Periodista.
Es de aquellos que si pudiera saldría con un altavoz por las calles para recordarles a los de mala memoria o a quienes nadie les ha contado, todo lo conseguido en los años que gobernó la centroizquierda después de una dictadura brutal. Contrariamente a muchos que prefieren quedarse en silencio, o peor aún, criticar sin una gota de vergüenza por lo que profitaron en aquellos años, al senador socialista Rabindranath Quinteros se le nota su orgullo por lo realizado.
Pero, además, siente orgullo de la política con mayúsculas y siente que hay que dignificarla en el más amplio sentido de la palabra. No es que lo indignen las críticas y mofas que pululan en distintos sectores. Lo que lo indigna es el mal uso y el aprovechamiento que algunos han hecho de una actividad noble. “Me indigna ver la política sumida en un tremendo desprestigio, como todas las instituciones de este país. Pero también pienso que las instituciones están conformadas por personas y de acuerdo al comportamiento de las personas, uno prestigia o desprestigia la institución a la que pertenece. Yo creo que acá, a la política hay que prestigiarla primero actuando con honestidad, con transparencia, sin mentirle a la gente.
Y agrega las inquietudes y la pregunta que muchos en la ciudadanía se hacen: “No puedo creer que haya personas que tengan tanta riqueza acumulada después de haber asumido un cargo. No puedo entender que haya personajes políticos con varias propiedades, con una tremenda cuenta corriente, con emisoras, con fondos mutuos. Me pregunto ¿Cómo lo hicieron?”
En todo caso, no tiene temor de decir eso y más, absolutamente seguro de que, si alguien quisiera investigar su historia, encontraría que este cirujano dentista no se ha enriquecido y más bien ha perdido de ganar de acuerdo a su profesión.
Hoy día va a la reelección por la Región de los Lagos y espera seguir bregando por dignificar la política y seguir cumpliéndole a su territorio:
-En pocas palabras, ¿por qué lo van a recordar en su Región?
-Por su transformación. Era una región que estaba con el 54% de pobreza en el año 1990, con un 21% de indigencia. Que hoy día sea una de las regiones que tiene menos pobreza y menos indigencia en el país, es un cambio sustantivo. En segundo lugar, la pacificación de los espíritus. Cuando asumí, era una región completamente dividida, con odios profundos, donde la prepotencia militar era notoria. Finalmente logré el respeto mutuo. Se logró revertir la situación de precariedad que vivía gente en los campos, donde el 18% tenía luz eléctrica y la dejé con un 97% con energía. Para tener agua potable en esa época había que ir a los ríos, a los esteros por un balde de agua; hicimos los APR, en fin, hay tantas cosas que uno podría decir.
-¿Y como Senador?
-En la senaturía estoy muy feliz y contento con lo que he hecho en la Comisión de Salud, donde hemos sacado leyes importantísimas como la ley del cáncer; la ley del buen morir por ahora, a la espera de la eutanasia; estamos tratando de sacar la rebaja a los medicamentos y tratar de influir para que en Chile haya una verdadera reforma a la Salud, que no haya una salud para ricos y otra para pobres, que el que tenga plata vive y el que no tenga muere.
-¿Y por qué quiere seguir en un Parlamento tan desprestigiado?
-Quiero seguir porque confío en este país. Creo que se pueden hacer reformas que verdaderamente dejen atrás la dictadura y espero que la nueva Constitución -que era un sueño y ahora se transforma en realidad- gracias a lo ocurrido con el estallido social cuando la gente dijo ¡basta! a todos los abusos de que era objeto. Espero que se transforme esta constitución subsidiaria que tenemos hoy día y que haya un estado de derecho, donde tengamos derechos a una salud de calidad, a una educación de calidad, a una pensión digna, a las viviendas dignas y donde el adulto mayor sea respetado como se lo merece.
-El candidato José Antonio Kast -a propósito de la aprobación en la Cámara de la acusación constitucional contra el Presidente Piñera- dijo que había sido un show y que así se le hacía un flaco favor a la democracia. ¿Qué opina de sus palabras?
-El diablo vendiendo cruces. El diablo hablando de democracia. Un tipo que admira a Bolsonaro, que admira a Trump. Populistas que añoran a los militares. No le creo nada al señor Kast. No vale la pena referirse a él.
-A dos semanas de las elecciones, ¿cómo evalúa la situación política en el país?
