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Fracaso de los Liceos Bicentenarios PTU y 100 Mejores Colegios

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En el Diario de la Sociedad Civil (Noviembre de 2004) publiqué “Un diagnóstico y análisis crítico de la desigualdad educacional: los 100 mejores colegios de Chile”, a raíz de un informe del Diario El Mercurio (17.07.2004) sobre los resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Mostraba la enorme e injusta inequidad del sistema educacional en relación a los colegios privados y subvencionados particulares y municipales y como un conjunto de factores sistémicos permitían que los colegios privados de la Región Metropolitana y de algunas de sus comunas concentraran los mejores puntajes. ¿Algo ha cambiado en los resultados de los 100 “mejores” colegios, según la propiedad y territorios de los establecimientos, a partir de la política de Liceos Bicentenarios?

Este programa de Sebastián Piñera (desde el 2010) –según su propia definición- tenía el objetivo de apoyar a establecimientos educacionales para alcanzar, recuperar y/o mantener estándares de calidad, para que los jóvenes de todo Chile, accedieran a mejores herramientas y oportunidades para enfrentar el futuro. Compartirían cinco principios de excelencia: Altas Expectativas, Foco en la Sala de Clases, Nivelación de aprendizajes y Re- enseñanza, Libertad y Autonomía y, por último, Liderazgo Directivo. ¿Cuál ha sido su impacto en el ingreso a la universidad según los 100 mejores puntajes promedio de establecimientos?: nulo (desde el 101 algo puede cambiar: hay más dispersión escolar).

En Febrero de 2021, 16 años después, escribo estas líneas teniendo esa columna como base y analizando información pública de los últimos tres años difundida por medios de comunicación. Se puede concluir que los 100 mejores resultados de la Prueba de Transición Universitaria (PTU ex PSU en su versión 2020) muestran el fracaso de la política neo-liberal de Liceos Bicentenarios, más allá de la propaganda, difusión de la ideología del mérito individual y fuerte inversión financiera, e incluso del esfuerzo y trabajo responsable de sus comunidades educativas. No hay avances en la presencia de la educación pública (sector subvencionado particular y municipal) en los resultados de un sistema de competencia como el que existe en Chile. No hay dobles lecturas: fracasaron en la lógica del propio sistema; con ello se hunde la política, sus fundamentos, procesos y resultados.

Veamos. Resultados de la PTU en lenguaje y matemáticas en los 100 Mejores Colegios:

AÑO PSU PROPIEDAD TERRITORIO
Particular Pagado Particular Subvencionado Municipal Región Metropolitana Otras Regiones
2004 95 3 2 56 44
2018 93 3 4 57 43
2019 93 3 4 62 38
2020 93 3 4 74 36

(Fuentes. 2014: http://www.hssanesteban.cl/fotos/noticias/GDoK5P4hhLeV; 2018: https://www.emol.com/noticias/Nacional/2018/12/27/932287/Conoce-cuales-fueron-los-100-colegios-con-mejores-puntajes-en-la-PSU.html; 2019: http://www.dso.cl/?p=26194; 2020: https://www.latercera.com/nacional/noticia/revisa-los-rankings-los-colegios-mejores-promedios-la-psu/1020357/)

Según este ranking de resultados PSU/PTU, no ha habido impacto en los 100 mejores resultados institucionales de ingreso a la universidad. No sólo se ha mantenido la total predominancia de los colegios privados (93%), con una situación estable de las dos modalidades subvencionadas (7%) y los municipales con sólo un 4%, es decir, casi igual a nada. ¿Qué estos Liceos iban a estar al servicio de todos los estudiantes?, la situación es aún peor: cada año los “mejores colegios” se van concentrando –la tendencia capitalista neoliberal- en la Región Metropolitana y comunas de mayores recursos: la presencia de establecimientos de regiones es cada vez menor. Fracasó este programa de la derecha neoconservadora y con él sus principios de gestión neoliberal: estado financiador; gobierno ausente carente de equipos de control, cooperación y supervisión, regionales y provinciales; política de inversión concentrada en centros considerados de excelencia (concebida como logros de metas); fundamento en  el mérito individual a partir de la selectividad entre estudiantes de un mismo territorio; estímulo a la competencia entre establecimientos; evaluación según indicadores definidos y universales.

Hay otros resultados: relación costo-beneficio negativa y baja eficacia global; aumento de brechas de calidad al interior del sistema y entre territorios; abandono de una política universal de calidad; tentativa de generar elites regionales de ideologías  meritocráticas individuales; fortalecimiento de la educación privada pagada a costa de todo el sistema subvencionado: el municipal y el privado o particular. El resto del sistema, los “no seleccionados”, postula a este programa y corre por alcanzar el trofeo que asegura recursos, estudiantes “estudiosos”, orden y éxito (aunque sólo local, con escasas excepciones), pero que no impacta institucionalmente indicadores regionales, ni sirven de modelo al resto del sistema, como se verifica en regiones. Además van generando en unos jóvenes y sus familias, frustración por quedar fuera de la selección de “los mejores entre los mejores”; en otros que se esfuerzan en condiciones precarias, genera rabia y un sentimiento de injusticia sistémica. Finalmente, el modelo atenta contra sus propias bases, pues demuestra que pese a esfuerzos meritorios la selección deja fuera a más de los que integra: lo individual no consigue superar las brechas institucionales.

En el debate de la nueva constitución y del programa de la candidata (o candidato) de las fuerzas progresistas, socialistas y democráticas, deben generarse políticas y programas que articulen y coordinen políticas universales, con otras focalizadas a colectivos sociales y culturales específicos, integrales, con armonía territorial y diversidad de trayectorias y modalidades educacionales, que abarquen toda la vida de las personas. Las políticas neoconservadoras y neoliberales han fracasado, entonces ¿para qué seguir con ellas o tratar de reformarlas? No: hay que pensar, construir y gestionar una nueva educación para un Chile mejor y una ciudadanía digna desde principios socialistas y democráticos.

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