Periodista.
Cuando faltan pocos días para que la política vuelva a su “normalidad” – más aparente que real -, con los parlamentarios volviendo de sus vacaciones, lo mismo que el gobierno y recién iniciándose legalmente la campaña por el plebiscito, la campaña del terror lanzada por la derecha más dura, que es mayoritaria en ese sector, está en pleno apogeo.
No hay día en que no sorprenda con iniciativas panfletarias de escasa creatividad que, de no ser por lo peligrosas que son para la democracia, harían reír. Las redes sociales están repletas de llamados a “prepararse con todo” para marzo; hay calendarios con supuestas actividades diarias; hay llamados a preparar las “armas” de la primera línea; hay advertencias parajuntar agua y comestibles para el “marzo que viene”; se afirma que no habrá derecho de propiedad en esa nueva Carta Magna; incluso el académico Gonzalo Rojas pregunta en qué momento aparecerán los fusiles M-16 que aun, según dice, están escondidos “por si las moscas”.
En fin, noticias falsas por doquier que intoxican las redes sociales y los propios medios de comunicación buscando crear un ambiente de miedo y rechazo a la opción de “apruebo” a una nueva Constitución. Baste un solo ejemplo. La ciudadana Ana Coloma (@annycoloma) escribió el 17 de febrero a las 0.48 horas vía Twitter lo siguiente: “ATENCION: están llegando armas por costas de Tirúa y por pasos con Argentina, de decenas de escopetas de repetición y fusiles tipo Art 15 a terroristas y guerrilleros en la 8 y 9 región”. Poco antes había escrito “atención a todos, se informa para el día de mañana gran despliegue del lumpen en todo Chile con la intención de causar daño y sembrar más miedo, esto comienza esta noche”.
Algunos estudiosos de la política sostienen que se trata de una estrategia bien planificada para obligar al gobierno a endurecer más aún su respuesta a las manifestaciones que no han cesado desde octubre del año pasado. Van más allá. Aventuran una búsqueda en ascenso para lograr que el plebiscito aborte, provocar otra protesta social y obligar una intervención como la que claman algunos sectores ultraderechistas no sólo en los encuentros dominicales de la Escuela Militar. Otra cosa es -señalan- si efectivamente logran un éxito que signifique aminorar el triunfo de la opción apruebo, como señalan hasta hoy las encuestas.
Si no fuera porque la oposición sigue enredada en sus problemas internos y cunde la desazón en sus filas por la inexistencia de liderazgo, hace rato que la derecha hubiese hecho agua con tantos conflictos que pululan en su interior. Y hasta ahora, no parecen terminar. Ahí están la reunión del presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes, con los presidentes de la ex Concertación; se sumaron los dichos del Intendente Metropolitano, Felipe Guevara (RN), admitiendo que en el Gobierno están a favor de una nueva Constitución; y las declaraciones de los alcaldes de Santiago y de Estación Central. Peor aún. Se conocieron audios del ex diputado UDI Gustavo Hasbún con investigaciones por cohecho y tráfico de influencias en los contratos del MOP en La Araucaníay de paso, dejaron en evidencia la malquerenciaexistente entre el gremialismo y Evópoli, reviviendo de paso el fantasma del financiamiento de las campañas políticas de la derecha. También se conocieron losdichos del ministro (s) de Agricultura José Ignacio Pinochet –de militancia RN- contra Hasbún, que le valió un llamado de la UDI a “no inmiscuirse en política contingente y respetar el principio de la presunción deinocencia”. Son solo algunos ejemplos. Y así va la escalada, sin contención hasta ahora.
Esa es la realidad del oficialismo al que se suman los ires y venires de los duros entre los duros de la derecha.
La rabia de la ultraderecha
Para empezar, cada día salen más a la luz quienes incluso tratan de “traidor” al presidente Piñera por su supuesta incapacidad de respuesta frente a las manifestaciones. La columnista Teresa Marinovic, por ejemplo, escribió que “el gobierno pasará a la historia como el gobierno de un traidor que entregó su país en bandeja de plata para salvarse a si mismo”. El humorista Checho Hirane escribió: “me siento abandonado y traicionado por un gobierno cobarde que ayudé a elegir igual que el 56 por ciento que lo votó”. Y suma y sigue la ira desbordada de los más conspicuos representantes de la ultraderecha.
El punto es que las discrepancias en la derecha se hacen cada vez más evidentes frente al proceso constitucional que ya comenzó. Y las diferencias parecieran ser cada vez más insalvables. Que la UDI se haya convertido en el tapón principal para evitar el cambio de la Constitución de Pinochet-Guzmán, no es extraño. Y que se le haga insoportable la posición de algunos de su sector que estén por esa opción, la del cambio, tampoco.
