Hernán García Moresco profesor de la Universidad Academia Humanismo Cristiano. Magister© Ingeniería Informática USACH. Diplomado en Big Data Universidad Católica. Diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública. Universidad de Chile. Licenciado en Educación en Matemática y Computación USACH
José Orellana Yáñez, Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Académico de la Carrera de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Academia Humanismo Cristiano
Hernán García Moresco profesor de la Universidad Academia Humanismo Cristiano. Magister© Ingeniería Informática USACH. Diplomado en Big Data Universidad Católica. Diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública. Universidad de Chile. Licenciado en Educación en Matemática y Computación USACH
José Orellana Yáñez, Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Académico de la Escuela de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Academia Humanismo Cristiano
La figura de la ex presidenta Michelle Bachelet excede con creces cualquier coyuntura en un momento electoral. Su adscripción ideológica y política al Partido Socialista de Chile es una particularidad que sus militantes, adherentes y de la/os que se encuentran más allá de los límites partidarios reconocen. Su liderazgo de ayer es una referencia ineludible, no obstante, las descalificaciones exhaladas durante y al término de su segundo mandato. Hay que convenir que fueron gobiernos realizadores, que demandaron un liderazgo ad hoc, donde las personas fueron el centro de su quehacer, pero, además con una mirada política de largo plazo, refrendada por sus reformas al sistema político, a la institucionalidad medioambiental y otras culturales, así como el valor de la mujer en política y redimensionamiento de ésta en la sociedad. Ahora, además proyecta un liderazgo internacional inapelable desde su función en la ONU, en temas de derechos humanos[i].
Sin embargo, la trascendencia del primer y segundo mandato de la Ex – Presidenta, estuvo acompañada de incomprensiones ‘políticos-electorales’, pero hoy, la continuidad de su legado, paradojalmente, está en manos de quienes heredan sus reformas (contradictoriamente críticos en su segundo gobierno, así como de los años anteriores, con la Concertación). Ellos podrán, de ser electos, materializar los proyectos sociales que ella y sus gobiernos generaron. Ahí está la gratuidad en la educación, aborto terapéutico en tres causales, ley de acuerdo civil y la reciente aprobación del matrimonio igualitario, reformas políticas como la superación del sistema binominal y elección popular de las gobernadoras y gobernadores regionales, democratizando el sistema político. Punto aparte es el proyecto de nueva constitución con participación activa[ii].
Su apoyo a la candidatura de Apruebo Dignidad, implica en parte, la suma de las fuerzas políticas, proyectos, aciertos y desaciertos, encuentros y desencuentros de los últimos 30 años, pues está en juego un interés superior que hasta antes de ahora, solo era visto por aquellos y aquellas que lucharon por la recuperación de la democracia en los 80’ (implica apoyo y la aceptación/búsqueda del mismo). Es decir, el 19 de diciembre Michelle Bachelet Jeria y Ricardo Lagos Escobar, serán actores de su propia historia, apoyando sin condiciones y entregando su acervo, sus experiencias, en favor de una democracia siempre demandante de mejoramiento (ambos avanzaron en medidas).
Por ello, el capital político transversal que tienen ambos y, en específico Michelle Bachelet para el socialismo democrático, corroboran su vigencia política en el país del presente y futuro. Pero, además, el cúmulo de mensajes que en la geografía virtual se han expresado por el apoyo otorgado por la ex Presidenta Bachelet, permite afirmar que el tiempo… siempre hace justicia, que la aceptación de la experiencia de quienes ya gobernaron y generaron políticas públicas (algunas rechazadas y otras valoradas), no debieron ser despreciadas, por lo menos como lo fueron, cuestión que de paso, le otorgan a la institucionalidad del socialismo chileno una visión y posibilidad de acción política e ideológica estratégica, que le habilita para expresar sin aspavientos su compromiso y apoyo sin condiciones y sin exclusiones a Apruebo Dignidad.
De derrotas y procesos
No obstante, el socialismo chileno, debe enfrentar su derrota y buscar la rearticulación de su proyecto, no teniendo la necesidad de ir a buscar recetas de cómo orientar el nuevo aire que precisa, ante la falta de estrategia electoral y las malas decisiones, por ejemplo, de no participar en las primarias legales en dos oportunidades (2017 y 2021).
