Periodista.
Luego de observar lo ocurrido en el Senado con la candidata a Fiscal Nacional propuesta por el Presidente Boric, la abogada y jefa de la Unidad Especializada Anticorrupción, Marta Herrera, no fueron pocos los que pensaron en cuánta razón hubo para que en el primer proceso constitucional se pidiera la eliminación del Senado. Es que los interrogatorios, tanto a la Ministra de Justicia como a la propia interesada, transformaron el hemiciclo o algunas de sus comisiones en un verdadero circo romano, como lo dijo la Presidenta del PS, Paulina Vodanovic.
De hecho, algunos senadores lo declararon expresamente. El senador José Miguel Insulza, aparte de confesar que no salía de su asombro por la actuación irracional de sus colegas, dijo que “fue un día triste para el Senado, la institución hizo un papelón frente a una persona que no se lo merecía”.
«Yo siento que se les pasó la mano en la mañana a los colegas y se agredió a la abogada y la ministra Ríos. Doña Marta hizo una exposición brillante y explicó todo en detalle. Muchos ya anunciaron por los diarios, el voto de rechazo, entonces ¿esa es la forma de cumplir nuestra función? Si quieren refundar la Fiscalía, que lo digan».
La parlamentaria PPD Loreto Carvajal señaló: «Acá lo que ha sucedido es una violencia política que no esperaba ver en el Senado, de una clase de femicidio político donde se entrampa el avance de una mujer con méritos de obtener un alto rango. Operan intereses espurios. Si esto se ha vuelto en una carrera por sepultar algunos y levantar a otros». O el senador Ricardo Lagos quien expresó que “la forma del trato de hoy, coincido, nunca la había visto… no sé a qué atribuirlo, pero nos genera un problema como Senado, porque aquellos que hablaron más fuerte, generan un clima que hará más difícil llegar a un entendimiento ante futuras designaciones”.
Fue una “causa prejuzgada”
Luego de conocer el tenor del debate y su resultado, muchos se preguntaron para qué debatir y escuchar durante más de 6 horas a la propia candidata y a senadores de lado y lado, si la decisión estaba tomada de antemano, como lo graficó el propio senador Insulza al declarar que todo el proceso sonaba a “causa prejuzgada”.
En la antesala de la votación, el Presidente Boric había señalado: “Si alguien quiere darle una derrota política al gobierno, que no sea en este tema”. Pero, no importó el tema. La cuestión era la derrota del gobierno.
De hecho, varios días antes la bancada de la UDI anunció que votaría en contra, sin escuchar los planteamientos de la candidata Herrera, quien mostró un contundente plan para el desbaratamiento de mercados criminales, “que ha sido clave en nuestra definición como gobierno”, según explicó la Ministra de Justicia en su presentación de Marta Herrera como candidata a Fiscal Nacional. A su turno, la fiscal y persecutora de delitos de corrupción, propuso-entre otras materias- crear “un fiscal regional de cada macrozona, que coordinará a fiscales adjuntos de distintas fiscalías regionales, destinados a integrar un equipo especial encargado de las investigaciones de Crimen Organizado y alta complejidad”. El gran tema que aqueja al país.
¿Por qué esta votación?
Cuesta entonces encontrar las verdaderas razones de este rechazo absoluto y total de parte de la derecha (hubo algunos que aprobaron la nominación) y de algunos oficialistas que se abstuvieron y que para los efectos, es lo mismo que rechazar. La UDI cumplió su palabra y rechazó en bloque el nombre de la Fiscal, mientras que RN y Evópoli votaron divididos.
La propuesta gubernamental de Marta Herrera a la cabeza de la Fiscalía Nacional fue desestimada por no lograrse el quórum de 2/3 con 26 votos a favor, 11 en contra y 9 abstenciones. Se incluyen los desmarques del socialista Alfonso De Urresti -quien se abstuvo- como también lo hizo el senadores independientes pro oficialistas Bianchi y Pedro Araya, quien rechazó la proposición de La Moneda.
