Periodista.
Lo más probable es que más de una sonrisa se le debe haber escapado a José Antonio Kast, cuando conoció el resultado de la votación en la Cámara de Diputados del proyecto sobre un cuarto retiro del 10 por ciento. Se puede presumir que no es que le guste el nuevo espolonazo al acorazado que era hasta hace un tiempo el sistema de pensiones inventado por el hermano del Presidente, cuando la dictadura no permitía ni el más leve asomo de rechazo. Lo que sí debe haberle agradado es que lo ocurrido en la Cámara, donde el proyecto del cuarto retiro fue aprobado por 93 diputados, 39 en contra y 9 se abstuvieron, es otra pérdida para su contendor en la derecha, Sebastián Sichel. Su liderazgo se puso a prueba y no pasó el examen.
Porque ocurrió que quienes finalmente le dieron el pase al proyecto fueron parlamentarios de derecha, bombardeados durante todos estos días desde distintos ángulos, para que rechazaran el cuarto retiro. Los amenazaron con las penas del infierno, porque eso debe ser para muchos de ellos la posibilidad que -como señaló el propio Sebastián Sichel- fueran castigados quitándoles el apoyo financiero para sus campañas de reelección.
El trago amargo no fue sólo para Sichel, cuyo liderazgo quedó en entredicho. El candidato hizo presión ayudado por el gobierno y sus partidos, y hasta por la campaña del Banco Central que también se la jugó por evitar la aprobación, argumentando un alza de la inflación que algunos creyeron, pero que fue desmontada luego por economistas serios que demostraron que era un fenómeno que estaba ocurriendo a nivel mundial. Con esas enormes fuerzas apuntando hacia el Parlamento, sólo hizo efecto en algunos parlamentarios de la derecha. Varios de ellos confesaron off de récord que fueron presionados hasta el infinito para evitar que ocurriera lo que ocurrió. Otros, se atrevieron y no se amedrentaron antes las amenazas. Son los que votaron a favor y dieron el triunfo que ellos y la oposición calificó de histórico.
Pero no sólo muchos de esos parlamentarios de la llamada “derecha social”, que en ocasiones anteriores habían apoyado los retiros, y ahora cedieron a las “recomendaciones” tendrán que dar explicaciones a sus electores. También tendrán que hacerlo dos parlamentarios del Partido Socialista, que no van a la reelección y que se abstuvieron, poniendo en peligro la aprobación del proyecto anhelado, particularmente por la clase media empobrecida: Jaime Tohá y Marcelo Schilling.
Una semana de indecisiones
En realidad, toda la semana fue de expectación. Y de tensiones por ambos lados. Nadie se atrevía a asegurar el resultado en la Cámara y menos en el Senado, donde también hay opositores que se han pronunciado en contra y cuya votación final -probablemente la próxima semana- está por verse.
En Renovación Nacional estaban puestos los ojos del gobierno y de Sichel. Lo que allí ocurrió con el diputado Jorge Durán fue una señal amenazante para varios de los que se declararon en estado de “reflexión”. Hace unos días, Durán estuvo al borde de perder su postulación a la Cámara cuando la directiva de la tienda, liderada por Francisco Chahuán, ingresó al Tribunal Supremo (TS) una denuncia en su contra, pidiendo que se le aplicaran “las máximas sanciones”. Entre los argumentos planteados están el que “el Sr. Durán ha mantenido durante su ejercicio parlamentario una conducta contraria a los principios del partido, a la lealtad partidaria y al afecto colectivo (affectio societatits) que supone toda participación voluntaria en Renovación Nacional”.
Pero, para Durán y para el ex presidente de RN, Mario Desbordes, que salió en su defensa, se incubaba el temor a su voto en favor del cuarto retiro. Lo había hecho así en las tres oportunidades anteriores. Sólo fue salvado de la caída el PRI, que se negó a firmar un documento preparado por Chahuán y Diego Sharpe para quitarle su candidatura.
