Periodista.
Una señora parlamentaria de apellido Concha, militante al parecer de un partido denominado Social Cristiano, encontró la oportunidad de su vida para hacerse notar y cuando habían pasado minutos desde que por primera vez una militante comunista llegaba a la presidencia de la Cámara de Diputados, planteó sin siquiera sonrojarse, que estaban analizando interponer una censura a la mesa recién electa. No supo explicar con argumentos sólidos las razones que habría para ello. Tanto así, que hasta ahora, nadie de la derecha la ha secundado en tamaña tontera, que dejaría a los diputados –una vez más- en el enorme baúl de desprestigios que han acumulado los parlamentarios de este país.
Es una de las varias anécdotas que dejó la elección de Karol Cariola como presidenta de la Cámara de Diputados, acompañada de los vicepresidentes Gaspar Rivas, -que a estas alturas ya estaría expulsado de su partido, el de la Gente, y taponeado de insultos y ordinarieces ni siquiera vistas en un parlamento tropical- y el DC Eric Aedo, de quién se afirma fue vital en la consecución de los votos que derrotaron a la derecha.
Fue por un solo voto que se logró mantener la cámara de Diputados en manos del oficialismo, aunque pocos tenían esperanzas de aquello. Es sabido que el oficialismo está en minoría y que desde ahora en adelante los acuerdos políticos siempre penderán de un delgado hilo.
La actitud de un aspirante a partido, el Demócrata –que tiene parlamentarios como Ximena Rincón y Matías Walker que salieron elegidos gracias a los votos de su anterior colectividad, la Democracia Cristiana- por primera vez en la historia de este Parlamento traicionó la palabra y la firma empeñada permitiendo con ello que en el Senado asumiera un representante de la derecha. Lo que se pretendía en la Cámara de Diputados era lo mismo: entronizar a Joanna Pérez, una desconocida diputada, seguidora de la senadora Rincón. El acuerdo administrativo inicial de los partidos establecía que este período legislativo le correspondía al Partido Comunista. Incluso Demócratas había firmado un documento en el que se comprometían a apoyar a los comunistas. Pero, la situación cambió desde que Rincón y su gente se alearon con la derecha. Entonces, no valen acuerdos ni palabras empeñadas. Más aún cuando necesitan votos de la derecha para elegir uno que otro alcalde o concejal en las próximas elecciones.
Respecto a la fragilidad de la votación, el Ministro Secretario General de la Presidencia Álvaro Elizalde, cuyo papel –afirman en la bancada socialista- fue fundamental para alinear al oficialismo y conseguir los votos independientes que se necesitaban para Karol Cariola, señaló que «no es la primera vez que se elige la mesa de la Cámara con una minoría ajustada; tampoco hubo mayoría absoluta en la elección antepasada. Efectivamente se había logrado ampliar la mayoría con un acuerdo suscrito por otro partido, que en este caso no cumplió su compromiso, pero mire el absurdo: es una mesa que lleva horas, y ya se hacen planteamientos de esta naturaleza», dijo refiriéndose a la amenaza de la censura. Y por supuesto, su participación le valió las iras de la derecha que ya está pidiendo al Presidente que lo remueva de su cargo.
Las réplicas
La sorpresa en la derecha, segura hasta los últimos minutos de que replicarían lo ocurrido en el Senado, fue mayúscula. Si hasta la diputada Pérez, que se había vestido para la ocasión mientras su marido y sus asesores esperaban en las tribunas el momento esperado, quedó por breves instantes sin conducta. Lo mismo que los dirigentes de la oposición, que debieron reunirse primero para estructurar el discurso con el que iban a explicar lo ocurrido.
Todos señalaron como responsable de la llegada del PC a la presidencia de la Cámara al diputado Mauricio Ojeda (IND-REP), quien por problemas de vuelo no alcanzó a llegar a Valparaíso. Diego Schalper (RN) expresó: “Hubo un trabajo de negociación de mucho tiempo y, si hubieran estado los que tenían que estar, la historia habría sido distinta. Nosotros estábamos preparados para muchas cosas, pero nunca estuvimos preparados para que un diputado del Partido Republicano faltara en una instancia tan relevante como hoy”.
Aunque hubo legisladores como Pamela Jiles (PH), Enrique Lee (IND) y Francisco Pulgar (IND-PDG) que se abstuvieron en la votación, la UDI y RN centraron sus iras en la figura de Ojeda, tal vez por su relación con sus adversarios del partido Republicano.
Peores fueron las expresiones de enojo del curioso líder del Partido de la Gente, que actúa desde Estados Unidos, Franco Parisi. Se sintió “traicionado” por el “diputado Rivas, ojalá pronto ex-PDG”, a quien en redes sociales tildó de “comunista infiltrado”.
