periodista.
“Una vez más debemos vivir la incertidumbre sobre la continuidad de nuestra fuente de trabajo, pese a que hemos realizado un enorme esfuerzo durante este año; donde nos vimos forzados a transformarnos en prestamistas de la empresa, entregando cada uno de nosotros el financiamiento que su propio dueño, Álvaro Saieh, la cuarta persona más rica de Chile, no estuvo dispuesto a aportar y, a pesar de eso, desarrollamos nuestra tarea de manera exitosa y en las precarias condiciones que originó la pandemia”, declaró el Sindicato N° 3 de Copesa, el pasado día jueves, frente a los rumores de una nueva ola de despidos en el conglomerado.
Alrededor de 230 despidos serían las desvinculaciones que se siguen sumando en Copesa, y van desde las áreas editoriales a las de administración y comerciales. Se vieron afectadas la Revista Paula y Más Deco. Así como también el diario La Cuarta, que dejará de circular en papel -y que redujo su equipo a tan solo cuatro periodistas para su modalidad Web-, al igual que La Tercera y Pulso, que sólo circularán en papel los sábados y domingos para sus suscriptores.
Posterior a la reunión que sostuvieron miembros del sindicato con la administración, el Gerente General del conglomerado confirmó que serán 194 las personas desvinculadas, y en marzo esta cifra se elevará a 230. Si bien la cabeza de la compañía justifica estas decisiones en “lo mal que está el mercado de las comunicaciones”, desde el sindicato aseguran que “nosotros sabemos que la crisis financiera de la empresa se produjo por la negligencia de su gerente general: Andrés Benítez”, agregando que “los sueldos más altos seguirán manteniendo su fuente laboral”.
Crónica de una muerte anunciada
Los despidos en Copesa no son nada nuevo. Algunas fuentes de Copesa aseguran que los problemas comenzaron cuando Benítez asumió el reemplazo de Carolina Schmidt, la actual Ministra del Medio Ambiente del gobierno de Sebastián Piñera.
En abril del 2019, ya comenzaban las desvinculaciones de 20 periodistas que cumplían labores en diferentes áreas del diario La Tercera. El sindicato señaló que el periódico pasó de tener cerca de 1.800 trabajadores en 2015, a 1.000 sólo en ese año. Situación que se agudizó en noviembre de 2019, en medio de la revuelta popular en donde se produjeron varios despidos de periodistas que parecían estar motivados más por razones políticas y editoriales, que por criterios financieros, según señalan fuentes de la empresa.
La nueva ola de despidos se sabía hace ya tiempo, pero el conglomerado esperaba la vuelta de su líder, Álvaro Saieh, que estaba de viaje en Dubai.
Los colaboradores de Copesa señalan que fue un despido completamente inesperado, considerando que muchos de ellos se encontraban de vacaciones, señalando la responsabilidad en la mala gestión de Benítez. “Tenemos la certeza de que los problemas de Copesa son de larga data y que van más allá de las condiciones de la industria. La profunda crisis que hoy afecta a esta compañía es responsabilidad de sus propietarios y sus administradores que opinan públicamente sobre lo que debe o no hacerse en distintos ámbitos de la vida nacional, pero no han demostrado las capacidades necesarias para administrar un grupo de medios con marcas tan consolidadas y respetadas como La Tercera, La Cuarta, Pulso o Duna, entre otras”, declaró el sindicato.
Sin embargo, para otros esto ya es la tónica con la que se encuentran trabajando desde hace ya tiempo. “Trabajar en Copesa es eso, inseguridad laboral y cero estabilidad. Es hacer tu trabajo con el miedo de que en algún momento habrá recortes (…) Copesa no se sostiene porque no venden nada, el papel debió dejar de existir hace rato, pero estiraron el chicle”, comentan desde uno de los diarios.
Para algunos colaboradores, todo indica que Benítez seguirá “reinando en medio del caos” y aluden los vínculos cercanos que tendría con el hijo de Álvaro Saieh, con quien comparte lobby en su oficina.
Copesa es uno de los conglomerados de medios que más valor ha perdido, y la revuelta social no hizo más que agudizar la crisis interna más profunda y grave en comparación de sus pares e incluso, de la televisión abierta. La situación se ve compleja cuando, después de La Tercera, el único conglomerado que imprimirá en papel, los 7 días a la semana, es El Mercurio.
