Periodista.
Mientras la periodista Constanza Santa María minimizaba los daños oculares ocurridos en Francia en el contexto de la protesta de los chalecos amarillos, argumentando que en el país europeo “no son tema” y señalando que en Chile hay una “sobrerreacción” con la violencia usada por parte de carabineros, Página 19 entrevistó a una de las víctimas de la supuesta “sobrerreacción” para mostrar una realidad que se intenta ocultar. Conversamos con Rodrigo Lagarini,estudiante de pedagogía en educación física de la Universidad de Concepción y artista circense, de 25 años, el cual fue invitado como expositor al Foro Latinoamericano de Derechos Humanos, organizado en el ex Congreso Nacional, en Santiago.
De visita a nuestra capital el joven relató en detalle cómo vivió en carne propia la pérdida de parte importante de su vista por un impacto de proyectil en su ojo derecho la tarde del 22 de octubre. Así, ingresó al listado de las 405 víctimas de daños en los globos oculares que registrado el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) hasta el 15 de enero de este año.
Las movilizaciones llegaron a las regiones con un día de retraso, cuenta Rodrigo Lagarini. Las calles penquistas se llenaron de gente, en su mayoría jóvenes y adultos que exigían las sentidas demandas de justicia social y pensiones dignas, salarios justos, una salud y una educación de calidad. La gente se cansó -dice- yConcepción no se quedó al margen.
El 22 de octubre, cerca de las 17:30 horas, se encontraba en las inmediaciones de calle Paicavi con Maipú. Estaba observando el desarrollo de las manifestaciones cuando un teniente a solo 15 metros le apunta la pistola para lanzarbombas lacrimógenas, un proyectil da directo a su ojoderecho. Cuenta que el fuerte impacto lo tira al suelo. Algunos lo socorrieron. En ese minuto un médico, que se encontraba en el lugar, se acerca y le pide permiso para presionar su ojo y detener la hemorragia que tenía, esto te va a doler, le dice. Y le presiona el ojo para detener la hemorragia. Mientras tanto -relata- oía gritos desesperados pidiendo ayuda y escuchaba muchas personas rodeándolo.
“En ese momento atiné a decirle a los que estaban a mi alrededor: ‘les pido a los que están puedan tomar mi celu y llamar a la Pancha, mi polola’. Ella llegó rápido, estaba a dos cuadras, mientras un auto particular que alguien facilita nos traslada raudo al centro asistencial de urgenciamás cercano”, detalla Rodrigo.
“Ahí me ingresan. Tuve que esperar un tiempo”, cuenta.“En mi desesperación de querer salvar mi ojo, les pido a mis padres que me lleven a una clínica y nos vamos rápido a la clínica Biobío. En ese recinto me hacen un scanner en el ojo, el que arroja
que había perdido el 80 % de la parte funcional del ojo, y el diagnóstico, es que iba a quedar ciego del ojo derecho. Fue muy fuerte y duro recibir esa noticia; darme cuenta que quedaría sin vista en mi ojo derecho y asimilarlo”, añade el estudiante penquista.
Resiliencia y esperanza
Para Rodrigo todo fue de golpe: asimilar la pérdida de la vista y asumir su nueva vida. Pese a lo doloroso “me he sentido muy acompañado por mis amigos, compañeros de carrera y de la universidad. Los profesores y directivos me apoyaron en todo este proceso, las mamás de algunos de mis compañeros vinieron a verme donde estaba hospitalizado. Fue lindo sentirse acompañado. La mamá de un compañero vino todos los días a cambiar el parche.Ella es enfermera y vive muy cerca de mi casa”, enfatiza.
“Fue duro. La primera semana me cuestioné mucho porque me había sucedido esto a mí, porque la vida era tan dura conmigo. Nací con una microtia, un solo oído; y ahora me arrebataba un ojo”, agrega Lagarini.
“Recuerdo una noche que llega mi mamá a leerme una carta hermosa de lo que había sucedido. La escribió un amigo: Carlos. Tenemos un colectivo de teatro que se llama ‘La Callejera’ y justo esos días teníamos que presentar una obra sobre la contaminación y la ecología, yya pensaba cómo introducir en la obra lo que me sucedió: la pérdida de mi ojo. Y mi amigo me escribía justo lo que yo pensaba: cómo iba a adaptar la obra con el tema de mi ojo. Para mí fue muy hermoso leer esas palabras y ese día dije: ‘Basta de llorar por mi ojo, ahora tengo que luchar y pararme después de haberlo perdido y luchar por todas aquellas injusticias que ocurren en mi país. Que lo que me pasó a mí no sea en vano”, resume el entrevistado.
Rodrigo respira profundo y reflexiona sobre la cantidad de heridos oculares que hay en nuestro país. “El día que yo perdí mi ojo derecho en Chile ya había 120 casos de personas con pérdida ocular. Y, créeme, es muy duro vivirlo en carne propia, pues como artista circense y como futuro profesor de educación física te preguntas cómo serátu vida a futuro. Entonces esto condiciona tu vida por completo y para siempre.
¿Cómo se transforman esos sentimientos de rabia y dolor en algo más constructivo para que no te destruya?