¿Qué tiene que ver, por ejemplo, el sector más liberal de Renovación Nacional con la UDI, que sigue a pie juntillas la enseñanza de Jaime Guzmán? Ese Jaime Guzmán que escribió “cómo va a tener el mismo valor el sufragio de un ignorante y el de un sabio”. O quedijo con todas sus letras que había que defender su legado, porque “la Constitución debe procurar que si llegan a gobernar los adversarios se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a la que uno mismo anhelaría, porque -valga la metáfora- el margen de alternativas que la cancha imponga de hecho a quienes juegan con ella sea lo suficientemente reducido para ser extremadamente difícil lo contrario”. De ahí la poco creíble afirmación de Andrés Allamand, la UDI y su gente que dicen estar por el rechazo, pero con reformas a la actual Constitución. Cambios reales que la derecha nunca ha permitido desde que retornó la democracia al país. Y la defensa a ultranza del gremialismo ayer y hoy.
Los “momificados” de Alessandri
Así, las salidas del guion por el rechazo, impuesto por la UDI y sus seguidores de RN que han hecho parlamentarios y alcaldes de esas mismas tiendas,pero que están por el Apruebo, tiene más que preocupados a ese sector ultraderechista. El que liderados por el presidente de RN Mario Desbordes algunos diputados de RN que están por aprobar una nueva Constitución hayan iniciado conversaciones con sus pares de la UDI que sorprendentemente están por esa misma opción, es casi imposible de digerir por los conservadores que, a todo trance, intentan neutralizarlos.
Cuando el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri (RN), no solo confirmó que votará Apruebo en el plebiscito constituyente del 26 de abril, sino también anunció que hará campaña por el triunfo de esa opción, se agudizó el conflicto interno en la derecha. Más aún cuando cuestionó a quienes están por el rechazo y se refirió al clima que se estaba instaurando: “estas campañas del terror me llevan a pensar que son estos momificados que no quieren que nada cambie. Eso nunca es bueno”. Recordó que, para el plebiscito de 1988, “mi familia estaba por el Sí y pensaba que si ganaba el No iba a quedar la escoba… Finalmente, (en las décadas posteriores al fin de la dictadura) Chile nunca había avanzado tanto”. Comparó los mensajes contra la nueva Constitución con otras legislaciones que sufrieron una campaña del terror en los ’90. “¿Se acuerda usted de cuando éramos casi el último país del mundo sin Ley de Divorcio? Decían que se iba a terminar la familia si se aprobaba, y finalmente, somos varios los que nos hemos divorciado en la vida, nos hemos vuelto a casar y no se ha destruido la familia, seguimos fortaleciéndola», argumentó, enfatizando que “no hay que ser fatalistas”. Alessandri añadió que “como dijo Mario Desbordes, ‘es muy fácil estar desde el barrio alto diciendo Rechazo’.
Gran escándalo y reprimendas contra Alessandri. Salió a defenderlo el diputado Andrés Celis de su mismo partido. Es que el calificativo de “momificados”, despertó iras en distintos grados, obligando al alcalde a pedir disculpas, pero no a desdecirse. De paso, Celis llamó a quienes están por el Rechazo a que transparenten desde dónde están sacando los fondos para realizar las diversas campañas que se han visto, por ejemplo, en las redes sociales.
No pudo dejar pasar la oportunidad de acercarse a los micrófonos el joven diputado Schalper, que ama los micrófonos y que hace campaña bajo la consigna del «Rechazo para reformar». Dijo que se reunió con vecinos de Plaza Italia y que le manifestaron “que ellos querían cambios, pero no querían cambios en el contexto de violencia y de confrontación que estamos viendo». «Entonces, yo no sé a quién se referirá», cuestionó el diputado, aludiendo al concepto «momificados» planteado por Alessandri. El diputado evangélico Eduardo Durán cuestionó al alcalde Alessandri por “denostar a gente de su sector, tildándolos de momios «. Desde la UDI, el senador Iván Moreira habló de “descalificaciones innecesarias”.
Con todo, las divergencias suman y siguen. Y también llegaron a la UDI. Así lo transparentó Rodrigo Delgado, alcalde de Estación Central, quien, entrevistado por La Tercera, afirmó: «Si el plebiscito fuera este domingo, yo voto ‘apruebo’ (…) Mucha gente quiere una nueva Constitución que nazca en democracia, cree que es la única forma de lograr la paz en Chile y un mejor país».No es el único. Hay que sumar a Lavín padre e hijo y uno que otro UDI joven.
