Periodista.
Conversar con Víctor Maldonado, ex Secretario General de la DC, analista político, sociólogo y Magister en Ciencias Políticas de la Universidad de Chile, por lo general abre una ventana para conocer qué está pasando con la Democracia Cristiana, hoy subsumida en un proceso de deterioro que de alguna manera quedó en evidencia en la reciente elección de directiva, que obligó a ese partido a realizar una segunda vuelta.
Respecto a la histórica relación entre la DC y el Partido Socialista, que finalizó con el paso dado por la colectividad de Álvaro Elizalde al integrarse al futuro gobierno de Gabriel Boric, el analista afirma rotundo que “terminó un capítulo gigante de la historia de Chile en que dos actores -PS y DC- determinaban una parte muy importante de las decisiones nacionales. Ahora ambos partidos no son centrales. No son para no tomarlos en cuenta, pero ya no son el eje del poder político. Esa relación de dos actores que definían y determinaban al resto, se acabó. Ahora, eso no implica que no tengamos que restablecer la relación en nuevos términos para la etapa que viene, porque hay que ser más humildes y esa humildad no significa ser menos dialogantes. Es al revés: ser más dialogantes”.
Maldonado no cree que la elección en segunda vuelta que algunos señalan sería el 6 de febrero próximo, resolverá el problema que está enfrentando su partido. Ningún partido puede renovarse -dice- solo con un tercio de su militancia comprometida con el proceso. “Tiene que tenerlos a todos”. Por tanto, no cree que una elección resuelva la situación. “Creo que un acuerdo interno lo resuelve”.
Maldonado acota que no solo la DC está en un proceso de transformación, aunque reconoce que su situación no es la mejor. “No creo que a ningún partido le haya ido bien o le haya ido mal en las elecciones pasadas, no tenga la obligación de cambiar. Incluyo a los socialistas, la Udi, a RN. Todos tienen que cambiar. La DC también, porque además del tema político, no le fue bien electoralmente. Entonces, tiene esa obligación. No puede seguir como está, porque como está, va efectivamente deteriorando su apoyo.
-¿La reciente elección en primera vuelta, podría resolver el problema que está enfrentando la DC?
-No creo que una elección lo resuelva. Creo que un acuerdo interno lo resuelve, porque cuando haces una elección y los grupos que participan están muy pegados en apoyo y hay una prometedora campaña de jóvenes en el partido, que saca no pocos votos, sin apoyo de nadie, nadie, mientras que los otros lo tenían todo, alcaldes, parlamentarios, consejeros regionales, todo a su favor, y entonces uno dice, bueno el que gane tiene que tomar en cuenta eso. Es como si Boric pretendiera dirigir el gobierno solo con Apruebo Dignidad. No puede, porque necesita exactamente el doble de apoyo para poder partir. Lo mismo en los partidos: no puede renovarse solo con un tercio o algo más de su militancia comprometida con el proceso. Tiene que tenerlos a todos. La elección interna no sirve y no era necesario tampoco hacerla para darse cuenta, no sirve. Hay que reconocerlo. El plan de trabajo para la renovación incluye exactamente al 100 por ciento de la gente.
-La posición que adoptó la DC frente al gobierno entrante ¿es parte del problema?
-Sí. Porque la posición que tomó está bien. Uno tiene que tomar en cuenta el contexto. Dice “voy a votar por Boric sin pedir nada a cambio. Esto no es para ingresar al gobierno”. Palabras más, palabras menos fue lo mismo que dijeron los socialistas. Ellos y todos los demás de la oposición siguieron conversando sobre qué hacían ahora con el gobierno que ya había ganado la segunda vuelta y estaba por asumir. Esta conversación de coalición de centroizquierda no se produjo con la DC. Y no se produjo con la DC porque la DC estaba en un proceso interno para definir quién la dirigía. Por lo tanto, se quedó fuera de las conversaciones.
Entonces uno dice ¿dónde tiene que estar la DC? Tiene que estar donde está la centroizquierda ese es su grupo natural de referencia. No se entiende que tras la segunda vuelta la DC no hubiera participado de conversaciones en igualdad de condiciones para ver cómo se hace esta nueva relación con el gobierno. Yo creo que la DC tiene un problema y es que no tiene con quién, no tiene un liderazgo validado para conversar sobre el futuro. Por supuesto, tiene a la Carmen Frei que está validad siempre, pero no para hablar con lo que va a pasar en los próximos dos años, porque ese no es su papel.
-¿Qué debería hacer entonces la DC para renacer de las cenizas?
-Hay tres cosas por hacer, todas importantes. Lo primero es que la DC debe afianzar su relación con la centroizquierda en el Parlamento. No debe aislarse en el Parlamento. Debe unirse a aquellos con los que ha trabajado siempre. Creo que en eso podemos tener una colaboración también del gobierno para que este proceso se establezca. Recuerda que el gobierno ni siquiera con toda la centroizquierda que ya está en el gobierno tiene el 50 por ciento del apoyo en el parlamento. Necesita más. Y creo que si la DC le pide que facilite que la centroizquierda en el parlamento tenga una muy fuerte relación para llegar a acuerdo y apoyar las reformas, creo que es lo debiera hacer el gobierno. Permitir esta relación de no aislamiento a fin de que se colabore.
Mira lo que pasó hoy día. Que una senadora electa de un partido de la coalición de gobierno le diga al Presidente que no le parece que él adelante su proposición de no permitir nuevos retiros. No puede ser y muestra que ser de la coalición de gobierno no garantiza que te vayan a apoyar. Hay que cultivar los apoyos y creo que la DC está disponible a cooperar, pero la primera tarea es que el gobierno facilite que la DC en el Parlamento sea parte del diálogo sobre las leyes.
La segunda cosa a realizar es que la DC tiene que definir y decir cuáles son sus puntos de vista en materia de reformas. Tiene que explicitar por qué se va a jugar. Debe ser un actor con propuestas conocidas, para que si llega a acuerdos uno diga: votamos a favor porque precisamente escogieron los puntos de vista que dijimos al principio. No es una negociación. No es una transacción. Es un acercamiento que es bien distinto.
Y la tercera, es recrear la convivencia interna y creo que eso es la renovación de los liderazgos. Yo no creo que de esto salgamos votando. De esto se sale dialogando. Y no me gustaría que hubiera una segunda vuelta. Creo que es malo. Obviamente alguien va a ganar. Pero no es que alguien gane. Lo que importa es que estemos unidos para afrontar estas tareas y ojalá en esa unidad los jóvenes tengan un protagonismo importante.
-Finalmente ¿Cuál es su opinión del gabinete de Gabriel Boric?
-Como dijo Camila Vallejos, a mí me parece un gabinete de centroizquierda. O sea, a mi me parece que el país ganó al tener un gabinete que le permite, se acerca a la posibilidad de que las reformas se realicen. Es un paso muy importante. No basta, pero sin ese paso no se podría haber seguido en la negociación y la conversación. Me parece bien inspirado, bien constituido, armónico, pluralista y creo que Marcel le agrega algo muy importante que es la confianza. Creo que todo el mundo esperaba algo para confiar y Marcel es un motivo claro para ello.