Sumando y restando en las opiniones que se han escuchado post sesión de la Cámara Alta, el objetivo sibilino, escondido entre argumentaciones que no se sostienen, -como que la Fiscal es lo mismo que Abbot, la ex autoridad de la Fiscalía aprobado hace algunos años por los mismos que hoy rechazan- parece ser propinar una nueva derrota política al Presiente Gabriel Boric. Así se ponga en verdadero peligro, una vez más, una institución de la república que si bien ha tenido no pocas debilidades, justamente ahora era el momento de elegir a quien podría cambiar el estado del arte. Sobre todo si era experto en los delitos de corrupción.
Y en este caso, ese pareciera ser el punto. Se llegó al contrasentido que un senador UDI, Iván Moreira, implicado en uno de los casos de corrupción más graves de la política chilena, como el caso Penta, se transformó en vocero de su partido señalando el 15 de diciembre: “nosotros ya hicimos una evaluación sobre la fiscal Herrera y todos saben lo que pensamos, que es continuidad de la mediocre y peor gestión que ha habido en el Ministerio Público, del señor Abbott”. Y eso que el fiscal Abbot salvó de la cárcel a varios de los imputados del caso Penta -incluyendo al propio Moreira- en tanto conocidos personeros de la derecha, sólo fueron castigados con “clases de ética”.
Nunca está demás hacer un poco de historia. Este senador estaba imputado por la facilitación de boletas ideológicamente falsas al grupo controlado por Carlos Alberto Délano por 35 millones de pesos para su campaña senatorial de 2013. En enero del 2018 se acordó una suspensión condicional del procedimiento con el fiscal regional metropolitano Oriente, Manuel Guerra. Cumplido el año el senador de la UDI quedó sobreseído del caso luego de cumplir su compromiso ante el tribunal con el pago en 12 cuotas mensuales de los 35 millones de pesos, que fue “el raspado de olla” que pidió.
Fue lo que recordó el senador del partido Comunista Daniel Núñez (PC) quien acusó a la UDI de oponerse al nombramiento de Herrera por el rol que habría tenido en investigaciones por corrupción. “Algunos quieren certificados de impunidad, para que cuando haya llamados por el raspado de la olla nadie se moleste”.
Requisitos de idoneidad
Otra de las situaciones que complican al Senado, fue lo ocurrido en la Comisión de Constitución previo a la votación en la Cámara. Esta, envió un informe negativo a la sala y advirtió por 4 votos en contra y uno a favor que Herrera no cumplía con las condiciones para asumir el cargo de fiscal nacional. En contra de la nominación estuvieron Pedro Araya (Independiente-PPD), Alfonso de Urresti (PS), Rodrigo Galilea (RN) y Luz Ebensperguer (UDI). A favor solo estuvo Matías Walker. Es decir, para estos senadores la Fiscal anticorrupción no cumplía los requisitos de idoneidad. Los mismos que fueron aprobados ni más ni menos que por la Corte Suprema.
Surgieron voces en el Congreso que recordaron que la fiscal Herrera tuvo en sus manos conocidos casos de corrupción, de un lado y de otro. Ahí están el juicio a los ex parlamentario UDI, Jaime Orpis y Marta Isasi, declarados culpables por cohecho y fraude al Fisco en el caso Corpesca; los Panamá Papers conocido como una investigación periodística sobre “los secretos de chilenos en paraísos fiscales”; lo de la ex ministrade Justicia y exsubsecretaria de Carabinero en gobiernos de la Concertación, Javiera Blanco; lo mismo en el Caso Caval, donde estaba involucrado un hijo de la Presidenta Bachelet y ahora, el escándalo del ex alcalde RN de Vitacura, Raúl Torrealba, investigado por cuentas millonarias e incluso por haber descubierto fajos de billetes escondidos en las paredes.
Y se suman al rechazo, los egos siempre presentes entre la mayoría de los parlamentarios. Solo un ejemplo: la senadora Ximena Rincón del partido en formación Demócratas, trató de explicar su voto en contra cumpliendo de nuevo con aquella máxima de quien explica, se complica. “Le escribí a la ministra SEGPRES y le dije: ‘No cuenten con mi voto’, porque el gobierno no logra entender que estas tareas son demasiado relevantes y el argumento de que es mujer me parece pésimo, porque no quisieron nombrar a la primera conservadora mujer en Santiago, cuando lo pedimos”. Es decir, pasando y pasando.
