Periodista.
El penúltimo debate presidencial organizado por la Asociación de Radioemisoras de Chile fue, sin duda, el mejor de todos los realizados hasta ahora, en esta campaña que enfrenta a José Antonio Kast por la extrema derecha y a Gabriel Boric por la oposición.
Hubo algunas intervenciones periodísticas notables, con preguntas directas, evitando los largos rodeos que suelen practicar algunos profesionales de la prensa. Y también interesantes intervenciones de algunos representantes de regiones, permitiéndole a los presidenciables, expresar su posición frente al necesario desarrollo de las regiones, tema que le cayó como anillo al dedo a Boric, que es de una de las regiones más extremas del país.
Como siempre ocurre, cada comando de los candidatos evaluó positivamente a su representante. Sin embargo, los seguidores de José Antonio Kast no pudieron criticar en profundidad a su adversario, quien a todas luces y de acuerdo a lo que expresaron las redes sociales y la mayoría de los analistas, salió vencedor sin mayores dudas. Tanto así que hasta un vespertino de la capital solo pudo titular con la tensión que hubo en el encuentro.
Se acabó la calma
Esta vez la técnica de “calma y sonrisa” usada por Kast la mayoría de las veces, se quebró cuando el periodista Ramón Ulloa hizo las preguntas pertinentes y que descolocaron al candidato ultraderechista. Una referida a la rebaja de impuestos a los ricos, decisión criticada profusamente en el programa primario del candidato de la extrema derecha y que ahora aparece semi escondida en el que Kast llama “plan de gobierno”.
El periodista sí se dio cuenta y Kast debió reconocer que les bajará los impuestos a las grandes empresas, como era su intención inicial. Y otra referida a lo que en su plan llama un “estado de emergencia calificado”, que también esconde lo que en su programa original era un aumento de las facultades del Presidente para limitar las libertades públicas, entre ellas la detención de “activistas políticos” en lugares que no sean cárceles. Cuando lo descolocó más aún fue cuando el periodista le dijo que la Dina y la CNI usaban esa facultad.
Ambas preguntas y ambas respuestas son las que quedaron en el imaginario popular, de acuerdo a lo que se puede verificar en las redes sociales. Tanto como lo que algunos analistas califican de “guerra sucia”, al insistir Kast, casi fuera de si, en preguntarle a Boric si le había “pedido perdón” a la mujer que lo acusó de “abuso”. Una y otra vez lo emplazó, interrumpiendo al candidato opositor cada vez que trataba de explicarlo.
¿Y por qué Kast perdió la compostura? Porque no pudo responder a una pregunta que Boric le hizo en el minuto de interpelaciones. Primero, le recordó las veces que usó la palabra dictadura, ya sea para referirse al mundo gay, o para la que considera dictadura mediática de los periodistas “de izquierda”, y hasta dictadura sanitaria, cuando se refirió a la cuarentena en los momentos más dramáticos de la epidemia del Covid19. Pero ahí fue cuando Boric le consultó si consideraba dictadura la que apoyó en la campaña del Si en 1988. Por cierto, nunca respondió el republicano, pero contraatacó casi en el histerismo, preguntando lo del perdón a la mujer que lo había acusado de “acoso”. Repitió varias veces lo del “abuso”. Ahí se enojó Boric y el moderador intervino para pasar a otra sección. Alguien debió decirle a Kast que se había equivocado al hablar de “abuso”, porque la acusación era de acoso. Y no hay denuncia alguna en los tribunales referido a ese hecho. Debió pedir disculpas.
Los temas referidos a pensiones, crecimiento económico, descentralización, cambio climáticos, migración, ley de medios, transporte nacional, seguridad, salud, fueron entre otros, los puntos analizados y que probablemente se profundizarán el lunes próximo, en el último debate previo a las elecciones del domingo siguiente.
