Inicio Destacado Revuelta de Octubre: ¿Quién Llamará a la Asamblea Constituyente…?

Revuelta de Octubre: ¿Quién Llamará a la Asamblea Constituyente…?

Crédito Foto: Patricio Muñoz Moreno

0

Después de una semana de tensos momentos de angustia, temor, incertidumbre, el histórico viernes 25 de octubre nos vimos premiados con otros de alegría, satisfacción y esperanza.

Sí, fue la marcha nacional más grande de los últimos tiempos. Más de 1 millón 200 mil personas se aglomeraron esa tarde desde temprano en la Plaza Italia de la capital y alrededores. Tres millones en todo el país. Muchos no alcanzaron a llegar hasta la estatua del General Baquedano en Plaza Italia que, por primera vez, desapareció entre las multitudes de manifestantes. Había “tacos” de personas tratando de avanzar y  debieron conformarse con quedar en las calles convergentes.

Muchos la comparan con la Marcha de la Alegría al cierre de la campaña por el triunfo del NO en octubre de 1988, e incluso aducen que ésta fue mayor, considerando que la población del país entonces era menor. Nadie olvida aquélla inolvidable salida de la gente a las calles aún con temor, bajo dictadura. Hoy su equivalente es el Estado de Emergencia que muchas veces ha parecido Estado de Sitio por la violación de derechos y la cantidad de víctimas.

¿Cuál es la diferencia entre ambas manifestaciones?

Primero, que los chilenos de hoy definitivamente perdieron el miedo. Son las nuevas generaciones quienes tomaron las riendas y en sus carteles gritan: “¡Nos quitaron todo… hasta el miedo!” Y así hemos visto en las protestas familias jóvenes con hijos pequeños empuñando cacerolas y otros aún en el coche cuna, como también ancianos en silla de ruedas blandiendo también tapas o sartenes.

Segundo,  la batalla por el NO entonces se ganó paso a paso, año a año, por el acuerdo entre las fuerzas opositoras, movimientos sociales y partidos políticos aún en clandestinidad. Hubo una gran organización semi pública y, en paralelo, algunas aún clandestinas para controlar la votación. En cambio ahora, sólo los estudiantes secundarios con sus organizaciones como CONES y ACES pudieron ponerse de acuerdo para  saltar los torniquetes y no pagar el metro de tarifa alzada, encendiendo la mecha. Lo hicieron a nombre de sus padres y de todos los usuarios con un sentido de solidaridad que sorprendió al régimen individualista que nos rige. Una vez más, como los Pingüinos de hace más de una década, los estudiantes secundarios dieron el primer paso. ¡Que vivan los estudiantes!

La incógnita es cómo se produjo el estallido social del conjunto de los chilenos, que los seguimos para apoyarlos, transformándose en una ola creciente de protesta social. ¿Quién o quiénes estaban detrás? ¿Cuáles son nuestros nuevos líderes? Todos dicen que el estallido fue espontáneo. Un fenómeno que los sociólogos y sicólogos sociales tendrán que seguir estudiando.

Pero los que tenemos añitos y aún confiamos en la organización advertimos que de inmediato comenzaron a apoyar la Central Unitaria de Trabajadores, el Colegio de Profesores, los Trabajadores Mineros, así como el Colegio de Periodistas, pidiendo más ética en la información.  Muchos se han sumado y bienvenidos sean.  Sólo provoca  rechazo el gremio camionero, que se subió al carro de la victoria a última hora pidiendo aún más regalías que las que ya han reciben desde la dictadura por su contribución al derrocamiento del Presidente Salvador Allende.

También se habla de que detrás de esta ola insurreccional hubo un acuerdo rápido entre demandas básicas de los chilenos desde militantes y simpatizantes de la ex Nueva Mayoría y del Frente Amplio. Ojalá. Hace falta que los partidos políticos se unan al movimiento social. Y ahora escuchamos que se estaría formando un Polo Social Anticapitalista, es decir, anti modelo neoliberal donde deberían confluir dirigentes sociales y políticos. Sería gratificante que en el país-laboratorio donde se experimentó el neoliberalismo con los Chicago Boys, surja el antídoto.

Que los partidos políticos no han estado a la altura, que esta revuelta los pilló desprevenidos, que no han logrado unirse los del centro con la izquierda,  muy cierto y es una vergüenza. Pero también es innegable que la nueva democracia necesita de los partidos políticos, que son sus canales regulares de expresión de las ideas. De todas las ideas. Sin partidos políticos no hay democracia.

Los caceroleos han continuado después del mea culpa del Presidente de la República, de su promesa de sacar los militares de la calle, del cambio de gabinete y de algunas medidas paliativas. Pero la calle  -como en la Argentina del 2001-  quiere que se vayan todos.

No basta con mostrar letreros con “fuera Piñera”. Hay que dar confianza a los ciudadanos. Hay que saber quién ocuparía ese espacio, quien llamaría a la Asamblea Constituyente que dará paso a la nueva etapa que el país requiere de modo urgente.

 

SIN COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Salir de la versión móvil