Cariola por otro parlamentario Comunista que no despierte anticuerpos (a Cariola la derecha y parte de la DC le achacan haber sido la cara visible del Apruebo), o bien, un enroque en el tiempo, para que el PC ceda su cupo para otro año y ahora asuma otro representante del oficialismo.
¿Y la derecha qué?
Y mientras, corriendo por otro carril, está lo que sucede en la derecha a propósito del proceso constitucional en marcha lenta, pero continua. Casados en sus propias promesas -la Constitución del 80 está muerta y hay que elaborar una nueva dijeron alguna vez- RN, la UDI y Evopoli están enfrentando el malestar de un sector de su militancia que no son drásticos a la hora de rechazar la Carta que dejó su líder Jaime Guzmán. Los más criticados hasta ahora son Francisco Chahuán de RN y Javier Macaya, UDI. Por ser supuestamente blandos en las negociaciones.
La sombra cada día más amenazante del Partido Republicano y el de la Gente que no creen en la necesidad de un cambio constitucional, preocupa a Chile Vamos que no ha logrado convertirse en el eje aglutinador de la oposición al gobierno. Tampoco han logrado atraer a sus posiciones a los sectores más duros de cada uno de sus partidos.
Tal vez por eso es que frente al anuncio del gobierno respecto a la reforma previsional, ad portas de ser presentada ante el Parlamento, los partidos de Chile Vamos, además de Republicanos, el Partido de la Gente (PDG) e independientes, dieron a conocer un acuerdo que plasmaron en un documento: asegurar la propiedad de los fondos previsionales, que cualquier aumento de cotización vaya a cuentas individuales, que exista libertad de elegir, separar la discusión de la reforma previsional del alza de la Pensión Garantizada Universal (PGU), y mejorar la PGU.
El Presidente Gabriel Boric, durante el Encuentro Anual de la Industria organizado por la Sofofa, se refirió al tema: “Hoy leía con preocupación el documento que emanaba de la derecha, en donde las propuestas que hacían respecto de la reforma previsional, pareciera que no hubieran cambiado un ápice desde los últimos 10 años”. Y agregó: “Yo los invito a que todos entendamos que nadie va a sacar el 100% de lo que quiere, pero que eso no es lo importante, lo importante es que las pensiones de los chilenos mejoren, y para eso, tenemos que tener voluntad de diálogo y ponernos de acuerdo”.
Difícil tarea la del gobierno frente a la dureza en ascenso de la oposición. El presidente UDI, Javier Macaya, comentó que “en materia de pensiones tenemos una posición conjunta, que ha sido anticipada por nuestras bancadas de diputados junto a otras bancadas”.
Macaya agregó que “el gobierno entendió poco las señales que le entregó la ciudadanía el 4 de septiembre pasado si es que lo que pretende es que, uno de los temas mas relevantes por los cuales los chilenos se movilizaron por el Rechazo, que tenía que ver con la propiedad de sus cotizaciones, de sus fondos de pensiones, hoy día pase el 6% de cotización adicional (…) a ser de un fondo solidario, a ser de un fondo estatal, quitarle la propiedad de los fondos de pensiones a los chilenos en la práctica”.
Para variar, el presidente de RN no quiso ser menos en la crítica habitual al gobierno, repitiendo lo que todos los días dicen sus parlamentarios a sus medios de comunicación. Francisco Chahuán, afirmó que “lo que uno le pide al gobierno es que no sean superhéroes ni que estén en Marvel, le pide que cumplan la función de gobernar. Y hemos visto a un gobierno extraviado, un gobierno sin liderazgo, un gobierno que no ha tenido una actitud técnica para enfrentar los temas que afectan a los chilenos, particularmente en materia de seguridad pública, de pensiones, y salud”.
Por lo tanto, señaló que “les pediría acá sentido de realidad, re sintonizar con las necesidades de los ciudadanos, y no estar en la liga de la justicia sino más bien a gobernar Chile”. Agregó que “todavía están a tiempo de corregir, veamos qué presentan”.
