Periodista, desde Chiloé.
A una semana de explotada la crisis política en Chile, producto de las demandas sociales, el Instituto Nacional de Derechos Humanos ha presentado una docena de querellas por violencia sexual. Lamentablemente, se espera que esta cifra siga en aumento puesto que durante un Estado de Emergencia la violencia de género se incrementa, la idea de impunidad se exacerba y el cuerpo de la mujer se transforma, una vez más, en un territorio político a dominar.
Las mujeres estamos expuestas a la violencia en los espacios públicos; en el espacio digital recibimos acoso, insultos y amenazas, además de comentarios misóginos en nuestras propias cuentas de redes sociales. Este espacio que se configura con y para otros, también nos expone a distintas formas de violencia.
La violencia de género digital es definida como todo tipo de violencia que esté mediada por una tecnología. Internet es un espacio social en el que habitamos, y como tal, este tipo de agresiones tiene una repercusión directa en la vida de las víctimas.
El primer paso para minimizar los riesgos de violencia en espacios digitales es saber qué datos y en qué formatos estamos compartiendo información. Una vez compartida perdemos todo el control. Saber cómo funcionan nuestras herramientas, los términos y condiciones de los servicios que usamos y la forma en que nos conectamos con otras personas nos permite conocer los procesos y crear estrategias de autocuidado individuales y colectivas. Mucha de la información que compartimos voluntariamente está ligada a datos más sensibles que permiten vincularnos y exponernos a un estado de visibilidad que muchas veces no queremos.
Proteger mi identidad y la de terceros
Muchos videos circulan por estos días a modo de registro y denuncia, pero no nos detenemos en el riesgo que representa la sobreexposición de la víctima. Obscuracam es una aplicación de fotos y videos para Android que permite pixelar los rostros antes de compartir. Si sientes que estás siendo grabada o vigilada, es legítimo que tapes tu rostro.
Para el intercambio de información altamente sensible, no utilices WhatsApp ni Telegram. Signal es una aplicación de mensajería instantánea que trabaja encriptando los mensajes de extremo a extremo, es decir, nadie más que emisor y receptor pueden acceder a ellos. Se puede configurar cuándo se borra una conversación y todos los que participan de la misma comparten esa configuración.
En caso de ser víctima de la publicación no consentida de imágenes y videos íntimos por parte de terceros, puedes realizar la denuncia a través de Acoso Online. La pornografía no consentida es reconocida como un tipo de violencia de género de tipo sexual, ejercida por medios electrónicos, de la que tienes todo el derecho a defenderte, protegerte y resistir.
Para difundir y respaldar material de denuncia, el equipo de Testigo en Línea recopila registros del Estado Emergencia en Chile para investigación, verificación y documentación de violencia. Por seguridad no responden y no hacen RT en sus redes. Reciben DMs con información sobre casos, para proteger tu privacidad.
Durante el estado de emergencia en Chile se han realizado muchísimas detenciones. A la mayoría de las víctimas les requisaron su teléfono donde almacenan nombres, teléfonos, direcciones, fotos, videos y muchas notas. Para evitar la extracción de datos mantén tu móvil bloqueado y con las aplicaciones cerradas. Si un uniformado intenta manipular tu dispositivo móvil, contacta al equipo de derechos digitales.
Guardian Project cuenta con aplicaciones seguras que pueden ser utilizadas en todo el mundo por cualquier persona que busque proteger sus comunicaciones y datos personales de intrusiones, intercepciones y monitoreo injusto.
Según el Primer Informe de Violencia de Género en Internet en Chile, publicado a fines de 2018 por Fundación Datos Protegidos, la Universidad Alberto Hurtado y ONG Amaranta, dos de cada tres mujeres chilenas sufren alguna forma de acoso en línea. Durante hechos de protesta civil y represión gubernamental en América Latina, este tipo de delitos tiene a acrecentarse. Comprender que la relación entre lo físico y lo digital no puede observarse como dos mundos totalmente separados nos obliga a buscar nuevas herramientas de protección.
