Eco-feminista y activista por el agua en Petorca.
Petorca está agonizando mientras el Gobierno de Sebastián Piñera ratifica nuevamente que el agua no es accesible para la Provincia y que esta comunidad, tristemente azotada por la sequía y el saqueo, no es su prioridad.
100 litros de agua -un alivio momentáneo- se nos niega mediante una resolución del Seremi de Salud, una nueva burla al pueblo que se suma al resto de antecedentes y pruebas que nos obligan a recurrir a mecanismos Internacionales para la sobrevivencia de las comunidades.
El derecho humano al agua es el derecho de tod@s a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico. Un abastecimiento adecuado de agua salubre es fundamental para evitar la muerte por deshidratación, para reducir el riesgo de las enfermedades relacionadas con el agua y para satisfacer las necesidades de consumo y cocina, de higiene personal y doméstica.
Lo anterior en Chile no se cumple, hay territorios que no tienen acceso al agua potable, casas donde abren el agua y sale aire, cocinan con agua en baldes, se bañan con baldes, limpian con baldes, etc. Miles de personas no tienen la posibilidad ni siquiera de tomar un vaso de agua. Una realidad que las autoridades saben que existe, pero la ignoran, la relativizan, la enmascaran, porque ell@s nunca la vivieron.
En medio de una pandemia mundial como la del Covid-19, resulta incompresible que el lavarse las manos sea un privilegio y por ende evitar el contagio y la muerte también lo sea. Por eso, ante la indolencia, es que como sociedad civil denunciaremos ante instancias internacionales, como la ONU, lo que sucede en este país, porque de manera constante se vulneran los Derechos Humanos en Chile, con el único propósito de salvaguardar un modelo que nos seca las tierras, nos seca las casas, nos seca el ganado y nos seca la vida.
En Chile una palta tiene más agua que una persona, y ese modelo neoliberal avalador de la agroindustria es insostenible, y si bien hoy la pandemia lo evidencia, es algo que decimos hace años y la única respuesta han sido camiones aljibe, que en vez de ir desapareciendo con el tiempo se han vuelto parte del escenario habitual de la Comuna de Petorca, incluso valorándose como la única alternativa de familias que claman por el agua, un escenario que el gran negocio paltero armó y que no piensa ceder, pese a que está en juego la vida de la comunidad.
No ceden ante la pandemia, ni por la posibilidad de un brote, menos ante la insostenible situación en términos medioambientales, ni los 100.000 animales muertos, ni la pequeña agricultura campesina exterminada. Nada los hace darse cuenta que su negocio viola los derechos humanos de la comunidad de Petorca. Por eso, seguiremos siendo mensajeros por el agua y por la vida, para pedir apoyo desde todos los rincones del valle y el mundo, y decir con fuerza que el Agua es un Derecho Humano.
¡Hasta que las aguas robadas sean Recuperadas!