Las gestiones finales para alinear a sus huestes estuvieron a cargo de los presidentes de partido -Chahuán en RN y Javier Macaya, en la UDI-, y de los ministros Juan José Ossa y Rodrigo Cerda. Los efectos inflacionarios, el IFE y las recomendaciones del Banco Central fueron los argumentos que creían habían ordenado a varios RN y UDI que habían aprobado anteriores retiros. De hecho, Chahuán casi en el histerismo, aseguraba que su gente rechazaría el proyecto.
Pero lo que finalmente inclinó la balanza al otro lado de lo que Chahuán anhelaba fue una confesión, a pocos días de la votación, por parte de autoridades del gobierno, las mismas que tanto presionaban para que el proyecto no viera la luz. El Ministro de Hacienda reconoció que había sacado el primer diez por ciento. De ahí en adelante siguió una pequeña cadena de confesiones por parte de ministros en ejercicio, como el caso de la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, al que se sumaron la exsubsecretaria Katherine Martorell y hasta las constituyentes de la UDI, Teresa Marinovic y Marcela Cubillos, entre otros. Todos revelaron que retiraron el dinero por distintas razones. Las dos últimas, con el ridículo pretexto de salvar su dinero de una imaginaria confiscación de este por parte del Estado.
Y por supuesto, la pregunta llegó a Sebastián Sichel. Este se negó a responder, tres veces y con evidente molestia, si hizo efectivo o no alguno de los tres retiros del 10% de las AFP. “No voy a caer en ese falso debate moral… La incoherencia es de quienes están tirando voladores de luces y no discutimos el cambio al sistema de pensiones”, dijo en un punto de prensa. Tampoco quiso responder su jefa programática de la campaña, Victoria Paz.
Las reacciones
Finalmente, fueron 18 los diputados de la derecha cuyos votos resultaron claves para la aprobación de la iniciativa, entre ellos algunos que resultaron sorpresivos como los de Pablo Prieto, Nora Cuevas y Francesca Muñoz, que finalmente inclinaron la balanza para que aprobara el cuarto retiro en la Cámara Baja. El proyecto ahora debe ser visto por el Senado.
El diputado DC Iván Flores, llamó a chilenos y chilenas a estar atentos para saber cómo van a votar sus parlamentarios. “Ahora veremos si el Senado estará a la altura de lo que esperan los chilenos”. El diputado Marcos Ilabaca, presidente de la Comisión de Constitución de la Cámara, se mostró muy satisfecho del resultado, que, aunque fue estrecho, dijo, los 94 que votaron a favor escucharon a la ciudadanía. La diputada Pamela Jiles agradeció “a los valientes diputados de la derecha que no cedieron a las presiones”.
En el otro lado, el diputado de RN, Eduardo Durán, declaró que “no podemos tutelar a la gente como si fueran niños, la gente tiene la libertad de elegir libremente si quiere ocupar este cuarto retiro del 10%. Yo hago un llamado a los senadores de mi partido, Renovación Nacional, a que aprueben el cuarto retiro en el Senado, y no se dejen llevar por las presiones”. En el mismo sentido se pronuncio el diputado RN Camilo Morán: “esto todavía continúa y ahora tenemos que lograr que se apruebe en el Senado, y lograr que se apruebe a través de argumentos, pero nunca a través de presiones o amenazas (…) lo que no podemos hacer en democracia es meternos en el bolsillo de las personas, y decirles que necesitan o no necesitan, o responsabilizarlos de un mal mayor”.
No es casualidad que el asesor de Libertad y Desarrollo, Gonzalo Cordero, al comprobar el desorden en sus filas, se lamentara así el pasado domingo: “Hace tiempo que el estado mental de la derecha es de confusión, progresivamente perdió claridad sobre el contenido de su proyecto, por ende, dejó de sostenerlo con convicción y dejó de ver dónde están y cuáles son sus electores; pero, lo más importante, se le extravió el fundamento ético de sus ideas, a partir de lo cual comenzó a buscar la aprobación de sus adversarios, ese -creo- es el origen de su extendido buenismo…En resumen, el Titanic ya chocó con el iceberg, la orquesta sigue tocando, solo se ve confusión, la noche está muy oscura y el agua muy fría”
