Periodista.
Estamos ad portas de “la más curiosa” de las curiosas elecciones que han existido en este país después de 17 años de una dictadura que se recuerda por su crueldad: optó por septuagenarios militantes de partidos de los que queda sólo el nombre postulan a un escaño en el Consejo Constitucional, porque otros más jóvenes cuidaron su futuro político (quedan 5 años impedidos de optar a cargos públicos) y se negaron a sumarse al listado de donde saldrán 50 consejeros y consejeras. Hay quienes fueron ministras o ministros de los gobiernos de centroizquierda (como un señor Maldonado o una señora Rincón)) por nombrar solo dos, y ahora aparecen entusiastas aplaudiendo y entregándole su voto a personeros de derecha, que fueron brutales opositores a los gobiernos de Lagos y Bachelet, como por ejemplo el empresario Juan Sutil. Esta vez el voto es obligatorio, pero se sabe que los ciudadanos desconocen en un gran porcentaje por quiénes votar, por lo tanto pese a lo que digan los llamados expertos -como José Auth- que augura un “tsunami” de la extrema derecha y, por tanto, un triunfo de la derecha, lo cierto es que pocos se atreven a asegurar pronósticos.
Y menos aun cuando la sensación térmica, en un país que aunque sea en las últimas semanas, se prende por el clima electoral. Esta vez no ocurrió. Fue una campaña más liviana, sin épica, con más apatía que simpatía.
Para peor, y en medio de un clima de desconfianza, de temor y de críticas por la existencia del crimen organizado y el narcotráfico campeando por sus fueros en el país, llegó la información relacionada con la política y el narcotráfico.
Una candidata que no debió serlo
Faltando tres días para la elección, se conoció que la candidata por Arica-Parinacota, Karla Añez, del Partido de la Gente, tenía sus papeles de antecedentes sucios, nada menos que por una condena por narcotráfico. Además de la condena de 5 años y un día por tráfico de drogas, Añez también tenía una pena accesoria de prohibición perpetua para presentarse a cargos públicos.
El a estas alturas inefable presidente del Servicio Electoral, Andrés Tagle, de la UDI, curiosamente también salió en defensa de la condenada por narcotráfico, señalando que en sus registros Añez aparece “con derecho a sufragio” y que ella, a pesar de renunciar, igual aparecerá en la papeleta el domingo. “Las papeletas ya están listas y no se va a cambiar, su candidatura está ejecutoriada, pudo haber sido impugnada por cualquier persona en los tribunales electorales después de cierto plazo, después que se presentó (…), ese era el momento en que pudo haberse impugnado y no se hizo. Nosotros estamos investigando el caso, obviamente la tenemos en el registro como ciudadana con derecho a sufragio, eso le da el derecho a postular a esta elección. Y estamos viendo si se nos notificó esa condena que es antigua por lo demás o si, habiéndose notificado, su responsabilidad penal se extinguió, en cuyo caso ella recupera la ciudadanía y eso es lo que le da en la Constitución el derecho a postular a cargo de elección popular”, sostuvo Tagle. Añadió que “a nosotros nos tienen que notificar los Juzgados del Crimen, en lo penal, y de la recuperación de la ciudadanía por cumplimiento de la pena (…) el Ministerio de Justicia”. Con ello, agregó que “si sale electa, va a ser proclamada en esa condición”.
Pero no tardó en llegar la rectificación para Tagle, esta vez de boca del ex fiscal Carlos Gajardo. Calificó como “un grave error” por parte del Servicio Electoral (Servel), el permitir la candidatura al Consejo Constitucional de Karla Añez, miembro del Partido de la Gente (PDG), tras revelarse que había sido condenada por microtráfico de drogas. “Lo que ha dicho el presidente del Servel, Andrés Tagle, es un error. El artículo 17 de la Constitución, expresamente señala que cuando una persona ha sido condenada por tráfico de drogas, para ser rehabilitado como ciudadano y, por tanto, poder ser candidato y votar, esa rehabilitación la tiene que realizar el Senado y eso no ha ocurrido”, expuso el ex persecutor.
Un abogado conocido de la plaza, por haber sido Director de Chile Transparente, Alberto Precht, fue más allá. Dijo que “la elección por Arica y Parinacota no debería realizarse. La candidata inhabilitada recibirá votos, su renuncia no tiene efecto alguno y eso modificará el resultado electoral. Advirtió que “habrá una elección viciada, si Añez saca siquiera un voto”.
La S o la Z del apellido de la candidata cuestionada no es baladí. Una de las dos letras es la real. Se dice que el PDG habría cambiado la s por la z al momento de inscribirla. Es otra de las situaciones que el Servel deberá aclarar.
Idea-fuerza instalada
Tal parece que lo único claro es que la derecha y sus medios de comunicación lograron instalar la idea-fuerza que los triunfadores serían ellos y que aquí -punto más, punto menos-, el gobierno de Boric es el que sería evaluado. Pocos se han aventurado a enfrentar tal argumentación. Más aún. Incluso personeros de izquierda, específicamente socialistas, ya auguran una derrota para el oficialismo, como lo ha hecho sorprendentemente no una sino varias veces el doctor Juan Luis Castro.