Después de lo ocurrido vine a declarar a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara, acá al ex Congreso Nacional, el día 30 de octubre. Después de eso recibímuchos mensajes de gente que no conocía en las plataformas de redes sociales: en Instagram, en Facebook, dándome apoyo y pidiendo justicia por todos a los que le ha ocurrido esto y dándome cuenta que la gente no se iba a cansar de luchar. Y ahí veía todas las movilizaciones día a día, ahí me di cuenta que esto no iba a parar tan rápido.
Lo más probable, y como sucede en Chile, es que el Estado se haga cargo de todo esto, pero en muchos años más. Pero esto que me sucedió a mí va más allá del hechoque significa perder un ojo. Estas mutilaciones y violaciones sistemáticas a los derechos humanos y la respuesta de la gente en la calle, día a día, te da la esperanza de que esto puede cambiar, la reacción de la gente en la calle me da esperanza que vamos a ganar esta lucha por la Dignidad.
He tomado esto de forma optimista, pero me angustiasaber que existen abusos sexuales tanto a hombres como mujeres, que ya van en 405 casos de mutilaciones oculares y, el día que en que yo fui a testificar a la comisión de Derechos Humanos, el 30 de octubre, iban 140 casos de personas con perdida ocular y, justo ese día, Piñera le fue a dar el apoyo a Carabineros al Hospital. Eso generamucha rabia e impotencia. Fue una bofetada. Espero que esta lucha logre esa dignidad por la que estamos luchando.No voy a parar hasta que exista dignidad para mi gente.
¿Cómo fue ese 30 de octubre? ¿Qué le piden declarar ante la Comisión de Derechos Humanos?
Nosotros junto a otras dos personas más nos citaron a testificar a la comisión. Estaban los diputados y abogados y nosotros que estábamos sentados al margen de la mesa ese día. Estaban los senadores Felipe Kast, Iván Moreira, Alejandro Navarro y faltaban algunos diputados.
Yo estaba impresionado de ver a los diputados y sentía ese día una tremenda responsabilidad. Había cámaras en la comisión y tenía que hablar por todos aquellos que sufrieron lo mismo, por todos y cada uno de los que se han sido vulnerados en sus derechos. Ese día ya había 140 casos y hoy hay 405 notificados al Instituto de Derechos Humanos.
Estas violaciones sistemáticas no pueden seguir existiendo: ese tipo de mutilaciones en nuestro país. Yo ese día lo dije, cuando testifique y lo reitero, han pasado tres meses y siguen en aumento, y continúa pese que se ha dicho que no puede seguir ocurriendo.
Lo más tremendo que me tocó vivir es como el senadorIván Moreira pedía pruebas de que en los cuarteles de carabineros se están transgrediendo los derechos humanos de las personas, y pedía evidencias o pruebas, como videos o grabaciones. Es imposible que existan grabaciones en cuarteles si te quitan todo medio de prueba al ser detenido.
No se puede grabar dentro de un cuartel y que te diga eso un senador…
Felipe Kast fue el último en llegar y el primero en irse de la Comisión de Derechos Humanos y estuvo revisando su celular en todo momento, y hablando con Moreira todo el rato, sin tomar en cuenta a los que estábamos presentes. Fue una vergüenza su comportamiento.
¿Cuál es el mensaje para la Primera Línea?
Darle las gracias a la primera línea. Yo también alcancé a ser parte de la primera línea en esos tres días que alcancé a participar. Le doy un mensaje eterno de gratitud y les pidoque se resguarden y cuiden, que se organicen porque Carabineros están cometiendo muchas aberraciones a los derechos humanos, como lo que me ocurrió a mí.
Todo este proceso de lucha terminó con un plebiscito de entrada y uno de salida ¿Usted votará el 26 de abril por aprobar o no una nueva constitución?
Iré a votar ese 26 de abril y voy a votar por el apruebopara una nueva constitución.
¿Hace un llamado a ir a votar el 26 de abril, pues hay muchos jóvenes que están en la primera línea que no quieren votar?
Los cambios se hacen con los votos. Lo más inteligente que podemos hacer nosotros es ir a votar, independiente si estamos de acuerdo con el plebiscito. Yo tampoco estoy de acuerdo con el plebiscito. Pero si ganamos y ese día concurrimos a votar masivamente para que las personas dicten las leyes y no los políticos, porque sabemos que ellos ya están corrompidos por el sistema.
Si el pueblo se organiza y vota podemos hacer un gran cambio. Necesitamos que la gente vaya a votar ese 26 de abril. La derecha lo único que quiere es que no se haga este plebiscito y que no se haga el cambio de Constitución. Tenemos que darle la pelea. En la calle se hace la lucha,pero los cambios necesitamos hacerlos a través del papel.Por eso, los llamo a votar, tenemos que hacerlo para generar los cambios que necesita Chile.
*La foto de Rodrigo Lagarini fue tomada en el Museo de la Memoria, donde se encuentra la obra Textil “Borda sus ojos”. Con más de 875 parches de ojos bordados mide cerca de siete metros de alto. Esta obra nace de la iniciativa de la bordadora Lilian Urzúa y la Ilustradora María Ignacia Jerez como una manera de visibilizar y rendir un homenaje a todos aquellos que han perdido sus ojos luchando por lograr la Dignidad durante el estallido social que comenzó el 18 de octubre de 2019.