Para ser certeros, se tuvo la primera derrota el año 2017, cuando no fue capaz de hacer de Alejandro Guillier el presidente de continuidad de la ex Nueva Mayoría, producto de las malas decisiones político-electorales del momento, acompañado, además de la indiferencia de quienes, en ese minuto, dirigían el Frente Amplio. Posteriormente, la antesala siguiente se materializó, cuando se capitaliza una exclusión y el veto para integrar la otrora primaria del arco progresista nacional del fatídico 19 de mayo 2021, permitiendo una siguiente derrota, no sólo por cristalizar una pírrica Consulta Ciudadana entre Paula Narváez, Carlos Maldonado y Yasna Provoste (ineludible por lo demás), sino porque el socialismo perdió inapelablemente con la menor convocatoria que pudo haber tenido en ejercicios de esta naturaleza.
Luego, los hechos mostraron la distancia entre el acuerdo y las acciones de las candidaturas, es decir la falta de consecuencia y respeto a los acuerdos concretados. No obstante, la noche de los resultados (consulta ciudadana de Unidad Constituyente), se expresó que el desafío era generar una alternativa de reemplazo y que el socialismo actuaría con unidad, respaldando a quien terminó vencedora en la consulta ciudadana, es decir, Yasna Provoste, focalizándose tal voluntad y compromiso en la institucionalidad, lejos de una disidencia poco comprometida, más bien dúctil a Apruebo Dignidad, trayendo como resultado predecible (no solo por ello, en todo caso), volver a perder en la primera vuelta de la elección presidencial del 2021. Esto generó, nuevamente el actuar en coherencia, entregando sin condiciones el apoyo a la candidatura de la coalición consignada (Apruebo Dignidad y su candidato).
De programas y visiones
El actual programa de gobierno del Frente Amplio y el Partido Comunista, se condice con lo que se podría indicar legado de la ex Nueva Mayoría y, paradojalmente de la Concertación, pues no es posible ver una cosa distinta que el mejoramiento de la vida de la/os habitantes de la patria, de jóvenes como de la/os adulta/os mayores. De proteger y respetar la vida, así como dar igualdad y dignidad a las mujeres de nuestro país.
Para la segunda vuelta, se recogieron las diferenciadas posiciones programáticas de los partidos/candidaturas del sector y de la sociedad civil activa. Y en ese marco, no habría que olvidar que el programa de gobierno de la Nueva Mayoría, no sólo fue una continuidad de lo que avanzó el primer gobierno de Michelle Bachelet, sino que continuidad de los otros del sector, cuando de derechos sociales se refiere (más otros), pero también fue proyección de lo que implicó la geografía de la multitud que arreció en los años 2011 en adelante[iii], allanando el camino para que NO sucediera lo que terminó sucediendo en octubre 2019, con toda la vulneración de derechos hoy conocida y acreditada por organizaciones nacionales e internacionales, que producto de la pandemia, vuelven a ser requeridos. En el debate y resultado del proceso constitucional, se espera se profundice y problematice para impedir la vulneración de derechos.
Por lo tanto, la llegada de Michelle Bachelet, hoy, por la coyuntura en la se está, debería entendérsele como una invitación a querer profundizar y mejorar el quehacer político, social y económico, de su legado, en una senda de progreso para todos y todas. Pero así mismo, es la proyección del socialismo democrático, como instrumento de acompañamiento propositivo al eventual futuro gobierno de Apruebo Dignidad (crítico cuando corresponda), constituyéndose angular del mismo, porque puede contribuir a concretar certezas, lealtades y un proyecto país, que es más importante que cargos o espacios de poder.
Dada la importancia del futuro de la democracia chilena y su proyección internacional, y prioritariamente latinoamericana… entonces… llegó Michelle Bachelet…. ¿y.… sí ahora la reconocemos en su mérito y valoramos su legado?
[i] Ver en https://pagina19.cl/opinion/bachelet-michelle/?amp
[ii] Ver en https://www.elquintopoder.cl/medio-ambiente/medio-ambiente-y-proceso-constituyente-un-hecho-politico-puro-y-duro/
[iii] Ver en https://www.elquintopoder.cl/politica/la-geografia-de-la-multitud-hacia-el-nuevo-trato-2/
