Inicio Destacado No es lo que me Conviene, es lo que la Democracia Necesita

No es lo que me Conviene, es lo que la Democracia Necesita

Crédito Foto: Patricio Muñoz Moreno

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Es muy importante tener claro qué significa optar en segunda vuelta por un candidato presidencial. Los gustos y preferencias se mostraron en primera vuelta, ahora no se dispone de una opción que sea del completo agrado. Eso es, precisamente, lo que acaba de perderse en la vuelta pasada.

Tampoco ocurre que entregar el voto sea lo mismo que adherir a una candidatura. Al revés, se tiene que optar a pesar de las diferencias que justificaron la competencia que acaba de dirimirse.

Mucho menos significa que las criticas mutuas se olvidan y que los maltratos de lado y lado ya no cuentan. La política no es esquizofrénica ni sufre amnesia. Es plenamente compatible optar por un candidato con el que se discrepa porque la otra opción resulta plenamente inaceptable.

En Francia se ha visto a la derecha y a la izquierda unirse en segunda vuelta contra la candidata de la ultraderecha. La razón que se dio entonces es la misma que vale para nuestro caso: entre nosotros somos adversarios, pero al frente tenemos un enemigo de la democracia.

En Francia, en ese momento crítico, la izquierda y la derecha no se “abuenaron”, simplemente optaron por defender un sistema de convivencia pacífica y de respeto mutuo, que les permitiera seguir debatiendo sus deferencias en libertad.

Por eso es una mala perspectiva empezar a poner condiciones al ganador para decidir. La opción se toma por coherencia con la identidad política que se tiene, no por negociación. Adoptar planteamiento de otros es decisión del que gana.

Expresamente, la negociación queda excluida porque no se actúa por conveniencia, sino por coherencia. No es por lo que otro me ofrece por lo que decido. Nada me puede ofrecer porque no estoy dispuesto a entrar al gobierno y lo que me motiva no es obtener una cuota de poder que ni se me ofrece ni acepto. No se puede mantener el error cambiando los interlocutores.

Si hay algo que recuperar en la política es el actuar por convicciones y por lo que se considera mejor dentro de lo posible. La conveniencia tomada como guía es la degradación de la política; eso el centro lo debe entender más que nadie.

La Democracia Cristiana tiene un problema con su votación porque primero ha tenido un problema con su prestigio, recuperando este último tendrá la posibilidad de transformarse y recuperarse en números.

El PDC no puede olvidar lo que acontecía el mes previo al estallido social. En ese momento estaba abocado a las pequeñas negociaciones con el gobierno para conseguir ventajas nimias, distanciándose del resto de la oposición. Justo en la antesala de un cambio grande estaba afrontando su relación con un gobierno impopular con mirada de comercio minorista. Reconocer es enmendar.

Un partido con doctrina debe moverse por lo que sus principios le dicen, no por la búsqueda de ventajas de coyuntura. Se trata de hacer política, no de vender alfombras. Convencer a los electores es labor del candidato. Con Boric no hay que negociar, hay que informarle que se ha resuelto apoyarlo, no por lo que nos pueda entregar, sino porque es lo correcto dentro de lo posible. Con eso no se ganará nada, excepto respeto, pero el respeto lo es todo en política.

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