Hace ya varios días que en las filas del oficialismo se ha deslizado la idea de que si no se alcanzan los 2/5 necesarios para tener poder de veto y evitar que la derecha haga y deshaga en el proyecto que se propondrá en el plebiscito de salida, -es decir 21 escaños- habrá responsables. Hay quienes incluso han señalado que el oficialismo sólo obtendría 19 sitiales. Y cuál más, cuál menos mira hacia el PPD que fue la colectividad que impuso la idea de dos listas con lo que se perdían fuerzas importantes para lograr los escaños requeridos. El experto electoral Pepe Auth vaticina el crecimiento del Partido Republicano sin una gota de dudas: “Van a crecer y sin ninguna duda se va a convertir en el partido individualmente más votado de la política chilena. Esto, porque lleva una lista completa y porque su candidato presidencial es el candidato que ha viajado por las 16 regiones”. Las elecciones anteriores lo respaldan. “Sacó 28% de los votos en la elección presidencial en primera vuelta y la lista parlamentaria de Republicanos sacó 11%. Estimo que para estas elecciones van a estar empinándose hacia el 20%”.
Lo mismo cree el gurú de la derecha, cientista político y académico, Kenneth Bunker. Dice que la elección del 7 de mayo podría hacer del Partido Republicano sea el más votado. Pronostica que al Gobierno no le irá bien, pero que si la tienda de José Antonio Kast es la triunfadora en la oposición, será un rival más abordable para La Moneda. “Es más fácil criticar a Republicanos que a RN o la UDI”.
Y asegura que “en esta elección se disputa la hegemonía política dentro de la derecha. Es perfectamente posible que Republicanos sea el partido más votado, aunque Chile Vamos pueda obtener más votos y escaños. Si Republicanos como partido supera a cualquier otro, es una señal muy potente”, que se debe al desencanto con Chile Vamos.
Consultado por las consecuencias de un triunfo de los ultraderechistas Republicanos, dijo sin amilanarse que “eso significaría una Constitución mucho más conservadora de lo inicialmente anticipado, obviamente antagónica a lo que fue la primera propuesta. Le daría mucho material al gobierno para criticar el evento. Y finalmente podría terminar por fracasar. En términos de largo plazo, habría una reestructuración de la derecha. Chile Vamos está considerando consolidarse como el Partido Popular. No tiene tanto sentido que el Partido Republicano y la UDI existan, si el Partido Republicano es más grande. Chile Vamos se giró un poco hacia el centro con todo lo que pasó en el estallido social, pero hoy día da muchos más frutos ser de una derecha más extrema”.
Sacrificar la libertad por el orden
Para este republicano, la posibilidad del autoritarismo estaría a la vuelta de la esquina con ellos: “es una derecha que propone coartar libertades individuales para imponer orden. Pero no me parece que sea algo trivial ni aleatorio, porque en general hoy día las personas en Chile están más o menos en la misma línea. Mirando la magnitud de la crisis de seguridad, son muchas personas las que estarían dispuestas a sacrificar libertades individuales y parte de la democracia para que se ponga orden en el país”.
Lo mismo que decía la derecha el año 1973 y que significó tanto dolor y muerte para la inmensa mayoría de los ciudadanos chilenos.
El sociólogo y director de Tú Influyes, Axel Callís señala que en este caso no realiza pronósticos electorales. Explica que esta elección tiene aspectos únicos que no se habían dado antes, como, por ejemplo, la inscripción automática, el voto obligatorio y por individuo. Puntualiza que es improcedente adelantarse. Sin embargo, sí puede dibujar lo que serán las tendencias generales y, entre ellas, proyecta que la lista ganadora en el oficialismo será la de Apruebo Dignidad (Partido Comunista, Revolución Democrática, Convergencia Social, Comunes), más el Partido Socialista y el Partido Liberal. Callís considera que la gran pregunta será en qué lugar quedará el Partido por la Democracia (PPD), “porque si el PS tiene un buen rendimiento o aumenta su votación, lo más probable es que termine quedándose con Apruebo Dignidad”.
Con respecto a los Republicanos, Callis recuerda que en el plebiscito de entrada hubo un 21% de personas que no querían una nueva Constitución. Con ese porcentaje en mente, advierte que el Partido Republicano “desde ahí que ha venido cosechando ese segmento, que no es mayoritario pero es importante en términos de votos”. Además, añade que “está construyendo a partir de la destrucción del adversario”.
El analista de la Universidad Diego Portales y doctor en Ciencia Política, Rodrigo Espinoza opina que, pese al desánimo de la ciudadanía, la elección será una suerte de “juicio de la evaluación del Gobierno”. Cree que el Consejo Constitucional estará “más cargado hacia la derecha”, porque la oferta de la oposición “está orientada a resolver problemas coyunturales, vinculados a la seguridad y también el tema de la migración”, sostiene el analista.
Cree que como este es un sistema proporcional y el oficialismo terminó yendo en dos listas, “puede que eso disminuya el grado de representación que tengan finalmente en el Consejo electo”, advierte. “Un éxito de la derecha en esta elección, sobre todo de Republicano y el PDG, pero sobre todo de Republicano, podría significar un giro de Chile Vamos hacia la extrema derecha”.
Pero, dijo, si se tiene en mente el 30% de aprobación del Presidente Gabriel Boric “y pensáramos que esa aprobación se tradujera en preferencias electorales en todas las regiones del país de manera pareja, entonces, el oficialismo no debiese sufrir grandes derrotas”.
