Analista político y sociólogo.
La derecha puede mostrar la peor forma de llegar a una nueva etapa política. Consiste en tener la obligación de reorganizar sus partidos y una coalición en crisis, mientras muestra buenas posibilidades presidenciales. Este cóctel es explosivo, pero estos elementos no se combinan por pura casualidad.
Es la creciente debilidad de los partidos oficialistas lo que favoreció que un independiente ganara su primaria presidencial recién llegado a la coalición, al gobierno y a la derecha. La “solución” fue todavía peor.
Habiendo encontrado un candidato del que se desilusionó apenas iniciada la competencia abierta, la derecha está ensayando el apoyo a un candidato extremo, más allá de las fronteras de la coalición, pero que reconoce de su ADN.
Sin embargo, los problemas están lejos de desaparecer. Lo que es una buena noticia para la competencia presidencial es una mala noticia para la competencia parlamentaria. Tiene una posibilidad de ganar la presidencial, pero tiene casi la certeza de estar trabajando para su peor resultado parlamentario de la historia.
En la práctica, Kast reemplazó a Sichel como candidato de la derecha. En este sector pensaron que la mejor solución la daría el tiempo. Llegaría la primera vuelta, el líder republicano pasaría a la etapa siguiente, Sichel quedaría en el camino y la incómoda situación se resolvería por sí sola. Algo simple, pero falso.
Guardar las apariencias no resulta nada sencillo. Asegurarse el paso a la segunda vuelta es competir, pero está importando mucho llegar en la primera posición el 21 de noviembre. Piensan que, de lograr este objetivo, en realidad la competencia se estaría dirimiendo con cierta anticipación.
La razón es sencilla. En otras ocasiones la primera vuelta se destinaba a imponerse en el propio sector. Pero como esto ya aconteció, debido al insólito derrumba anticipado de Sichel, lo que se está haciendo es dirigirse desde ya al electorado moderado, lo que modifica la estrategia tradicional.
Para los moderados e indecisos la imagen de triunfo es muy significativa a la hora de tomar una opción. Como lo esperable sería que alguien de la oposición encabezara las preferencias, lo imprevisto del giro puede hacer que ahora los sorprendidos sean los adversarios y ya no recuperen la iniciativa.
Si estamos en lo cierto y lo que tenemos es una anticipación de la estrategia de segunda vuelta al presente, tendremos una prueba palpable dentro de muy poco. En el decisivo debate de Anatel, que se espera tenga una audiencia récord en este tipo de eventos, veremos una transformación beatífica. Kast se mostrará menos ideológico que de costumbre y sus mensajes serán todos en lenguaje ciudadano, sin apartarse de los temas de los votantes menos politizados.
Si Kast le habla de preferencia a los moderados, sabiendo que la derecha ya está asegurada, el giro se habrá completado. Entonces la derecha sí se va a asustar. Ocurre que la UDI, RN y sus socios siempre han corrido con ventaja en la parlamentaria por ser la lista más votada y el sistema electoral los sobrerrepresenta. Ahora, se fortalece la lista de Kast por la figuración de su candidato y se dividirán los votos como nunca. El resultado será el peor resultado en décadas. Están apostando fuerte y pueden quedar sin pan ni pedazo. Amén.
