Periodista.
Luego que el Presidente electo, Gabriel Boric, diera a conocer los nombres de quienes integrarían su equipo de gobierno, como suele ocurrir en estos casos, se levantaron algunas pocas voces reclamando por la inclusión de los nuevos rostros, entre ellos los Subsecretarios de Obras Públicas, de Redes Asistenciales, de Fuerzas Armadas y de la Ministra del Deporte Alexandra Benado. Y como también suele ocurrir, las redes sociales se repletaron de opiniones a favor y en contra de los recién nominados.
Cuando falta casi un mes para que asuman sus cargos, aun no se disipan las críticas, pese a que los involucrados, en este caso la ex capitana de la selección de fútbol, han dado todas las explicaciones que se le han solicitado.
Alexandra Benado -reconocida por su lucha por los derechos de la diversidad – fue seleccionada de la Roja por más de una década. El año 2011, a raíz de una lesión, abandonó su deporte favorito, pero no del todo, porque -entre otras responsabilidades- fue integrante de la Comisión de Fútbol Femenino de la FIFA. La nueva ministra es licenciada en Educación y Pedagogía en Educación Física, Deportes y Recreación, además de candidata a magíster en Educación Física con Mención en Administración y Gestión.
Al momento de ser nombrada en el nuevo cargo, se desempeñaba como coordinadora ejecutiva de Londres 38, un espacio de memorias, y es justamente desde allí de donde provinieron las acusaciones. Algunas ex trabajadoras de la institución señalaron que sufrieron malos tratos por parte de la próxima ministra mientras era su jefa en dicha institución.
Luego que se diera a conocer la denuncia a través de redes sociales, el directorio de Londres 38 emitió un comunicado indicando que «hasta el día de hoy no hemos conocido ninguna denuncia formalizada a través de los canales existentes para enfrentar los conflictos laborales».
A ello se sumó un informe de la Contraloría General de República (CGR) donde se indica que la futura ministra del Deporte, Alexandra Benado, debió devolver $1.127.091 en agosto de 2014, por supuestas horas extras irregulares cuando trabajó en el municipio de Providencia.
¿Cómo ocurrieron los hechos?
Alexandra Benado es contratada el año 2013 a honorarios por la Municipalidad de Providencia. Al año siguiente, su jefatura le autoriza vacaciones desde el día 4 al 24 de febrero de 2014. Por lo tanto, firmó el libro como siempre lo hacía, hasta el 3 de febrero. A su regreso, su jefatura le solicita que firme el libro por los días que no estuvo.
Posteriormente, cuando se entera de que no correspondía haber percibido esos ingresos, pese a ser autorizado por sus superiores, por iniciativa propia reintegra todo el dinero recibido (monto total de $1.127.093), correspondiente al pago de esas tres semanas.
El dinero es devuelto a través de 2 transferencias a las arcas municipales por los montos de $699.174 y $427.919, con fecha 6 de agosto de 2014, según comprobantes de ingreso N° 92471 y N°92472 del municipio.
16 días después que se reintegraron los fondos al municipio, el 22 de agosto de 2014, se instruye una investigación sumaria en el municipio para esclarecer la situación. Casi dos meses después de que los fondos habían sido reintegrados, el 26 de septiembre de 2014 llega al municipio un oficio de la Contraloría (que se hizo público a través de la prensa).
El punto es que Benado hizo uso de sus vacaciones luego de un año de estar trabajando a honorarios como jefa del Departamento de Deporte en la Dirección de Desarrollo Comunitario de la comuna entre 2013 y 2016. Pasó a contrata justo en esos días. Y la Contraloría objetó el uso del feriado, justamente porque las y los trabajadores a honorarios se supone que no tienen derecho a vacaciones. Se supone. Pero miles de esos trabajadores en la administración pública que no han pasado a contrata, pese a estar años trabajando a honorarios, hacen uso de ese derecho.
Como ocurre en la administración pública, solo hubo una anotación en su hoja de vida, pese a que en lo ocurrido hubo autorización de su propia jefatura.
