Inicio Destacado Se Quema el Planeta, Chile se Seca… ¿Y la Educación Ambiental?

Se Quema el Planeta, Chile se Seca… ¿Y la Educación Ambiental?

Crédito Foto: Patricio Muñoz Moreno

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Los nacionalistas fundamentalistas y muchos de los capitalistas poderosos, no reconocen, niegan y no les interesa la crisis del calentamiento global del planeta: al fin la acumulación del dinero está antes que todo. ¿Marx tenía razón cuando dijo que para el capital no hay dios, familia ni patria? Si, tampoco naturaleza viva. Todo lo demás son palabras, táctica, engaño, ganancia. A los medianos y pequeños empresarios si les interesa la crisis ambiental pues les afecta directamente en sus procesos productivos y de acumulación inicial o ampliación de sus capitales.

La cuestión ambiental no es una moda, es una realidad que irrumpe: en la Expo Chile Agrícola 2019, conversé con pequeños empresarios agrícolas, emprendedoras, cooperativistas que señalaban la terrible situación productiva por la sequía, sin embargo, eran más lamentos que atribución de causas a las relaciones sociales de producción, a la estructura del poder de distribución del agua, a las leyes que rigen la relación agua-tierra-producción-consumo humano: al modelo de desarrollo, al capitalismo neoliberal: faltaba conocimiento de las causas estructurales del problema a escala local y nacional y de conciencia política (de sus condicionamientos históricos).

Urge impulsar un programa real de educación ambiental, con fundamentos, propósitos, objetivos, líneas de acción y sobre todo recursos. Hace algunos años tuve alguna responsabilidad en este tema: pero en el presupuesto ministerial de los programas transversales no habían suficientes recursos para educación ambiental. En Chile este tema –más allá de la contaminación de Santiago y de algunas ciudades- no es una prioridad cultural ni política.

Urge Cambiar el Modelo de Desarrollo

No nos engañemos, en general subordinamos lo ambiental a los intereses personales, al capital, al trabajo, al consumo; la publicidad nos empuja a hacer negocios con el reciclaje de botellas plásticas; las empresas forestales a plantar arbolitos pero no a terminar con la deforestación de las plantaciones de pino y eucaliptus; no se exige regular los negocios con países o empresas depredadoras. Subordinamos la belleza a la practicidad de estar cerca de ella si es que no afecta a la reproducción del capital o del consumo. En fin, debemos hacer lo que podamos cada día en ahorro de agua, reciclaje, plantación de árboles y jardines, buen uso de la tierra escasa, formación, pero lo esencial es cambiar el modelo de desarrollo y eso implica invertir de verdad en ampliar, desarrollar e impulsar la educación ambiental.

¿Puede hacerlo un gobierno mandatado por los europeos a mediar en el Amazonas con un risueño asesino de la naturaleza? ¿actuará una Ministra que no cree en el papel activo del estado en el sistema educacional?; con autoridades nacionales y regionales comprometidas con empresas que impactan el medio ambiente; aprobando negocios en lugares donde las comunidades hacen enormes esfuerzos por invertir en turismo y desarrollo sustentable acogiendo la Agenda 2030 (como en la Central de Pasada El Rincón en Truful Truful, Melipeuco, Araucanía); un gobierno que quiere organizar la COP25 y no firma el Acuerdo de Escazú. No hará nada.

Los pueblos indígenas, organizaciones no gubernamentales, grupos de jóvenes, niñas y niños, algunas unidades académicas y científicas, no sólo estudian, sino que resisten comprometidos en la lucha por un desarrollo sustentable para Chile, para detener la crisis climática y educar ambientalmente a la población. Pero es insuficiente oponerse como sociedad civil, indígena y académica a los poderosos señores del dinero dueños de las aguas, tierras, bosques, mares. Es fundamental la política. Los partidos políticos deben integrar, de verdad, entre sus principios y acciones una decidida actuación en favor de territorios armónicos, endógenos, justos, ambientalmente recuperados y sustentables, con la relación “agua + tierra = diversas formas de vida” en beneficio de todos y todas.

Educación Ambiental al debe

La educación ambiental se ha reducido a proyectos pequeños, concursos financiados por  grandes empresas, de modo directo o a través de sus fundaciones, iniciativas personales de profesores o establecimientos, pero que no alcanzan a alterar el modo de desarrollo del país y sus territorios regionales y locales; eso sí, los rasguñan, ganan batallas aquí y allá, no es una lucha inútil, fracasada, testimonial, pero alterar un modo de relacionarnos entre los seres humanos y la naturaleza para que sea armónico y sustentable, requiere de la política en un estado democrático, cuando las decisiones están en manos de las mayorías y no sólo de pequeñas minorías poderosas que controlan la vida colectiva alcanzando a la social e individual.

No hay una estrategia educativa, curricular, pedagógica que haga un eje de esta cuestión y la crisis estructural que vivimos. El Ministerio de Educación no ha tenido antes, ni tendrá ahora, una estrategia formativa y financiada poderosa. Eso sólo se logrará con una sociedad civil fuerte, producción y difusión de conocimiento académico comprometido, el quehacer decidido de la política y el estado.

El Amazonas se quema por fuego, Chile por falta de agua: los países industrializados del mundo tienen gran responsabilidad, es verdad, pero por presencia, ausencia o inacción, también nosotros somos responsables: no podemos pensar que la solución vendrá de los poderosos, pero a veces también no creemos que vendrá de nosotros mismos.

Se exige una política, diseñar, desarrollar y financiar programas de educación ambiental, aprovechando la Ley 20.911 de Formación Ciudadana –asociada a otros objetivos, conocimientos, habilidades, del curriculum y de la educación intercultural bilingüe- como un marco que asocie la educación ambiental, a la responsabilidad personal y a las decisiones políticas, de modo a conseguir en algún momento, un efectivo compromiso político del estado, de la sociedad civil e indígena y del mundo académico que modifique el modelo de desarrollo actual del país y sus territorios regionales y locales.

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