
La diputada se refirió a este tema por la carta en la que solicitan a la Comisión Interamericana de Mujeres de la OEA evaluar su continuidad de la ministra Antonia Orellana como vicepresidenta de dicha instancia.
“Realmente me llama mucho la atención lo que hemos visto desde la oposición y, en particular, de mujeres de la oposición, con una fijación contra la ministra Orellana en donde ha sido un ataque más bien personal, inclusive yo diría con algunos tintes de una violencia de un carácter machista igualmente, porque hoy día no se ha atacado a los hombres que han cometido distintas faltas, delitos, etcétera, sino que se ha hecho un ataque a la figura de la ministra en distinto tipo de situaciones en donde la ministra”, manifestó la parlamentaria.
Agregó que en el caso Monsalve, la secretaria de Estado se enteró con bastante retraso de lo que estaba pasando y otros casos “como Isabel Amor que lo revisamos nosotros en la Comisión de Mujeres en donde habían otros antecedentes también que en el fondo daban cuenta de esta pérdida de confianza que es legítima de las autoridades y que es un recurso legítimo de autoridades que tienen carteras a cargo. No sé si a otros ministros se les ha cuestionado eso, pero en el fondo lo que hemos visto hoy día es que efectivamente hay una suerte de fijación con la ministra Orellana y, a mi juicio, creo que es porque la ministra ha empujado la Agenda Mujer un poco más allá de algunas miradas más conservadoras”.
“Creo que la Agenda Mujer de este gobierno ha avanzado, hemos sacado el proyecto contra la violencia integral de las mujeres, un proyecto que había demorado al menos dos gobiernos, segundo el tema del cobro de pensiones de alimentos, cómo se reformó el sistema judicial para que las mujeres efectivamente pudiesen cobrar las pensiones de alimentos, que ha sido un tremendo logro también de la ministra y de todas las que hemos apoyado esta lucha”, añadió la diputada González.
No solo las derechas han estado cuestionando el rol de la Ministra del a Mujer y Equidad de Género, sino también los medios de comunicación tradicionales y abiertamente opositores al gobierno del Presidente Gabriel Boric como El Mercurio, La Segunda, La Tercera, CNN Chile y Televisión Nacional de Chile. A su vez, resulta paradójico porque la misma administración Boric le inyecta cuantiosas sumas de dinero de publicidad que los mantiene como medios opositores al progresismo.