Sin embargo, uno de los históricos del partido, el senador Juan Antonio Coloma llamó al orden: “Hoy día el ‘apruebo’ se identifica mucho más con aquellos que quieren cambios radicales o totales y que, de alguna manera, se vincula con hacer Chile de nuevo y dar un salto al vacío. Nosotros mayoritariamente hemos planteado que somos partidarios de un rechazo positivo en abril. Pensamos que muchas de las mejoras que se pueden producir en Chile, no tiene por qué ser haciendo todo de nuevo, haciendo Chile de nuevo”. Coloma sostuvo que “hoy día la única coalición que le da gobernabilidad a Chile es Chile Vamos. Nosotros podemos tener algunas diferencias, pero son respecto a posiciones políticas respecto a eventos específicos. Si usted mira al frente (a la oposición), yo no sé cuántos subgrupos habría que armar. Creo que la situación es muy distinta”.
¿Despertando?
Gonzalo Cordero, devoto de Jaime Guzmán, un histórico de la UDI morigeró su discurso hasta ahora intransigente, llamando la atención sobre lo que a su juicio es “una tensa espera” que “precede al peligro”, refiriéndose a lo que podría ocurrir en marzo. Parte del guion de la campaña del miedo. Con algunas diferencias.
Cordero dice que “la violencia que se desató a contar del 18 de octubre fue de una intensidad y extensión incompatible con una sociedad civilizada, pero lo más grave es que los estudios de opinión muestran que esa violencia encuentra respaldo en una parte considerable del país, que la considera el único camino posible para lograr cambios que ellos estiman justos”.
De ahí que cree que “el problema mayor no es la violencia en sí misma, sino su legitimación”, y reconoce que “esa frase que al comienzo yo mismo creía, acerca de la inmensa mayoría silenciosa que repudia la violencia, hoy es de dudosa veracidad. A pesar de todo, creo que la mayoría la repudia, pero parece ser una mayoría bastante relativa, concentrada además en ciertos grupos socioeconómicos o etarios.”
Le advierte a la derecha que “vienen cambios profundos, inevitables y de largo alcance, pero tenemos que encauzarlos dentro de la racionalidad y la paz social. La solución no es rendirse ante la violencia, es derrotarla; ni tampoco abandonar lo que ha funcionado, es trabajar para volver a dotarlo de legitimidad. No hay que temerle al cambio, sino a equivocarse en lo que hay que cambiar”.
Una mirada bastante distinta a la del hombre poderoso del segundo piso. Cristian Larroulet sigue insistiendoen que Chile es un modelo exitoso frente a la manida comparación con el modelo venezolano. ¿Suena conocido?
Y la oposición con incapacidades
Incapacidades de la oposición que el ex Presidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, mostró. Aseguró que «creo que hay dispersión en nuestras fuerzas, hay un exceso de confianza y una incapacidad de salvar las diferencias que existen para poder actuar de conjunto». Más o menos lo mismo que piensas FuadChahín, presidente de la Democracia Cristiana: «yo creo que dentro de la oposición hay falta de diálogo, falta de entender el rol que debe cumplir cada uno. Hay una especie de sensación de que como el Gobierno está tan mal basta con pregonar la unidad para que se vuelva al Gobierno». Heraldo Muñoz, del PPD añadió por su parte que «comparto la actitud de prevención de Camilo Escalona, en el sentido de que no debiera existir un exceso de confianza en un eventual triunfo del Apruebo en el Plebiscito. El Plebiscito de ninguna manera está ganado». «Primero por la dispersión opositora, pese a que algunos hemos intentado impulsar una sola campaña unitaria. Es necesaria una gran movilización territorial y en redes, con la debida coherencia y pedagogía, que aún no ocurre. Y tercero, la derecha está haciendo una campaña engañosa, con muchos recursos, diciendo que se puede ‘rechazar para reformar’ cuando en la papeleta del 26 de abril no habrá una alternativa intermedia entre el Apruebo y el Rechazo, y que esta última solo significará quedarnos con la Constitución actual».
El secretario general del Partido Comunista, Lautaro Carmona, sostuvo que «yo lo diría de otra manera, sin discutir con él (Escalona), es peligroso tener exceso de confianza. Esa es la fórmula en que yo lo abordaría, y dicho así, me preocupa que, desde sectores políticos vinculados a convocar a aprobar en el Plebiscito, empiecen a descalificar a sectores que son muy importantes». Consultado sobre si es suficiente la fuerza de la oposición para ganar, Carmona manifestó que «lo suficiente es la anchura absoluta de la izquierda, donde está el PC, hasta el centro como es la DC”.
