Periodista.
Las Pymes generan el 70 por ciento de los sueldos mínimos y el 53 por ciento de los empleos del país. Tal vez por eso es que el gobierno se apresuró a revertir la mala impresión que quedó en ellas luego del acuerdo del Ejecutivo con las Central Unitaria de Trabajadores para elevar el sueldo mínimo a 400 mil pesos y no haberlas tomado en cuenta. No fueron convocados. El Ministro de Economía Nicolás Grau explicó latamente las ayudas transitorias para que las micro y pequeñas empresas puedan cumplir con el reajuste. Pero los gremios de las numerosas Mipymes quedaron en el aire. Y, por supuesto, levantaron su voz.
Felizmente se escucharon sus reclamos. En conversación con Gianina Figueroa, presidenta de Unapyme y conocida por su defensa permanente del gremio, aclaró desde el comienzo que “las empresas de menores tamaños siempre estamos por el diálogo. En la última historia democrática hemos estado despojados del diálogo tan necesario en este mercado tan desigual”.
Su queja se centra en no haber sido considerados por el gobierno para el acuerdo del sueldo mínimo, considerando la realidad de su sector. “El endeudamiento de Unapyme es grande”. Y el problema es mayor, tomando en cuenta que las empresas de menor tamaño son 1.300.000 mil. “Nuestra propuesta es simple: llegar a 400 mil pesos y para eso, que el gobierno ayude. “ Nosotros queremos pagar el aumento del IPC y que la diferencia sea subsidiada por el Estado para empresas de menor tamaño”. Y el acuerdo llegó.
-¿Cuál es la realidad de este sector?
-Desafortunadamente, durante muchas décadas, las políticas públicas chilenas se han movido en dirección contraria al fortalecimiento de las MIPYMES, ellas han decaído y la estructura económica y social de nuestro país se ha vuelto cada vez más desigual e inequitativa. Venimos sistemáticamente perdiendo Mercado, adaptándonos como podamos a los cambios, con poca comprensión del problema estructural por parte de quienes nos gobiernan, entonces para enfrentar un sano desarrollo como país, requerimos incentivar el emprendimiento de calidad, especialmente el de menor tamaño. En los mercados chilenos debe primar la competencia, así como eliminarse el trato discriminatorio a las empresas de menor tamaño, tanto en materia de normas como de impuestos e incentivos. Si no logramos transformar este modelo, exitoso para unos pocos, pero que no genera bienestar en las mayorías, seguiremos dependiendo de subsidios, de bajo crecimiento y mala calidad del empleo. Casi 900 mil trabajadores y trabajadoras ganan un sueldo mínimo, debemos avanzar para conseguir el bienestar y el progreso y para eso la política debe trabajar sin descanso.
-Después de la reunión con el Ministro de Economía, ¿se recuperaron las confianzas?
-El problema se genera dejando fuera de la negociación a nuestro sector y no lo personifico en el ministro, sino en el diseño de las tres carteras, y con quienes decidieron conversar, más que con nosotros. El ministro Grau ha realizado esfuerzos y los valoramos. Tuvimos largas horas en la negociación del subsidio, accedió a cambiar el diseño y logramos llegar a un acuerdo. El país requiere avanzar, mejorar su calidad de vida y retomar el crecimiento ojalá con foco en nuestras empresas familiares y para eso, el diálogo y la voluntad deben ser el eje rector en la construcción de la política pública y sentimos que el ministro está dispuesto a colaborar en eso y nosotros debemos estar dispuestos al diálogo y a honrar los compromisos con nuestros asociados.
-Las medidas anunciadas ¿cumplen con las expectativas del gremio?
-Las expectativas van mucho más allá de un subsidio. Este proceso nos enrostra la debilidad que posee nuestro sistema económico, y nos debe hacer reflexionar profundamente en lo dañada que están las empresas familiares. Por lo tanto, debemos enfrentar de manera diferente y con sentido de urgencia los problemas estructurales de nuestra economía. La tarea es grande, necesitamos avanzar hacia un Estado, cuyo norte sea un país que acoge y facilita el progreso para todos y todas, especialmente para aquellos que hemos estado mayoritariamente maginados de él.
-¿Qué faltó y cómo seguirán adelante?
-Más que decir qué faltó, hablaría de futuro, de dejar atrás lo mal hecho y sacar lecciones. En los tiempos de la participación y de promesas que hablan de construir la política pública con quienes serán sus receptores, hay que actuar en consecuencia y la sociedad organizada debe ser parte de los diseños para no cometer errores. Un nuevo esfuerzo en pro del desarrollo de las MIPYMES no puede hacerse desde instrumentos aislados, sino que desde políticas potentes basadas en nuevos y más eficaces instrumentos construidos desde una visión común entre el Estado y las empresas de menor tamaño. Tenemos la convicción que las Micro, Pequeñas y medianas Empresas, así como también las y los trabajadores por Cuenta Propia, constituyen la principal oportunidad que hoy posee el país para proveer empleos de calidad, diversificar la economía, redistribuir ingresos y corregir con esto las desigualdades extremas que han agudizado el conflicto social.