-El país se ha ido polarizando por el fracaso del gobierno. El Presidente Piñera tuvo una ventaja bastante considerable en su elección. La decepción de la gente que votó por él es manifiesta. Este es el primer Presidente que es acusado constitucionalmente. Si no es gracioso lo que ha sucedido en la Cámara de Diputados. El Presidente ha dejado la imagen de este país bastante por el suelo. Ha sido una vergüenza nacional que aparezca en las primeras páginas en varios diarios del mundo por el engaño que le hizo a la opinión pública sobre el caso Dominga. Éticamente es reprochable. El juicio de la historia será lapidario con él.
-¿Y la situación política de la oposición, cómo la evalúa?
-Desgraciadamente la oposición también cae en errores. Si no acabamos de entender que, si no hay una alianza de verdad de la izquierda con la centroizquierda, nunca vamos a hacer las transformaciones que deseamos. Debiésemos haber aprendido la lección, pero parece que lo que se decía en mi época de estudiante de que “la letra con sangre entra”, a muchos les quedó gustando.
-El partido Socialista está muy enredado, entre otras cosas porque aparecen divididos entre quienes están con la institucionalidad partidaria y quienes la desconocen. A tal extremo que muchos se preguntan si los socialistas votarán por Yasna Provoste o por Gabriel Boric desoyendo a sus dirigentes. ¿Cuál es su posición?
-No estoy de acuerdo conque la militancia del Partido Socialista esté en eso. Son algunos que su apellido, su nombre, su descendencia tienen alguna relevancia, pero la verdad de las cosas es que dan un mal ejemplo. Porque cuando uno pertenece a un partido político y ese partido se compromete en algo, se debe honrar la palabra y no en la prensa, haciendo declaraciones rimbombantes aprovechándome de un apellido para después tirar todo por la borda sin importarle el partido. Para mi, no es así. Para mi el militante de verdad respeta y honra la palabra del partido. Yo creo que Salvador Allende se debe dar mil vueltas en su tumba viendo lo que está pasando y lo que algunos socialistas hacen con el partido.
-¿Usted cree que la alianza con la Democracia Cristiana es un peso para los socialistas?
-Yo creo que no. Creo que no hemos sabido defender los 30 años sobre los que en forma tan peyorativa mucha gente se expresa. Nunca en la historia de Chile habíamos tenido un progreso tan grande como los años en que gobernamos con la Democracia Cristiana. Alguna vez saquémonos la venda de los ojos y no tengamos prejuicios para defender lo que realmente hicimos. Cuando se habla de los 30 pesos y los 30 años, a mi me produce un tremendo dolor. Es no entender nada de lo que hicimos en este país. Es no entender nada sobre cómo nos entregó el país la dictadura. Es no conocer la historia de Chile. Yo puedo entender a los jóvenes que nacieron en la dictadura y son los mismos que son hijos de…Cómo no les enseñaron, cómo no les inculcaron la historia real. Seguramente porque tuvieron vacaciones en Paris. Cuando dejaban los cargos de gobierno de la ex Concertación o ex Nueva Mayoría se iban de vacaciones a Europa y después volvían con otros referentes. Es triste.
-Senador, ¿hay una posibilidad real que el candidato de la extrema derecha sea elegido presidente de Chile? Si eso es así, ¿cómo avizora la conflictividad social?
-Creo que hay una posibilidad. Pero creo que este país no quiere los extremos. Creo que este país quiere avanzar al desarrollo y al crecimiento en orden, en paz y con acuerdos, lo que a algunos les molesta. Pero la historia nos ha enseñado que los cambios se hacen con las mayorías que se necesitan, no a la fuerza. La polarización que existe en este país va a ser mucho más en caso de un triunfo hipotético de Kast. Va a ser muy difícil para este país. Para quienes hoy día piensan que Kast sería una solución para el país, será peor para sus intereses.
-¿Y si sale Boric, ocurriría algo semejante?
-Por eso hablaba de los extremos. Creo que ambos van a polarizar mucho más la situación en Chile. Por eso confío en un gobierno de centroizquierda. Debe ser un referente que, primero, de gobernabilidad. Segundo, no puedo creer que candidatos a parlamentarios se hayan sacado fotos con la candidata a la presidencia -estoy refiriéndome a la historia- y después, ese programa, de esa candidata que es presidenta se vote en contra. No puedo creerlo ni aceptarlo. No está en mi ADN. Yo soy responsable y si pertenezco a un partido, voy a morir con mis principios, voy a hacer ver cuáles son mis desacuerdos, pero internamente. No hacia afuera. Si hay un acuerdo, lo voy a respetar.
