Periodista.
Que hubo un fracaso de las fuerzas gobiernistas, qué duda cabe. Que la ultraderecha ganó por lejos, tampoco merece dudas. Que hay partidos que van en camino a la extinción, es otra verdad descubierta luego de los resultados del pasado domingo, donde se eligieron 50 consejeros constitucionales que son los que deberán presentar, finalmente, al país una nueva Constitución.
El problema es saber si será una nueva Carta Fundamental. Porque más allá de las buenas palabras o de lo políticamente correcto en estas primeras horas desde el triunfo de los Republicanos, el partido de José Antonio Kast, siguiendo la línea que ha mantenido en el Congreso, se negó a suscribir el acuerdo al que llegaron las fuerzas políticas para dar paso a un nuevo proceso constitucional, como el del domingo.
Y ocurre hoy que por decisión del soberano, el pueblo, los representantes de ese partido que han dicho NO a una nueva Constitución, que han dicho sin pudor que prefieren mantener la Constitución actual, que han votado invariablemente en contra de cualquier reforma o ley que beneficie a ese pueblo, hoy día tienen el proceso total en sus manos.
Los Republicanos tienen por sí solos el poder de veto en la constituyente. De los 50 consejeros, hoy cuentan con 23 de ellos. El más votado, un señor Silva Irarrázaval, a quien llaman “profesor” y que se dice es supernumerario del Opus Dei. Si se suman los votos de Chile Seguro, (UDI,RN, EVOPOLI) más los escasos votos que consiguió el partido de Parisi apoyado ni más ni menos por la diputada humanista Jiles, se llega entonces al 62 por ciento del rechazo en la elección anterior, cuya composición pocos sabían.
Entonces, los nuevos triunfadores, junto a la derecha tradicional, tienen la mayoría absoluta en los consejeros constitucionales. Aunque esa derecha tradicional diga que se sienten ganadores igual, saben que Republicanos les provocó una pérdida importante de sus adherentes y eso es un dato a tomar muy en cuenta para las elecciones futuras. En Las Condes, RN, Evopoli y la UDI, obtuvieron un 39,6% de los votos, en tanto, Republicanos, obtuvo el segundo lugar de las preferencias con un 37,9% de los sufragios. He ahí un dato para sus conversaciones futuras.
El Partido Republicano logró 23 escaños y junto a los 11 de Chile Vamos lograron el 66,6% de la representación en el Consejo, los 3/5 que requiere cualquier sector para tener poder de veto sobre el informe final de la Comisión de Expertos al Consejo y hacer lo que les plazca. Esa es la realidad.
El mapa electoral quedó así: El Partido Republicano: 35,40%; Chile Seguro (UDI, RN y Evópoli): 21,07%; Unidad para Chile (PS, PL, PC, FRVS, Comunes, Convergencia Social, Revolución Democrática y Acción Humanista): 28,59%; Todo por Chile (PPD, PDC y P. Radical): 8,95% y Partido de la Gente: 5,48%
Hay un meme rondando en las redes sociales que dice que el 17 de diciembre chilenos y chilenas deberán elegir entre una Constitución escrita por Pinochet y otra escrita por Kast. Puede ser. Alguien lo calificó como una caricatura. Pero no es del todo cierto.
Porque analizando las declaraciones de los principales representantes del Partido Republicano, partiendo por José Antonio Kast, pareciera que ellos tienen ahora disposición a dialogar. El punto es que no tienen otra posibilidad: dialogar con la centroizquierda en realidad, porque se da por descontado que con Chile Vamos tendrán que llegar a una alianza que les convenga a ambos.
No hay que engañarse
Pero pareciera que la naturaleza es más fuerte. No hay que engañarse con las declaraciones de buenas intenciones. Son los hechos los que hablarán. Y las declaraciones de sus principales representantes son los que dan luces al respecto.
Cristian Valenzuela, asesor de los Republicanos, no pudo evitar que se transparentara en parte de lo que efectivamente piensan respecto a las 12 bases que acordaron todos los partidos, que se plantean como punto de partida para la redacción de una nueva Carta Fundamental. Dijo que “muchas de ellas están representadas ahí (en la actual Constitución de Pinochet)”, y que también “hay otras bases y otros bordes, hay que ver el contenido de eso, no hay que a priori decir esto de ninguna manera, busquemos los 2/3 con la comisión para cambiar, no, yo creo que hay que estar abiertos a trabajarla”. «Las buenas cosas de la Constitución vigente porque le han permitido a Chile un progreso sin igual en los últimos 40 años», pero que eso no significa «que la Constitución ha resuelto todos los problemas».
No ocurre lo mismo con la centroizquierda. Aunque son los grandes derrotados, su área de influencia es suficiente como para obligar a la derecha a tomar en cuenta sus aspiraciones constitucionales. Ya se verá qué ofrecen y qué se acepta. Pero es un hecho que con las pretensiones presidenciales de José Antonio Kast, que ya está operando como candidato aunque lo niegue, los Republicanos necesitan imperiosamente resolver el tema constitucional, tener ese camino despejado para poder desplegarse con todo en su camino a La Moneda.
Y no sólo el gobierno es a lo que aspira esta ultraderecha. José Antonio Kast aseguró en su discurso del domingo en la noche que tienen “un desafío electoral que significará desplegarnos por Chile promoviendo nuevos liderazgos y tenemos que recuperar Santiago y reconstruir Valparaíso”.
Así fue su discurso permanentemente. Hablar de lo que habla la gente. Ofrecer soluciones a lo que pide la gente. Que lo cumpla después, es otra historia. Pero personeros como el alcalde Sharp o el gobernador de Modatima, tendrán que analizar muy bien sus pasos futuros.
Y el gobierno
En tanto, se abre un difícil tiempo para el gobierno del Presidente Boric. Todo se reduce a correlación de fuerzas y queda claro que la inclinación de la derecha tradicional puede ser más hacia la ultra derecha para recuperar la clientela electoral que se les fue a republicanos. Por tanto, es un dato que habrá que tomar en cuenta para los movimientos que haga el gobierno en pos de reformas tan sentidas por la población: la de pensiones y la de salud, por poner solo dos ejemplos.
El discurso del Presidente la noche de la debacle da señales acerca de lo que espera el gobierno: “Hoy nuestro pueblo ha participado de una jornada democrática y sin sobresaltos. El pueblo de Chile vuelve una vez más a expresar sus posiciones de manera democrática en las urnas. Y nuestro país -y esto es importante y no es obvio- una vez más utiliza el diálogo para resolver sus diferencias, porque hemos entendido todos que la democracia se fortalece siempre con más democracia, y nunca con menos”, dijo el Jefe de Estado desde el set de prensa de La Moneda.
“Volvemos una vez más a tener una oportunidad de construir con diálogo y encuentro una nueva Carta Magna que represente de la mejor manera posible los anhelos y el tipo de país en el que como chilenos queremos vivir en las próximas décadas”. Dijo que el proceso no debe darse pensando en la próxima elección sino en el largo plazo y llamó a las autoridades electas a actuar con “sabiduría y templanza” para evitar que la historia -del fracasado proceso anterior- se repita.
Las aguas se ven tormentosas para el gobierno. Tiene minoría en el Congreso y un proceso constituyente en manos de la oposición más dura, los republicanos. Si se le suman los díscolos de su propio sector, entonces las cuentas son del terror.