No sólo eso. “Yo voy a hacer todo lo posible para que Gaspar Rivas nunca más sea candidato, ni a diputado ni menos senador por el PDG”, expresó Parisi en sus redes sociales, aseverando que “es mejor no tener una vicepresidencia que estar encamándose con el Partido Comunista, que no representa para nada los intereses del PDG”.
“Vamos a tomar la rienda del PPG, y una actitud nueva como desobedecer a la democracia digital y hacer pacto con el Partido Comunista no se va a permitir más en el PDG de aquí en más“, afirmó el curioso ex candidato presidencial virtual.
Fiel a su estilo, provocador y sin filtros, -cosa que de alguna manera complica al oficialismo- el diputado y actual primer vicepresidente Gaspar Rivas le contesto a Parisi por todos los micrófonos que lo rodearon luego de la votación: “Hace unos minutos recibí en mi WhatsApp un mensaje de Franco Parisi. Él me puso ‘te vendiste al PC, bueno saberlo’. Yo le quiero decir a Franco que un hombre como Gaspar Rivas no está en venta, no se vende, porque un hombre como Gaspar Rivas, Franco, no tiene precio”.
No sólo Rivas recibió las iras de sus hasta entonces, compañeros de ruita. También ocurrió con el diputado independiente Francisco Pulgar removido de la bancada de Demócratas-PDG e Independientes. Además de descartar que él le haya exigido a la diputada Joanna Pérez, quien quedó segunda en la votación de la Cámara, un cupo senatorial por la región del Maule, afirmó que él era un diputado independiente, “independiente de verdad, sin compromisos con grupos empresariales ni tampoco con partidos políticos. O sea, llegué a mi cargo por mi trabajo de cordillera a costa en la región del Maule”.
Respecto de su salida de la bancada dijo que “las decisiones que hayan tomado, en este caso de mi remoción de la bancada, no me afectan porque ya he tenido la experiencia en otras bancadas por pensar distinto”. “Así funcionan los grupos políticos que tratan de imponer ciertas ideas y forzar a quienes pensamos distinto, de una manera más neutral”. E insistió: “aquí yo no he negociado nada, como se ha dicho de manera bastante displicente y destemplada por algunos colegas, ni con la derecha ni con la izquierda. Yo voy a seguir haciendo mi trabajo enfocado en la región”.
Otra réplica fue que el Comité Social Cristiano sacará de sus filas al diputado Enrique Lee, otro ausente en la votación, de la comisión de Defensa. En su lugar ingresará el diputado ultra derechista Johannes Kaiser.
Sin fineza en las recriminaciones
La diputada Pérez en tanto, no se ha cansado de repetir a quien la quiera escuchar, que su derrota se debió a la intervención del gobierno. Quien le respondió fue su antiguo compañero de partido y actual Vicepresidente de la Cámara, Eric Aedo. La llamó a hacer pública y a entregar detalles de la presunta intervención del Gobierno en la votación de ayer para que la ciudadanía conozca “qué prebendas se entregaron y a quién”.
Le recordó a la diputada de Demócratas que ella había firmado un acuerdo para que el PC presidiera la Cámara. No obstante, «cuando no les gustó, porque buscaban un acuerdo electoral con la derecha, cambiaron de posición».
Joanna Pérez lo acusó de vender sus convicciones por un cargo político. Dijo que “la DC se izquierdizó y es cosa de ver al diputado Aedo abrazando a diputados del Frente Amplio y del Partido Comunista; y mucha gente de la DC siente que su partido abandonó su electorado de centro”.
“Muchas veces ayudé al diputado Aedo, trabajamos juntos, pero las cosas cambian y yo al menos he tenido la valentía de decirlo y no por un cargo político, un espacio, voy a vender mis convicciones y creo que eso está en juego hoy”.
Aedo entonces, recordó a la diputada que con su partido se bajaron de un acuerdo que firmaron para que el PC presidiera la Cámara de Diputados. “Nosotros –dijo el vicepresidente- teníamos un acuerdo previsto y fue el que prevalecimos, y que ella misma había suscrito con los diputados de Demócratas, con su firma estampada”. Insistió que “ella era parte de este acuerdo. De hecho, lo suscribieron y se comprometieron con sus firmas a votar por una militante del Partido Comunista para la presidencia de la Cámara; por tanto, ni ella ni yo hemos cambiado nuestras convicciones, nosotros cumplimos lo que firmamos y acordamos”.
Aedo la invitó a no culpar a otros por la “derrota política que sufrió la derecha ayer”. “Uno tiene que ser grande en el triunfo y también grande en la derrota. Ella hizo un acuerdo con el Partido Comunista, lo firmaron y cuando no les gustó, porque buscaban un acuerdo electoral con la derecha, que me parece legítimo, cambiaron de posición. Esa es la verdad de las cosas, aquí nadie ha vendido una convicción”.
